Egreso con denuncias de acoso en el Nacional Buenos Aires
"Año 2015. Tenemos 15 o 16 años. Subimos las escaleras para llegar al aula y nos encontramos con (el) preceptor. Nos ofrece su servicio de masajes, evalúa junto con nuestros compañeros cuál es el mejor c… del año y les comenta cómo se gar… a una de nuestras compañeras. También hay besos y manoseos que nos incomodan".
No son palabras de ficción erótica sino un párrafo, de los más duros y graves, del discurso de egresados que el jueves pasado resonó inquietante en el aula magna del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA) y que desde entonces está generando otro debate intenso en la comunidad del colegio y la opinión pública.
"Fue un shock", sintetiza la profesora de castellano y literatura, y ex alumna del Buenos Aires, María Elina Denes.
En 10.22 minutos, en un discurso compartido, tres egresadas del turno mañana de la promoción 2016/17, la camada más recientes del CNBA, denunciaron con nombre y apellido a hombres adultos en posición de poder dentro del colegio: un regente, un preceptor, un profesor de matemática, uno de historia, uno de informática y otro de educación física y dos vicerrectores de entonces, que ya no están en el colegio.
"A sus favoritas nos pide que seamos sus secretarias o que les mandemos fotos de nuestras vacaciones por mail. A quienes no le agrademos nos denigra, buscando complicidad con nuestros compañeros varones y haciendo comentarios sobre lo pronunciado de cierto escote", sostuvieron las estudiantes acerca del profesor de matemática.
En el Buenos Aires, hay un plantel de 300 docentes, 70 preceptores y 25 tutores, la mayoría mujeres.
Por su parte, el rector del CNBA, Gustavo Zorzoli, afirmó: "No hubo denuncias formales sobre estos sucesos. El lunes me voy a reunir con la Oficina de Asistencia contra la Violencia de Género para convocar a los involucrados".
Opresores, cómplices, testigos
Una veintena de egresadas de entre cerca de un total de 70 alumnas del turno mañana tomó la decisión de hablar en el acto como parte del colectivo de mujeres y disidencias del colegio, según explicó a LANACION Ema Graña, la egresada que abrió el discurso.
"No queríamos volver dos años después al colegio por eso nos propusimos resignificar de alguna manera nuestra experiencia, expresando nuestra impotencia", dice Graña.
Decidieron mantener el discurso al margen de los egresados varones. "Queríamos evitar un posible boicot", reconoció Graña. Los egresados varones también fueron acusados de violencia machista en sus campañas políticas.
"Hicimos hincapié en la responsabilidad de las autoridades a la hora de educarlos", aclara Graña. La convivencia problemática entre chicos y chicas del turno mañana dejó una huella: unos 30 diplomas no fueron retirados en el acto de colación, la mayoría de alumnos varones que estuvieron ausentes, casi la mitad los varones de ese turno. Algo inédito, según afirman desde el rectorado del Buenos Aires.
Las acusaciones de las alumnas describen situaciones de violencia muy variadas, desde discriminación, misoginia, homofobia, abuso de poder y acoso sexual. En una crítica más estructural, el discurso cuestionó una violencia institucional machista que las autoridades del colegio refuerzan, según sostiene el discurso. Mientras las alumnas daban su discurso, un grupo de egresadas se acercaron al frente del salón de actos para mostrar carteles críticos. "Son opresores, cómplices testigos", decía uno. "El colegio es responsable", se leía en otro.
En ese punto, el rector Zorzoli también fue mencionado, calificado como "el director de esta orquesta" y cuestionado por su ausencia en la colación de grado.
Ese día, el rector participó del acto de inauguración del nuevo secundario de la UBA en Escobar. Sí estuvo en los actos de egresados del turno tarde y el vespertino, también marcados por discursos en contra del patriarcado.
El debate
Los elogios al discurso de las egresadas destacan su bravura para resistir los embates de una cultura machista. Hay coincidencias a la hora de valorar el modo en que le reconocen a las actuales alumnas ser las pioneras de la lucha feminista en el colegio. También quedaron instaladas las diferencias.
¿Visibilización de una estructura escolar abusiva de las mujeres o acusación pública que le niega el derecho a la defensa al acusado? Es uno de los puntos de la polémica.
"Queríamos tener más repercusión, que se extienda a otros colegios y nos acerquemos más a una posibilidad de castigo. Esto no sólo pasa en este colegio", explica Graña.
La profesora Denes no desconoce la realidad. La vivió como alumna y como docente. "Lo que ellas sacan a la luz son cosas que no pudieron denunciar siendo alumnas. Pero es lo que nos ha pasado a todas", afirma. Y cuenta.
