La Catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi cumplirá 77 años desde su inauguración; las otras obras de su autoría que presentan signos de deterioro
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SAN CARLOS DE BARILOCHE.– Cuando en la década de 1930 la Dirección de Parques Nacionales decidió urbanizar esta zona, puso el acento en diversos aspectos como el desarrollo turístico, cultural y social. Siguiendo la visión de Ezequiel Bustillo (1893-1973), que presidió la institución entre 1934 y 1944, se construyeron obras emblemáticas como el Hotel Llao Llao, el Centro Cívico y la Catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi.
De estilo ecléctico y con preponderancia de caracteres góticos, la imponente Catedral fue proyectada por el hermano de Ezequiel, el arquitecto Alejandro Bustillo (1889-1982), y se ubica entre las postales clásicas de la ciudad. Sin embargo, su estado de conservación es alarmante. Filtraciones, solados quebrados y hundidos, celosías faltantes, vitrales rotos, así como paños de vitral pandeados están entre las patologías más evidentes de la estructura.
A mediados de este año, la Catedral cumplirá 77 años desde su inauguración: la estructura de hormigón armado se erigió entre 1942 y 1946. Su arquitectura se caracteriza por una planta en cruz latina (una nave central con dos naves laterales y ábside), muros de piedra, cubierta de pizarra negra, arcos ojivales, torre con aguja y 52 vitrales (20 en la planta baja, 30 en el primer piso y 2 en el segundo piso).
“Desde la Dirección de Parques Nacionales, Ezequiel Bustillo plantea una ciudad como núcleo del desarrollo y varios satélites, como Villa Llao Llao, Villa Catedral, Villa La Angostura. Además, no solo se promovía la visita turística a partir de las bellezas naturales de la región, sino también desarrollar la cultura y el bienestar de los ciudadanos. Por eso, según la ley 12.103, no solo se hicieron hoteles, sino también infraestructura urbana: en Bariloche se construyó la Intendencia del parque nacional, la intendencia municipal, el edificio de Movilidad, así como el hospital, las escuelas, el templo mayor y las capillas San Eduardo en Llao Llao, Nuestra Señora del Cerro en Villa Catedral y Nuestra Señora de la Asunción en Villa La Angostura”, explica el conservador edilicio Mariano Dalla Cia, que trabaja en el área de Fortalecimiento Institucional del Parque Nacional Nahuel Huapi.
El experto en patrimonio asegura que hoy la Catedral tiene una falta de mantenimiento notorio, aunque hay muchas iniciativas en curso para recuperar su importancia. “Hay interés de la Comisión Nacional de Monumentos, que lanzó hace unos años el programa Pueblos Históricos. Parques Nacionales presentó allí un proyecto para la puesta en valor del edificio”, cuenta Dalla Cia, que estuvo a cargo de la restauración del Congreso de la Nación.
Con el objetivo de prevenir su deterioro, ese proyecto –que también busca fomentar el turismo arquitectónico en la región– incluye un plan de manejo para la ejecución de las obras de restauración, mantenimiento y completamiento de la Catedral. De hecho, la Catedral nunca se terminó: las obras se pararon en 1946. Los vitrales, que fueron hechos en Francia y que narran hechos históricos, políticos y religiosos ocurridos en la Patagonia, fueron colocados en 1947. Actualmente, los visitantes pueden advertir que al edificio le falta la pared interna e incluso la estructura de sostén del crucero permanece a la vista.
El gran obstáculo, como en otros proyectos de gran porte, es conseguir financiamiento. Asimismo, para lograr que el plan de manejo ingrese en el programa de Pueblos Históricos, la Catedral debe ser declarada Monumento Histórico Nacional. En ese sentido, desde Parques Nacionales confían en que la declaratoria nacional se realice en estos meses.
En 2015, la senadora Silvina García Larraburu presentó un proyecto de ley que declara Monumento Histórico Nacional a la Catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi que, si bien fue aprobado, perdió estado parlamentario en Diputados. García Larraburu volvió a impulsar en 2022 la propuesta. “La Catedral, ícono de la ciudad de Bariloche, posee especiales valores religiosos, culturales y arquitectónicos que la convierten en un bien del patrimonio histórico, cuya relevancia trasciende la ciudad para proyectarse a toda la nación. La ley permitirá incrementar su valorización y garantizar con recursos nacionales su conservación”, indicó.
