El caballo argentino tuvo su gran fiesta
En 1953 el pato fue declarado deporte nacional. Y se juega sobre caballos. En polo, el gran deporte equino por equipos, la Argentina es potencia mundial. Si vamos al turf, desde principios de siglo pasado una larga serie de Sangre Pura han ocupado las primeras planas de los diarios: Lunático (el caballo de Gardel), Botafogo, Grey Fox, Yatasto y tantos más. La historia misma de la Nación no podría escribirse sin el protagonismo de estos animales. Seguramente por este arraigado vínculo entre los argentinos y los caballos es que el primer Festival Caballo Argentino fue un verdadero éxito.
"El Festival es una iniciativa que hicimos en conjunto con otras entidades ecuestres con el objetivo de realzar la figura del caballo argentino, dar a conocer su historia, tradición, futuro y potencial", contó Miguel de Achával, director comercial y de marketing del Hipódromo de Palermo. Con el apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y de la Secretaría de Deportes de la Nación, el evento busca además posicionar a "Palermo Hípico" (sector que une el Campo Argentino de Polo, el Hipódromo de Palermo, el Club Alemán de Equitación y el Club Hípico Argentino) como una nueva zona de atracción turística.
Música, gastronomía y deporte
Con entrada libre y gratuita, el Festival Caballo Argentino convocó desde el mediodía a miles de familias que desafiaron algunas lloviznas intermitentes y se acercaron a Avenida del Libertador y Dorrego. El patio gastronómico con distintos foodtrucks y los entretenimientos para toda la familia, que forman parte de la propuesta habitual del Hipódromo de Palermo, esta vez salieron a la calle, que además contó con un escenario en el que tocó el Chaqueño Palavecino como número principal.
En el Campo Argentino de Polo hubo diferentes actividades con caballos. Desfile de carruajes, doma, saltos, equinoterapia y juegos para los más chicos entretuvieron al público mientras esperaban los dos partidos de exhibición de pato y de polo. Este último contó con figuras destacadísimas como los polistas Facundo Pieres y Nacho Figueras, la fotógrafa Delfina Blaquier (mujer de Figueras, mostró gran destreza) y el actor Sebastián Estevanez, entre otros.
En el Hipódromo, por su parte, hubo desfile de sombreros y seis Grandes Premios Grupo 1, con el clásico Gran Premio República Argentina como plato fuerte. Esta carrera es una verdadera tradición: se celebra cada 1° de Mayo, en coincidencia con el Día del Trabajador, y reúne a grandes y chicos. A lo largo del tiempo ha sabido reinventarse para transmitir a las distintas generaciones la pasión por las carreras de caballos. Este año, precedida por la Fanfarria Militar Alto Perú del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín y con Cecilia Milone a cargo de la entonación del Himno Nacional, fue ganada por Logrado con la monta del jockey Wilson Moreyra. En otro hito del turf nacional, Moreyra viene de ganar el Gran Premio Latinoamericano disputado en marzo en Montevideo con el caballo Roman Rosso, luego vendido a Estados Unidos.
Argentina potencia ecuestre
La profunda relación entre los argentinos y los caballos tal vez radique en el gran tamaño del rodeo pampeano. Según algunos especialistas, en las últimas décadas del siglo XIX provincias como Buenos Aires, Santa Fe o Entre Ríos tenían más de 3 equinos por habitante. Hoy la fortaleza de ese lazo lo corroboran otros datos, como por ejemplo que unas 500 mil familias viven del deporte ecuestre o que Argentina es el cuarto productor mundial de caballos de carrera. En el territorio nacional se crían más de 25 razas con distintas finalidades y hasta abril del año pasado el número de ejemplares ascendía a más de 2,6 millones de equinos.
"El Festival Caballo Argentino fue un éxito. Hemos logrado reunir a la familia argentina en torno al caballo, por lo que estamos sumamente contentos con esta primera edición. Ojalá sea la primera de muchas", concluyó De Achával.
LA NACION