Dos sondas mellizas acaban de ingresar en órbita lunar
Trazarán el más preciso mapa gravitatorio de nuestro satélite natural realizado hasta hoy
NUEVA YORK.- Un par de naves mellizas de la NASA ingresaron este fin de semana en la órbita lunar para tratar de contestar preguntas persistentes acerca de la compañera celestial de la Tierra.
¿Cómo se formó la Luna? ¿Está su núcleo todavía fundido? ¿Y por qué es un cuerpo tan irregular y con tantos "chichones"?
A lo largo de décadas, más de cien naves llegaron a la Luna, "y todavía no sabemos por qué su cara anterior luce diferente de la posterior", dijo Maria T. Zuber, investigadora principal de la misión.
La cara que se enfrenta a la Tierra es plana y mayormente suave. La otra, montañosa.
"Para mí -dijo Zuber, profesora de geofísica del Instituto Tecnológico de Massachusetts-, si uno tiene un número de mediciones equivalente a cien misiones y todavía no conoce la respuesta a algo tan fundamental, entonces muy probablemente no la encontrará en la superficie, sino en otra parte. Con esta misión estamos apostando a que, conociendo realmente bien la estructura interna de nuestro satélite natural, podremos contestar todas estas preguntas."
La misión Recuperación de la Gravedad y Laboratorio Interior (o Grail, según sus siglas en inglés), que costó 496 millones de dólares, realizará una única medición: trazará un mapa del campo gravitatorio de la Luna. Pero lo hará con tal precisión que los científicos podrán contar con una imagen muy clara de su interior.
La misión Grail consiste en dos naves idénticas que fueron lanzadas en un cohete, una al lado de la otra, el 10 de septiembre. En lugar de tomar un rumbo directo a la Luna para su viaje de tres días, siguieron un camino más largo, una trayectoria que requería menos energía e iba primero hacia el Sol antes de dar una vuelta, retornar hacia la Luna y cruzarse con ella.
Grail-A entró en una órbita elíptica alrededor de la Luna el sábado a la tarde. Grail-B la siguió ayer a la tarde, lo que desencadenó que el equipo de 60 personas que participan en la misión tuviera un motivo más para festejar el año nuevo.
Los enigmas
En los próximos meses, correcciones realizadas mediante una serie de encendidos breves de los motores ubicarán a las naves en órbitas circulares que pasan sobre los polos lunares, a aproximadamente 55 km por encima de su superficie.
En marzo, las naves empezarán a registrar datos de la gravedad. Variaciones de densidad -por ejemplo, la altura de una montaña o una acumulación de metales pesados debajo de la superficie- cambian la atracción gravitatoria de la Luna y crean alteraciones en su órbita. El mapa gravitatorio será calculado a partir de las diferencias en la distancia y velocidad entre ambas naves.
Para la cara cercana de la Luna, los datos serán 100 veces mejores que aquellos de los que disponen ahora los científicos, dijo Zuber. Para la cara lejana, la mejoría aumentará mil veces. Esa precisión les permitirá a los investigadores poner a prueba, por ejemplo, las predicciones de una hipótesis de que la Luna es en realidad una amalgama de dos cuerpos celestes que colisionaron hace mucho tiempo y en el que los remanentes del más pequeño forman las montañas de la cara lejana.
Del mismo modo en que la gravedad de la luna crea las mareas oceánicas terrestres, así la gravedad de la Tierra deforma levemente la forma de la Luna. La medida de esta pequeña deformación permitirá saber si el núcleo de la Luna se enfrió y solidificó. Si lo hizo, la deformación debería ser más grande cuando la Luna está más cerca de la Tierra, dijeron los científicos. (La órbita de la Luna es casi circular, pero no exactamente.)
Pero si parte del núcleo todavía está fundido, como se cree en la actualidad, el movimiento retrasaría la deformación a poco después del acercamiento máximo. El efecto es tan pequeño que los científicos primero tendrán que corregir efectos como la presión de la luz que llega del Sol e impacta sobre la Luna.