El 89% de los argentinos está a favor de que se frene la deforestación
Los bosques nativos son una herramienta clave en la mitigación del cambio climático ya que ayudan en el proceso de regulación hídrica del suelo, cumplen un rol central en la conservación de la biodiversidad, contribuyen a la conservación del suelo y de calidad del agua y forman parte del proceso de fijación de carbono. En la Argentina, a pesar de que una ley los protege, a causa de incendios forestales, la expansión de la frontera agrícola, el sobrepastoreo y la sobreexplotación de sus recursos, el país perdió 2,7 millones de hectáreas de bosque nativo en los últimos 10 años.
Este tema preocupa a los argentinos. Así lo muestra una encuesta de opinión realizada por la consultora Poliarquía y encargada por la ONG Periodistas por el Planeta. Los resultados son contundentes: el 89% de los argentinos está a favor de que se frene la deforestación y un 77% aseguró que el manejo del fuego "debería ser una prioridad del Gobierno nacional".
Esto no es casual, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués) de Brasil, el 2020 fue el año en el que se detectó el mayor número de focos activos por satélite del siglo y estos incendios dejaron un impacto en la opinión pública nacional.
Pero la pérdida de patrimonio boscoso no es un problema nuevo. Hacia finales de 2007 el Congreso de la Nación sancionó la ley de bosques nativos para proteger estas áreas y evitar su degradación indiscriminada. No obstante, nunca recibió el presupuesto que está estipulado por la misma ley, y este monto disminuye año tras año complicando su correcta implementación.
Los bosques argentinos
Con una extensión de más de 53,6 millones de hectáreas distribuidas de norte a sur en seis áreas boscosas distintas, la cobertura forestal abarca el 19,2% de la superficie de la Argentina. Respecto al resto del mundo, los bosques nativos locales representan el 1,4% del total.