Dosis adicionales: cuánto se recomienda esperar entre vacunas contra el Covid-19
En el país ya se realizan terceras aplicaciones a mayores de 50 años inoculados con Sinopharm y a personas inmunocomprometidas desde los 3 años
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Esta semana comenzaron a aplicarse terceras dosis contra el Covid-19 a mayores de 50 años que recibieron vacunas de Sinopharm y a personas inmunocomprometidas desde los 3 años. Se busca así compensar la pérdida de protección del esquema inicial, que disminuye con el tiempo.
“Ya sabíamos que todas las vacunas tendrían una duración de inmunidad corta. La de la Sinopharm, que utiliza un virus inactivado, es más corta que las vacunas vectorizadas (como Sputnik, Oxford y Johnson & Johnson) o las que utilizan ARN mensajero (Pfizer y Moderna)”, dice Marta Cohen, patóloga y pediatra de La Plata que reside en Reino Unido. Según explica, en los últimos días recibió muchas consultas de argentinos que recibieron turnos para terceras dosis, pese a que se aplicaron la segunda hace menos de dos meses. Su recomendación es que conviene esperar hasta los seis meses, cuando se conoce que empieza a caer la protección de las vacunas.
¿Cuánto se debería esperar entre dosis para recibir una tercera? Según la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles de la Argentina, el intervalo mínimo de aplicación de las dosis adicionales del esquema primario de vacunación no debe ser inferior a cuatro semanas desde la última inoculación.
Para Cohen, la literatura científica plantea que las terceras dosis no pueden darse antes de los 5 o 6 meses de la segunda dosis; de lo contrario, se corre el riesgo de sobreestimular el sistema inmunológico.
“Es todo muy confuso aún”, admite Martín Hojman, médico infectólogo del Hospital Rivadavia y coordinador de la Red de Infectología de la ciudad de Buenos Aires. “En realidad, lo que se sabe hasta ahora es que aproximadamente a los 6 meses empezaría a descender la inmunidad generada por la vacuna (aunque esto es dudoso). Entonces ese tiempo sería el adecuado para la siguiente dosis. Sin embargo, como la idea es causar un efecto booster [elevar el nivel de anticuerpos], a partir de las cuatro u ocho semanas se lograría ese efecto”, explica.
No todo son terceras dosis
“Los pacientes inmunosuprimidos, lo mismo que aquellos que tienen más de 50 años y recibieron dos dosis de Sinopharm, tienen que tener tres dosis de vacuna aplicada para poder considerar que su esquema primario contra el Covid-19 está completo”, sostiene Elena Obieta, médica infectóloga y jefa del Servicio de Enfermedades Transmisibles de la Municipalidad de San Isidro.
Desde su punto de vista, el intervalo mínimo establecido entre la segunda y la tercera dosis podría ser a partir de las ocho semanas, aunque puede ser menos. Y pueden tranquilamente combinarse vacunas distintas.
Por otro lado está el resto de la población que recibirá refuerzos. “Luego se harán refuerzos en los que no califican para requerir tercera dosis como esquema primario; es decir, tendrán un refuerzo anual como hacemos con la gripe. Esa dosis sí tiene que estar separada por lo menos 6 meses de la anterior. En este caso, el booster o refuerzo no es un esquema primario de vacunación, como por ejemplo el de la hepatitis B que son siempre tres dosis: el día cero, al mes y a los seis meses”, agrega Obieta.
Ricardo Teijeiro, médico del Hospital General de Agudos Dr. Ignacio Pirovano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), también considera que el intervalo mínimo varía según se trate de una dosis adicional del esquema primario –lo que se está aplicando ahora a mayores de 50 con Sinopharm e inmunosuprimidos– o la llamada tercera dosis de refuerzo que se dará luego a toda la población vacunada.
“Una cosa es la dosis adicional del esquema primario, que se debe dar al menos cuatro semanas después de la última dosis. Y otra cosa es la dosis de refuerzo, que aún no se está dando en nuestro país, que será para toda la población a partir de los seis meses de la última dosis, no antes”, describe.
Según explicaron desde el Ministerio de Salud de la Nación, la dosis adicional se administra “luego de un esquema primario con el beneficio demostrado de una dosis extra (situación en adultos mayores con vacunas de virus inactivado)”. Mientras que una dosis de refuerzo, o booster, “se aplica luego de un esquema primario con respuesta inmunológica inicial suficiente, ya que es probable que la respuesta disminuya con el tiempo”. Es decir que la tercera dosis que complementa el esquema primario amplía la protección y el refuerzo aumenta la inmunidad en forma periódica.
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