“El amor está en el aire, tratá de no respirar”: por qué el movimiento anti-San Valentín cobra cada vez más fuerza
Desde pintarse las uñas con la imagen de un corazón atravesado por un puñal hasta hacer “ghosting” de las redes sociales durante la celebración, los adolescentes eligen desconectarse como un gesto de amor hacía sí mismos
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WASHINGTON.- Potencialmente, el Día de San Valentín puede causar más dolor, daño, terror y trauma que cualquier cosa que aparezca en Halloween.
Desde las campañas de venta de tarjetas, flores y bombones, hasta la seguidilla interminable de publicidades pop-up que aparecen online —”Decile te quiero con un balde de pollo frito”— el arranque de febrero parece querer obligarnos a sentir algo.
Los corazones rudos siempre existieron, y en abundancia —de hecho, me casé con uno, después de conocerlos en una fiesta “anti-San Valentín”—, pero el número creciente de los que dicen “no” cada vez concita más atención, sobre todo de los publicistas…
Y alrededor nuestro ya vemos una especie de sublevación, que se manifiesta de dos maneras.
“Cada vez hay más mensajes anti-San Valentín”, dice Barbara Bickart, profesora adjunta de marketing de la Escuela de Negocios Questrom de la Universidad de Boston. “Por ejemplo, pintarse un puñal negro en las uñas.”
Los dibujos en las uñas son la moda del año, y pueden incluir la palabra “NO”, o “Eh, NO”, o un corazoncito tachado, como la señal de “no estacionar”.
La plataforma de comercio electrónico Etsy es un desfile de sarcásticas remeras, tarjetas de felicitación, velas y regalos agresivamente anti-San Valentín. Desde la empresa me dijeron que este año las búsquedas de ese tipo de productos aumentó un 14% en comparación con el año anterior, y que las remeras contra el Día de los Enamorados son el furor de esta temporada: un 34% más de ventas que en 2023.
Se vende, por ejemplo, una máscara de gas de guerra que dice “El amor está en el aire, tratá de no respirar”, y hay un almohadón perfecto para tu nuevo departamento con la leyenda “¡Fuera de acá, Cupido!”.
La otra campaña
Casi una tercera parte de quienes dicen que no celebrarán San Valentín de manera tradicional igual tienen pensado marcar la fecha de alguna manera: según la Federación de Comercios Minoristas de Estados Unidos, el 3% de ellos comprará alguno de esos regalos sarcásticos y deliciosos.
Al parecer, la nueva movida está ayudando a la gente a recuperar el control de sí mismas y liberarse del relato de corazoncitos y flores que los estaba estrangulando.
Pero la cosa no termina ahí. Por 25 dólares, la Asociación de Rescate Felino de Owings Mills, estado de Maryland, te ofrece ponerle el nombre de tu ex a un gato salvaje y esterilizarlo el día de San Valentín. ¡Ideas no faltan!
Hasta hace un par de años, la movida para castrar el Día de los Enamorados era un poco más sutil. La profesora Bickart menciona, por ejemplo, el movimiento “quedarse afuera”, donde las empresas le ofrecían a sus clientes la opción de quedar al margen de las promociones y ventas de San Valentín.
Ese tipo de iniciativas “puede ayudar a fidelizar fuertemente y a largo plazo la relación de los consumidores con una marca en particular”, apunta Bickart.
De todos modos, no se trata de un fenómeno que esté arrasando en todo Estados Unidos: al fin y al cabo, hay que vender y ganar dinero…
En definitiva, el Día de San Valentín, para disgusto de algunos y deleite de otros, pone de relieve el modo en que nuestra cultura entrecruza el amor con el dinero.
Pero lo que genera irritación en los “corazones rudos” acerca de San Valentín no es para nada superfluo, sino muy profundo en realidad. Porque es un día que puede dejar a la luz problemas estructurales de nuestras vidas y recordarnos lo solos que estamos, justo cuando el cirujano general de Estados Unidos ha declarado que la soledad es una epidemia de salud pública.
En el día de San Valentín no se registra un pico de suicidios, según datos de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades, como tampoco el resto de los feriados y festividades está asociado a un incremento de los daños autoinfligidos. Pero en el hemisferio norte San Valentín cae justo antes de la época donde se producen más suicidios, que es en primavera y verano, cuando todos salen del encierro invernal y quienes sufren de depresión igual quedan solos con su propia oscuridad.
El rol de las redes sociales
Y resulta que la movida más brillante y audaz contra la tristeza de algunos en el Día de los Enamorados está ocurriendo en la propia escuela pública de mi hijo en Washington.
“Vamos a desinstalar Instagram desde el 13 hasta el 16 de febrero”, me contestó cuando le pregunté cómo se tomaban en su grupo de amigos de tercer año el Día de San Valentín. “Así no tenemos que bancarnos las fotos que postea la gente de sus parejas.”
Desinstalar Instagram durante tres días, para ellos, es una movida enorme…
“Me parece genial”, dice Laryssa Creswell, terapeuta de Soluciones Terapéuticas sin Miedo” y especialista en mujeres y chicas adolescentes.
La mayoría de sus pacientes, dice Creswell, sienten que la presión de las redes sociales es una verdadera guerra en la etapa de crecimiento, y agrega que un paso muy importante es empoderar a los adolescentes para que puedan decir “Voy a sacar esto que tengo directamente frente a mis ojos y que me molesta.”
Es el importante mensaje que tratan de transmitir los terapeutas juveniles en todas partes.
“Tengo muchos pacientes que cuando sufren una ruptura se desconectan de las redes para evitar las emociones y pensamientos desagradables que les traen a la mente,” dice Andy Ferguson, terapeuta de adolescentes.
Ferguson suele preguntarle a sus pacientes lo que sienten cuando se cruzan con la foto de un ex en las redes sociales.
“¿Se tensionan? ¿Se les acelera el corazón? ¿Qué pensamientos se le vienen a la cabeza cuando ven una foto de esa persona con sus amigos o con una nueva pareja? Y después les pregunto: ¿Entonces te ayuda o no te ayuda estar en las redes en este momento?”, explica Ferguson.
La movida de mi hijos y sus compañeros no es específicamente en respuesta a ese mensaje, sino algo que se les ocurrió como un acto de autopreservación, de amor hacia ellos mismos.
Y como la tendencia que crece para el Día de los Enamorados es taparse de regalos para uno mismo, lo que los chicos y adolescentes están haciendo va mucho más allá de darse un gusto ellos mismos.
Lo que están haciendo es elegirse a sí mismos.
¡Bravo por los adolescentes!
Por Petula Dvorak
(Traducción de Jaime Arrambide)
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