Efedrina: una causa con 36 presos

La investigación, oficialmente, comenzó con una llamada anónima de un vecino que afirmaba que desde una casaquinta salían olores nauseabundos. Horas después, investigadores policiales y judiciales descubrieron el primer laboratorio de droga sintética en el país.

Tras 12 meses, la denominada causa de la ruta de la efedrina tiene 44 personas procesadas, 36 detenidos, 20 prófugos y la sospecha de que en alguna zona de Santa Fe todavía existe una "cocina" de metanfetaminas.

Hoy se cumple un año que el juez federal de Zárate-Campana, Federico Faggionato Márquez, y la delegación local de la Dirección de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas descubrieron el laboratorio de metanfetaminas instalado por presuntos narcos mexicanos en Ingeniero Maschwitz, partido de Escobar.

Si bien judicialmente la causa de la ruta de la efedrina nunca se pudo unir con el expediente del triple crimen de los empresarios asesinados en General Rodríguez, ocurrido en agosto pasado, fuentes judiciales afirmaron a LA NACION que ambas investigaciones están conectadas.

"La efedrina tuvo que ver con el triple crimen, más que nada con la intermediación. Hay que recordar que la efedrina era un «medicamento» o producto medicinal que se podía tercerizar para hacer una diferencia. Y el negocio era sacarlo del control y del circuito legal", explicó un investigador judicial.

Según se comprobó judicialmente, Sebastián Forza y Leopoldo Bina, dos de las tres víctimas del triple crimen de General Rodríguez, conocían y tenían relación con personas acusadas en la causa de la ruta de la efedrina.

Forza conocía a Luis Marcelo Tarzia y al mexicano Juan Jesús Martínez Espinoza, dos de las personas acusadas por el juez Faggionato Márquez de ser los "gerentes y organizadores" del laboratorio de droga sintética.

Tarzia falleció por problemas de salud en la prisión el 1° de enero de este año. Martínez Espinoza está procesado con prisión preventiva.

Para Faggionato Márquez, el otro "gerente" de la red de narcotraficantes es el también ciudadano mexicano Rodrigo Pozas Iturbe, que, según consta en la causa, habría tenido contactos con Bina.

Presos e imputados "estrellas"

Otro de los presos "estrella" del expediente es el rosarino Mario Segovia, denominado el "rey de la efedrina" y sindicado por el ahora jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández, como el mayor proveedor de efedrina a carteles mexicanos.

Según pudo saber LA NACION, las sospechas de Faggionato Márquez y sus colaboradores apuntan a que Segovia habría instalado otro laboratorio en Santa Fe.

"Nunca pudimos encontrar el otro laboratorio de Segovia, pero lo seguimos buscando", afirmó a LA NACION una fuente judicial.

La causa de la ruta de la efedrina tiene como imputado al diputado nacional y ganador de las últimas elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, Francisco de Narváez, porque desde un teléfono celular perteneciente a su flota empresarial se hicieron tres llamadas a Segovia.

El diputado recusó al magistrado, pero la presentación fue rechazada por la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín. Entonces De Narváez se puso a disposición del juez. Ahora se espera para después de la feria judicial una nueva fecha para la indagatoria.

El descubrimiento del laboratorio instalado, según Faggionato Márquez, por Tarzia y Martínez Espinoza, sacó a la luz el negocio de la comercialización ilegal de efedrina, precursor químico indispensable para la fabricación de metanfetaminas.

Los carteles mexicanos necesitan la efedrina para fabricar la droga sintética que después intentan vender en los Estados Unidos. Después del escándalo de Ingeniero Maschwitz y del triple crimen de General Rodríguez, el gobierno nacional endureció los requisitos para los laboratorios para importar efedrina.

"En la Argentina casi no queda operatoria con efedrina, se mudaron para el lado chileno. Allí pasa ahora lo que nos pasó a nosotros el año pasado", dijo a LA NACION un investigador judicial.

Parte de la causa ya fue elevada a juicio oral y público. El debate estará en manos del Tribunal Oral Federal N° 2 de San Martín, el mismo que condenó a prisión perpetua a los secuestradores y asesinos del joven Axel Blumberg.

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