En cuarto año del CNBA, una ex alumna de 42 años estaba de novia. Un día en medio de una prueba, se le cansa la mano y empieza a mover la muñeca para distenderla. El profesor le dice: "Esa mano no le duele a usted por escribir mucho¨. Denes subraya el doble sentido sexual de la frase del docente.
Sin embargo, su desacuerdo con la metodología elegida es total. "Me parece tremendo que se mencionen personalmente a algunos involucrados", sostuvo Denes, que agrega: "No se puede meter a todos en la misma bolsa. Hay que probarlo judicialmente".
Hasta 2016, cuando se jubiló luego de 25 años como docente en el Nacional Buenos Aires, Silvia Di Segni, también ex alumna del colegio, fue la jefa del departamento de Psicología y Filosofía. Di Segni es especialista en temas de género.
Los egresados 2016/17 fueron la última promoción a la que le dio clases en quinto año y a la que ayudó a reflexionar sobre "la diversidad incluyendo a la heterosexualidad como parte de la diversidad", explica.
Di Segni estuvo el día del discurso y aplaudió de pie. Está en contra de la acusación pública cuando se trata de denuncias entre compañeros o situaciones privadas: "Mi límite es el juicio sumario. No puedo estar de acuerdo con que la otra parte no se pueda defender. Pero en este caso, se habló de situaciones que fueron vividas colectivamente y que habían tenido denuncias previas y no se actuó. Cuando hay testimonios colectivos, hay que darle otra entidad"
Desde el rectorado del colegio, en cambio sostienen sin vueltas: "Es un escrache por razones políticas, alentado por la izquierda más radicalizadas".
En relación a las menciones con nombre y apellido, hay una excepción en el discurso cuando se cuestiona a una tutora, a la que acuden en busca de ayuda: "Dicha tutora nos expone ante el mismo docente sin un mínimo interés ante sus posible represalias". Sin embargo, nunca se da el nombre de la mujer.
"Somos un colectivo feminista y no queríamos que se desviara el tema y se tergiversara como algo más institucional no vinculado con el machismo. La gran mayoría de los responsables fueron hombres", argumentó Graña.
La vía legal
Otro punto que divide aguas es la edad de las egresadas, todas mayores de 18 años. En el CNBA, la ceremonia oficial de entrega del título de secundaria se hace al año siguiente de terminado el sexto año, que es optativo, tanto para los de ese año como para los que se graduaron en quinto año.
Como mayores, las alumnas pudieron canalizar sus denuncias ante la UBA o ante la Oficina de Asistencia contra la Violencia de Género del colegio, habilitada también para tomar denuncias de ex alumnas, o por una denuncia penal. ¿Por qué la denuncia pública en un discurso y no vías legales con mayores consecuencias?
"El método que elegimos habla bastante de lo que sentimos –explicó Graña, la egresada que hoy tiene 19 años y es actriz- Nosotros no tuvimos derecho a réplica ni fuimos escuchadas cuando fuimos alumnas. Ahora a ellos les pasa lo mismo que nos pasó a nosotras", explicó.
Las otras dos alumnas que dieron el discurso prefirieron no revelar sus nombres ni prestar su testimonio ante las acciones legales que uno de los docentes denunciados amenaza con iniciar.
Responsabilidad institucional
Aunque las egresadas dicen haber recurrido al Departamento de Orientación, el rector Zorzoli afirma que son casos del pasado que no registran denuncias con denunciantes identificables.
En el caso del profesor de matemática, desde el rectorado aclaran que no hay un sumario en marcha pero reconocen que la Oficina de Asistencia está interviniendo por incomodar con algunos dichos en un curso. En el caso del vicerrector denunciado por mirar pornografía infantil, renunció el año pasado y el sumario llegó a la UBA. Y al profesor de historia, el colegio no le renovó el contrato.
A pesar de la negativa oficial, "muchos casos se hablaban en la sala de profesores –dice Di Segni-. Yo escuché versiones de versiones. Nunca vinieron a mí a preguntar qué hacer en una situación como esa"
Di Segni también reflexionó sobre la responsabilidad como docente de temas de género y la del colegio: "Hay momento en que se habilita la palabra. El Me Too lo habilitó. Mi espacio los habilitaba a hablar de distintas maneras de pensar la diversidad de géneros pero no estaba instalado este otro tema. El colegio lo tomó como algo lateral. Somos todos responsables. Todos hemos sido subjetivados en estos temas como para dejarlos pasar".
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