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Duras quejas por la suba de patentes
El Gobierno porteño reconoce que hubo incrementos de hasta un 270%; se comprometen a responder todas las dudas
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se comprometió ayer a responder "caso por caso" las dudas y quejas de los vecinos molestos con los nuevos valores del impuesto automotor. Pero a su vez desde el mismo gobierno porteño se ratificó que, pese a que el incremento estimado estaba en el orden del 35%, en casos puntuales pudo haber llegado hasta un 270%, como efectivamente ocurrió.
Ayer, cientos de lectores y propietarios de automóviles radicados en la Capital Federal se comunicaron indignados con LA NACION luego de haber recibido en las últimas horas las boletas del impuesto automotor con fuertes incrementos.
El gobierno porteño había informado hace un mes que los vehículos valuados en más de 15.000 pesos pagarían a partir de este año un 35 por ciento más que en 2002 en concepto de impuesto automotor, según la modificación efectuada al Código Fiscal, aprobada por la Legislatura porteña el 29 de diciembre último.
Sin embargo, tal como consignó LA NACION en su edición de la víspera, en la mayoría de los casos el aumento duplicó o casi triplicó lo abonado por cuotas hasta el año último.
Tal es el caso de un contribuyente propietario de una camioneta Isuzu, modelo 2002, que pasó de pagar 76,85 pesos en diciembre último a tener que abonar una cuota de 284,42 pesos, con vencimiento el 13 de febrero próximo.
Al ser consultado por LA NACION, el director general de Rentas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Alejandro Otero, afirmó que "es posible que eso suceda en algún caso, hay boletas con aumentos que van del 20 por ciento al ciento por ciento" y que "se trata de autos muy caros, de lujo" (ver aparte).
Según el gobierno porteño, son 200.000 los contribuyentes que están recibiendo las boletas con aumento, ya que el parque automotor de la Capital tiene registrados un millón de vehículos, de los cuales 800.000 están exentos de la alícuota. La mitad tienen más de doce años de antigüedad y los otros 400.000 están valuados en menos de 15.000 pesos.
Contribuyentes indignados
Lo cierto es que muchos contribuyentes se encontraron con aumentos que no sólo superaban el 35 por ciento anunciado por las autoridades comunales, sino que eran de más de 250 por ciento, como el caso del dueño de otro vehículo marca Isuzu, modelo 2002, que antes pagaba 87,92 pesos y ahora debe aportar 310,05 pesos en la primera cuota de 2003.
Nada hacía prever que los aumentos fueran a superar tampoco el ciento por ciento. Pero los casos se multiplicaron.
Para dar un ejemplo, el propietario de un Honda CRV modelo 1999 pasó de pagar 104,15 en diciembre último a abonar 236,87 pesos en el primer vencimiento de este año, lo que implica un aumento del 127 por ciento.
Con un aumento del 62 por ciento recibió su factura un contribuyente poseedor de un Chevrolet Vectra modelo 97, que pasó de pagar 54 pesos a pagar 88 pesos.
Una de las principales quejas de los vecinos es que los vehículos están sobrevaluados por el Gobierno de la Ciudad.
Una recorrida efectuada por concesionarias permitió constatar, por ejemplo, que el precio de la Grand Vitara Chevrolet es de 43.000 pesos, pero en una liquidación de las efectuadas por el gobierno porteño le asignaron un valor de 60.705 pesos.
En el caso de Gustavo González, que tiene un Rover 400 modelo 2000, valuado en 22.000 pesos, antes pagaba 78,16 pesos y ahora deberá abonar 118,20 pesos, es decir, un 51 por ciento más, según la boleta que le llegó anteayer.
"Es injusto, porque si hoy quiero venderlo no me pagarían esa cotización", se quejó. "Y es una desprolijidad absoluta del gobierno, porque siempre castigan al que paga sus impuestos", sostuvo.
Presentación judicial
La Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de Argentina (Adecua) manifestó a través de un comunicado distribuido ayer que la entidad hará una presentación judicial "porque no se explican los ajustes que, en algunos casos, implican subas de hasta un 300 por ciento, con cotizaciones que nos llevan a proponerle al Gobierno de la Ciudad que le compre los automóviles a la gente al precio que los cotizó".
La entidad redactó una carta de reclamo para los automovilistas de la ciudad y criticó con dureza a los funcionarios del gobierno porteño que "con un discurso demagógico salen a justificar los aumentos con el argumento de que el rico debe contribuir a pagar las políticas de asistencia social y la salud de la gente pobre. Una persona accede a un automóvil gracias a su esfuerzo y como fruto de su trabajo", concluyó el comunicado.