Egreso de la secundaria: el número que pone en alerta a los expertos
A nivel nacional, solo el 13% terminó ese nivel en tiempo y con niveles satisfactorios en lengua y matemática; el dato surge de un nuevo informe del Observatorio de Argentinos por la Educación
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Apenas 13 de cada 100 estudiantes (13%), a nivel nacional, que empezaron la escuela primaria en 2011 lograron finalizar la secundaria en el tiempo esperado, es decir, en 2022, con un nivel al menos satisfactorio en lengua y matemática. El dato surge de un nuevo informe del Observatorio de Argentinos por la Educación. En un reporte anterior, que analizó el período comprendido entre 2009 y 2020, el número era del 16%. Así, son cada vez menos los chicos que logran ambos objetivos.
La investigación titulada “Índice de Resultados Escolares: ¿Cuántos estudiantes llegan al final de la secundaria en tiempo y forma?”, que tiene como autores a Irene Kit (Asociación Civil Educación para Todos), Martín Nistal y Leyre Sáenz Guillén (ambos del Observatorio), se vale de los números del Relevamiento Anual, que elabora el Ministerio de Educación de la Nación, y de los resultados de las pruebas Aprender tomadas en 2022.
Ahora, en comparación con los períodos anteriores, la cifra de los alumnos que lograron terminar su escolaridad en tiempo, pero sin tener en cuenta el nivel de desempeño en las dos asignaturas, es mayor: 61%. Así, contrasta con el 46% (2005-2016) y el 53% (2009-2020). Por lo que como señala el informe, hay un aumento gradual en el porcentaje de estudiantes que llegan al último año a tiempo.
Si se miran los números de terminalidad escolar que incluyen el nivel de desempeño en lengua y matemática, la ciudad de Buenos Aires, con el 29%, y Río Negro, con el 18%, se ubican entre los distritos que tienen los mejores índices. En tanto, en varias otras provincias menos del 10% de los estudiantes llegan al último año de secundaria con la edad y los conocimientos esperados, pero la cifra desciende al 5% en Corrientes, Formosa y Santiago del Estero. LA NACIÓN consultó a los ministerios de estas dos últimas jurisdicciones, además de la cartera educativa nacional, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.
Desde el Ministerio de Educación porteño destacaron que el distrito fue pionero en instaurar la obligatoriedad del nivel secundario: “En 2002, con la ley N°898/2002, se establece su obligatoriedad en el ámbito de la Ciudad y años después en el resto del país”. Y destacaron que en los últimos años se aplicaron dispositivos para evitar la repitencia y fomentar la terminalidad, como, por ejemplo: los Centros de Acompañamiento a las Trayectorias Escolares (CATE), la Red de Fortalecimiento y Acreditación de Aprendizajes, y la jornada extendida, que es obligatoria para todos los estudiantes de primer año de las escuelas de gestión estatal.
En tanto, Praxedes López, ministra de Educación de Corrientes, destacó: “En la provincia aproximadamente el 40% de los estudiantes han sostenido su trayectoria desde el inicio de la escolaridad primaria (2011) hasta la culminación del nivel obligatorio (2022). Si se analiza la tasa de sobreedad, se observa una baja considerable del 47,11% (2011) al 34,60% (2022) en el nivel secundario y de 43,49% a 16,30% de dichos períodos en el nivel primario. Esta tendencia, como así también las relacionadas con repitencia y deserción escolar, es el producto de la implementación de una política educativa centrada en las trayectorias de sus estudiantes y para lo cual se ha diseñado diversos documentos orientadores y un sistema de gestión educativa que posibilite a las escuelas trabajar con alertas tempranas. En relación a los resultados del Operativo Aprender 2022 (6º año del nivel secundario), es importante considerar el 82,3% de participación de los estudiantes en tal operativo, siendo la segunda provincia con mayor número de estudiantes involucrados”.
Y agregó: “Actualmente se está trabajando en un proceso de transformación de la formación docente continua, implementación de un plan jurisdiccional de alfabetización inicial, ateneos de fortalecimiento de lengua y matemática, un congreso de matemática para docentes de nivel secundario a fin de reflexionar sobre su enseñanza, material con propuestas para el aula y otros dispositivos”.
En 20 de las 24 jurisdicciones viene aumentando la proporción de estudiantes que llegan al último año de la secundaria en el tiempo esperado. Al comparar la cohorte de 2011 con la de 2009, todas las jurisdicciones, menos Córdoba y Corrientes, registran un aumento en la proporción de alumnos en esta situación.
