El Antonov, un mega avión, está en Bariloche para llevar un satélite argentino
SAN CARLOS DE BARILOCHE.- La Argentina despide hoy otro satélite de reconocimiento internacional que aportará información única sobre la Tierra. Para transportarlo, llegó a Bariloche uno de los aviones más grandes del mundo. En total, se cargaron 49 toneladas del artefacto, divididas en 27 paquetes. El aterrizaje final será en una base estadounidense, desde donde será lanzado al espacio el mes próximo. Ayer hubo un operativo con un fuerte despliegue en la ciudad.
Es el primero de los dos satélites que integran el proyecto Saocom, desarrollado por la Comisión de Actividades Espaciales (Conae), en gran parte fabricado por Invap. Luego de 18 años de arduo trabajo, con la participación de diversos organismos y de unas 600 personas, se transformó la semana pasada en un sueño hecho realidad cuando terminaron de embalar todas sus partes. Ayer, en un operativo que se extendió por más de 12 horas, lograron completar el cargamento, que partirá hoy, a las 7.30, a Estados Unidos.
Para transportarlo, llegó especialmente a la ciudad el Antonov AN-124 de la Fuerza Aérea rusa, uno de los aviones más grandes del mundo. Tiene un largo de 69 metros y puede cargar hasta 150 toneladas.
A las 3 de ayer empezó el operativo de traslado desde Invap hasta el aeropuerto, que implicó un recorrido de ocho kilómetros. Unas 22 personas se encargaron del traslado y de la carga, con la colaboración de personal de la Gendarmería Nacional, de Bomberos Voluntarios, de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y provincial y de la Aduana. Agentes y móviles de Protección Civil fueron los encargados de hacer un primer recorrido de la ruta para "constatar su buen estado" y que no hubiera hielo o algún elemento que representara peligro.
En total, fueron 1500 partes, agrupadas en 27 paquetes, que se cargaron en siete camiones de 20,4 metros de largo. El operativo también incluyó otros vehículos que se encargaron de la verificación del estado de la ruta, la custodia y los cortes de tránsito correspondientes para que todo funcionara de manera correcta.
Una vez en el aeropuerto, se armó la rampa en el avión y a las 10.30 empezó la maniobra de carga del Saocom 1A. Luego se mantuvo una guardia pasiva, que será relevada hoy, a las 7.30, cuando la aeronave despegue.
El viaje durará más de un día y el aterrizaje final será mañana en la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea norteamericana, sobre la costa de California, donde el Saocom será lanzado por el cohete Falcon 9, de la empresa SpaceX, el mes próximo.
"Una vez que llegamos se coloca en un cuarto limpio igual al que tenemos en Invap y se inicia una campaña de 45 días en la que se hacen todos los ajustes finales, se carga el combustible, se encapsula en la punta del cohete y entra en el hangar, donde estará 10 días más, hasta el despegue final", explicó a la nacion Nicolás Renolfi, jefe del proyecto Saocom por Invap.
Por su gran capacidad tecnológica, el satélite aportará información muy valiosa para el sector agrícola, porque detecta la humedad del suelo en cualquier circunstancia. El costo aproximado de este satélite es de US$300 millones.
El Saocom 1A es un satélite de órbita baja con fines científicos y llevará un radar de apertura sintética. Aportará imágenes en blanco y negro, con una resolución espacial de entre 10 y 100 metros, con diferentes ángulos de observación.
"La gran diferencia con las cámaras es que no necesita de la luz, la imagen podrá atravesar una tormenta e incluso penetrar el terreno en centímetros o metros dependiendo de las características", resaltó Renolfi.
Las imágenes, que podrán ser tomadas independientemente de las condiciones climáticas y de la hora del día, de distintas zonas de la Tierra, en tiempo real, podrán ser 3D. "Fotos tomadas de una misma montaña en verano y en invierno con nieve permitirán saber el caudal de agua previsto. En el caso de las zonas inundadas, permitirán tener un detalle de cada área o región. Las aplicaciones serán muchas", dijo Renolfi, y adelantó que habrá un trabajo conjunto con otros satélites italianos.
El proyecto fue desarrollado en colaboración con la Agencia Espacial Italiana (ASI).