Efectos post Covid-19: ¿Puede el coronavirus provocar caída de pelo?
En el último tiempo, médicos de cabecera, dermatólogos y endocrinólogos comenzaron a recibir numerosas consultas de pacientes por caída de cabello después de haberse contagiado
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En enero contrajo coronavirus y, en marzo, comenzó a perder muchísimo más pelo de lo habitual. Pero al principio, Yamila Álvarez Coll, una docente de nivel inicial de 33 años, no relacionó ambos eventos.
Los manojos de cabello empezaron a aparecer cada vez que se bañaba, que intentaba desenredarlo con un cepillo o simplemente cuando pasaba su mano por su cabeza. Yamila perdía mucho pelo y sumaba preocupación. “Hace unos años fui madre y, con el cambio hormonal que eso genera, se me cayó un poco el pelo. Pero como esto, jamás: hoy por hoy tengo el 30% de mi cabellera y me genera mucha angustia”, dice.
Preocupada, realizó una consulta médica con una endocrinóloga. La médica le hizo exámenes de sangre —que no arrojaron nada anormal— y le confirmó que lo que tiene es una “secuela” de coronavirus.
Técnicamente, la caída de cabello no está incluida en el listado de afecciones posteriores al Covid-19 que elaboró el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidense, que engloba a la fatiga, el dolor de cabeza y la pérdida del gusto o el olfato, entre otras secuelas.
Pero en el último tiempo, médicos de cabecera, dermatólogos y endocrinólogos comenzaron a recibir numerosas consultas de caída de pelo post covid.
Y es que, según explica la Asociación Americana de Dermatología (AAD), es común que haya pérdida temporaria de cabello luego de haber tenido fiebre, uno de los principales síntomas del coronavirus. Esto suele desencadenarse unos meses después de haberse enfermado y, si no hay otro problema relacionado, suele recuperarse solo.
Según la AAD, el nombre médico de este tipo de caída del cabello es efluvio telógeno y ocurre cuando más pelos de lo normal entran en la fase de desprendimiento del ciclo de vida del crecimiento del cabello al mismo tiempo (en un proceso que suele ser asincrónico). La fiebre puede obligar a que más cabellos entren en la fase de caída. Si bien muchas personas piensan que están perdiendo definitivamente el pelo, en realidad solo se está cayendo momentáneamente todo junto.
“La caída de cabello es un fenómeno común en cualquier enfermedad que tenga fiebre, como es el caso del Covid. Es una caída que se ve tres o cuatro meses después del pico febril y es reversible: no importa la cantidad que se pierda, se recupera”, explica Graciela Ferraro, médica dermatóloga y Presidente de la Asociación Argentina de Dermatología.
Para la especialista, el cabello también responde con caída siempre que medie un estrés importante, como lo pueden ser una alteración emocional, el parto, cualquier operación quirúrgica y, por qué no, la pandemia.
En enero pasado, Yamila estuvo internada una semana con asistencia de oxígeno. Los médicos le explicaron que su caída de pelo obedece a ese lógico estrés y que debería volver a la normalidad en unos meses. Hasta entonces y para hacer algo más que solo esperar, ella se aplica productos “anti caída” y se realiza masajes capilares.
“Tanto el pelo como la piel hablan. Y a veces gritan”, explica Vanina Gegdyszman, dermatóloga y especialista en tricología —el campo de estudio del cuero cabelludo y el cabello― respecto del estrés y la caída del pelo.
Desde el año pasado, y con el correr de los meses, vio pasar pacientes que sufren caída de cabello post covid, que incluso lo pierden durante la infección y hasta quienes progresan hacia alopecias areatas, como se llama a los parches sin pelo.
Según explica, en general el efluvio telógeno, que es el aumento de los pelos en caída, es reversible entre los tres y seis meses, y puede durar hasta un año. “Para algunos es transitorio y se olvidan, pero también hay pacientes que tal vez ya venían con menor grosor o densidad, o una alopecia androgenética escondida, y el Covid lo desenmascara. Si yo tengo poco pelo y encima se me cae, se puede ver el cuero cabelludo”, dice.
Es lo que le sucedió a María Silvia Botella, de 40 años. En octubre se contagió de coronavirus y al mes empezó a perder más pelo que lo acostumbrado. “Al principio se me caía cuando me bañaba o me peinaba. Después ya se me caía de a mechones estando seco. Cuando empecé a verme pedazos de cuero cabelludo en la cabeza me empecé a desesperar. Es un poco deprimente verte así”, cuenta.
Su tratamiento médico implicó tomar colágeno y vitaminas. También, dejar de teñirse y aprender a lavarse el pelo más suavemente. Hoy ve que ya no se le cae el cabello y está comenzando a recuperarlo.
Gegdyszman explica que antes de indicar cualquier medicación, corresponde realizar una tricoscopía, que es el estudio del cuero cabelludo con lupa. “Así se puede hacer un diagnóstico correcto de qué tipo de caída hay, qué patrón tiene, en que lugar de la cabeza y demás”.
Dependiendo de eso, las posibles soluciones son estimular el crecimiento, frenar la caída o prevenir que avance. Para ello se pueden usar desde lociones y shampoos hasta medicación por vía oral y microinyecciones en cuero cabelludo.
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