El análisis
Tras ser consultado sobre si existen factores específicos que podrían estar contribuyendo a estas tendencias, Leyre Sáenz Guillén, analista de datos del Observatorio, explicó: “Frecuentemente, se relacionan las tendencias actuales con los efectos de la pandemia, pero es importante destacar que los resultados educativos deficientes ya eran evidentes incluso antes de esto. Por ejemplo, los resultados de las pruebas ERCE de 2019 indican que la mitad de los estudiantes de tercer grado tienen dificultades para comprender lo que leen. Esto sugiere que las dificultades en el aprendizaje no son recientes ni relacionadas únicamente con la pandemia, sino que están presentes desde edades tempranas, como a los 8 años. El problema podría estar arraigado en el desafío de equilibrar el proceso de aprendizaje con la promoción al siguiente grado escolar”. Y completó: “Las disparidades y obstáculos en el aprendizaje se originan desde edades tempranas. Las políticas educativas suelen enfocarse en la educación secundaria, a pesar de que las dificultades comienzan mucho antes”.
“Según los datos considerados, si bien más estudiantes llegan al último año de secundaria en el tiempo teórico, son cada vez menos los que terminan habiendo alcanzado los aprendizajes mínimos en lengua y matemática. Y esta última es la disciplina que presenta los aprendizajes más bajos. Además, existe una correlación directa entre desempeño de los estudiantes y el nivel socioeconómico lo que habla de un sistema educativo que reproduce las desigualdades de origen. No solo es un sistema que produce muy poco aprendizaje, sino que es incapaz de producir igualdad de oportunidades”, describió Claudia Romero, profesora e investigadora de la Universidad Torcuato Di Tella, quien publicó el libro La trastienda de la educación.
Para la especialista, el fenómeno que se ve en el informe “encubre una estafa” porque los alumnos terminan la secundaria sin garantías de aprendizaje.
“La situación en 2020, antes de la pandemia ya era desastrosa; en ese momento de cada 100 estudiantes que empezaban la primaria solo 16 lo hacía en el tiempo previsto y con los saberes mínimos, hoy ese número desciende a 13″, destacó. Y analizó: “Este dato revela una trastienda educativa bien compleja vinculada a problemas diversos: la cantidad efectiva de tiempo de clase, la formación docente, el currículum y la selección de contenidos y métodos de enseñanza, la organización escolar, la dirección y supervisión de las escuelas, la falta de apoyo a los aprendizajes, el financiamiento educativo, entre otros. Pero además en un contexto de crecimiento de la pobreza y destrucción de oportunidades de las familias para prosperar”.
“Resultados tristes”
Al igual que Romero, Manuel Álvarez Trongé, presidente de Proyecto Educar 2050, expresó: “Los resultados son muy tristes. El problema, que ya se identificó en la última prueba Aprender, requiere soluciones serias”. Y destacó: “Hay varios elementos que deben ser mirados con todo detalle para actuar en consecuencia”.
“En primer lugar –señaló–, las pruebas internacionales reflejan una realidad de resultados aún más compleja que las nacionales y esto debe analizarse. Este año tendremos a fin de año los resultados PISA que evalúa estudiantes de 15 años, que viene reflejando desde hace 20 años que la Argentina está estancada y no consigue mejoras, pese a que sí las consiguen países vecinos latinoamericanos con problemas similares”.
En segundo lugar, resaltó: “La Argentina consigue el egreso de mayor cantidad de alumnos del secundario (61%), pero sus resultados de aprendizaje son peores (más de 10 puntos porcentuales menos) y llama la atención que provincias como Chubut, que ha tenido enormes problemas por su incumplimiento con sus días de clase mínimos, esté entre las tres que mayor cantidad de estudiantes egresa del secundario”.
Para el especialista, es indispensable conjugar los datos de estos informes con una mirada sistémica que englobe todo el escenario de la enseñanza obligatoria para “trabajar en un plan educativo serio, muy detallado que se base en evidencia rigurosa y que ataque todos los frentes (como la formación docente, la financiación, la currícula) y utilice experiencias exitosas y actúe en lo micro”. Por último, expresó que “la situación es demasiado grave” para no hacerlo en forma “muy profesional e integral” en coordinación con las 24 jurisdicciones.
Según Sáenz Guillén, abordar la cuestión de la calidad educativa sin sacrificar la expansión de la escolarización “es un desafío complejo”. La analista explicó que en uno de los informes de Argentinos por la Educación se muestra evidencia de que, ante el aumento de la oferta educativa en el nivel inicial, se incrementa la asistencia escolar.
Por otro lado, aclaró: “Para que esto no venga de la mano del detrimento de la calidad, es importante que exista colaboración entre gobiernos, instituciones educativas, docentes, estudiantes y la comunidad en general”. Y concluyó: “A su vez, creemos importante la existencia de monitoreo y evaluación continua para medir el progreso y la calidad educativa a lo largo del tiempo. Esto facilitará la identificación temprana de problemas y permitirá ajustes oportunos”.
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