El Bicentenario también se puede contar en inventos argentinos
Pasado mañana abre una muestra con las creaciones más notables desde 1810; hoy hay sólo 30 desarrolladores profesionales
El saber popular más elemental registra que la birome, el colectivo, el sistema dactiloscópico y el stent son invenciones argentinas. Pero el listado completo de los inventos vernáculos que alcanzaron trascendencia universal es mucho más vasto y, para la mayoría de la gente, desconocido.
Los instrumentos para la transfusión sanguínea, concebidos por Luis Agote en 1914; la tecnología para producir dibujos animados, desarrollada por Quirino Cristiani en 1917; el semáforo para ciegos, creado por Mario Dávila en 1983, y la jeringa autodescartable, ideada por Carlos Arcusín en 1989, son algunos de los hitos más destacados en la historia de las invenciones argentinas.
La muestra 200 Años de inventos argentinos, que será presentada en Tecnópolis entre pasado mañana y el 2 de octubre, ofrecerá un recorrido minucioso por ese historial. Organizada por la Fundación Biró, la Escuela Argentina de Inventores y el Foro Argentino de Inventores, la exposición -con entrada libre y gratuita- podrá visitarse los jueves y viernes, de 10 a 18, y los sábados y domingos, de 12 a 20.
El recorrido por la línea cronológica incluirá prototipos a escala real de muchos inventos, además de fotos y películas. La principal atracción será la "cosechadora Rotania", la primera autopropulsada del mundo, patentada en 1929 por Alfredo Rotania.
"El primer objetivo de la exposición es didáctico: explicarle al público en general, pero con un énfasis especial puesto en los chicos, que la Argentina tiene una tradición de 200 años de inventores que desarrollaron proyectos de trascendencia mundial, pero cuyos nombres son a veces desconocidos", explicó Eduardo Fernández, director de la Escuela Argentina de Inventores. Agregó que actualmente en el país hay unos 3000 inventores amateurs, mientras que los profesionales que "viven de la práctica de la actividad" son 30.
En la Argentina cada año se registran -en promedio- unas 7000 patentes, de las cuales el 40% son de origen nacional (el resto proceden de otras partes del mundo).
"Del total de los inventos de origen argentino patentados cada año, sólo el 1% proviene del mundo académico; el 99% restante es obra de inventores profesionales independientes", dice Fernández, que se lamenta de que, sin embargo, estos inventores no son contemplados en el sustancioso presupuesto oficial destinado al fomento de la ciencia y la tecnología. "Somos invisibles", ironiza.
Además, el jueves 29 -fecha del nacimiento de Ladislao Biro, inventor del bolígrafo- se celebrará el Día del Inventor junto a Mariana Biro (hija de Ladislao), la esposa de Carlos Iraldi (diseñador de los instrumentos de Les Luthiers) y un nieto de Quirino Cristiani. La cita será a las 18.30 en La Nave de las Ciencias. Allí se distinguirán los proyectos más destacados que desarrollaron alumnos de entre 6 y 16 años de la Escuela Argentina de Inventores.
La exposición podrá verse en el Pabellón Araucaria, al cual se accede por la Entrada N° 2 de Tecnópolis, en Zufriategui 4900, Villa Martelli.
Tres ideas que conquistaron el mundo
Birome
En 1944, Ladislao Biro impuso su estilográfica de forma universal
Huella digital
En 1891, Juan Vucetich inventó el Sistema Dactiloscópico
Jeringa autodescartable
En 1989, Carlos Arcusín creó este sistema que evita su reutilización
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