La titularidad actual de la iglesia también plantea dificultades: si bien pertenece a la Administración de Parques Nacionales y a la Agencia de Administración de Bienes del Estado, el Obispado de Bariloche la tiene en comodato. En concreto, ninguna institución aporta hoy presupuesto para su mantenimiento.
Los vitrales
Adrián Stanizzo, el cura rector de la Catedral, cuenta que las reparaciones se van haciendo con donaciones y con el dinero que las personas aportan en las misas. A su vez, están por inaugurar una santería para disponer de mayores fondos. Más allá de las goteras, al padre Adrián le preocupa especialmente el estado de los vitrales, cuya estructura de sostén se encuentra debilitada.
El arquitecto Gonzalo De Estrada, hijo del creador del Centro Cívico, Ernesto De Estrada (1909-1998), considera que a la Catedral le queda poco tiempo antes de que se vuelva imposible reparar los daños: “El estado es lamentable y riesgoso. Más allá de que se inauguró sin estar terminada, la Catedral de Bariloche solo recibió inversión en la previa de la V Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se realizó en 1995, aunque solo se hicieron trabajos de imagen y no de fondo. Hoy tiene serios riesgos en sus carpinterías y vitrales”.
Entre otras intervenciones hechas en 1994, se colocó un solado de baldosas de gres símil granito, que en la actualidad se encuentra en bastante mal estado, con piezas quebradas y levantadas en algunos sectores.
“Creo que la falta de mantenimiento responde, por un lado, al desconocimiento del valor patrimonial que poseen estas obras como de la gesta que representó su ejecución. Hay que destacar que no hubo inversiones de ese tipo y magnitud financiera en ninguna otra localidad de la Patagonia, solo fue en nuestra ciudad y su entorno. Da mucha pena ese desconocimiento y su abandono. Por otra parte, muchos de esos edificios están en tierras de Parques Nacionales pero el usufructo lo tiene, como en este caso, la Iglesia Católica, entonces se enredan en trámites burocráticos y absurdos que impiden sus reparaciones”, agrega De Estrada.
Más allá del presupuesto y la voluntad de los responsables del edificio, los trabajos de restauración edilicia resultan un reto porque no se conservan los planos del interior de la catedral. “No hay un diseño final de cómo va a ser el interior, por lo que decidir hacer una obra es un desafío, hay que decidir con qué criterio se hace. Nunca hubo demasiada información de ese proyecto de Bustillo y la poca que hubo se perdió cuando se inundó el archivo de la sede de Parques Nacionales en Buenos Aires. Los documentos que quedan se conservan en la Universidad Torcuato Di Tella”, señala Dalla Cia.
Además del templo mayor proyectado por Alejandro Bustillo, también las capillas de Villa Llao Llao, Villa Catedral y Villa La Angostura presentan signos de deterioro y abandono. Desde Parques Nacionales comenzaron en estos días a hacer la documentación técnica de la capilla San Eduardo para poder buscar financiamiento para restaurar la cubierta.
Construida en 1938, la capilla de Villa Llao Llao posee un techo de madera de ciprés y cubierta de tejuela de alerce. “La cubierta está totalmente colapsada, se han verificado diversas filtraciones que datan de varios años y que han generado graves daños en diversos sectores de la capilla y sus dependencias, tanto en la mampostería como en los pisos, aberturas y las instalaciones”, advierte De Estrada.
El desgaste y los daños también se observan en las capillas de Villa Catedral y Villa La Angostura. En esta última, se restauró la cubierta de alerce, que era lo más urgente. De todos modos, hay muchos otros trabajos que encarar, pero no hay área de patrimonio en el municipio ni presupuesto asignado a esas tareas.
Aunque la toma de conciencia y la puesta en marcha resulta impostergable en todos los casos, Dalla Cia considera que se están haciendo las gestiones pertinentes para que los edificios tengan el mantenimiento que se debe: “Si bien es una responsabilidad del Estado cuidar su patrimonio, en nuestro contexto cultural esto de poner el ojo es nuevo. Quizás en Europa llevan hasta 50 años cuidando con mayor empeño el patrimonio. El nuestro es un camino más reciente. Algunos de los exponentes más importantes del país, como el Congreso Nacional o el Teatro Colón, tienen una historia de restauración de no más de 15 años. Y a las provincias esto llega más tarde. Hoy hay gente trabajando para que los proyectos se puedan llevar adelante”.
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