Dos hermanos crearon una línea de juguetes para chicos con discapacidad
Comenzó como un proyecto familiar y ahora comercializa sus productos a todas las provincias; la opinión de madres y especialistas
Ana y Juan Siro son hermanos y fueron a un colegio inclusivo. Para ellos compartir aula con niños que tenían otras capacidades fue siempre algo normal. Hoy, después de casi 40 años, están convencidos que esa experiencia los marcó para siempre. Juntos crearon Juguetes Universales, la primera juguetería online focalizada en productos para niños con discapacidad en la Argentina.
Ana, graduada en Diseño Industrial en la UBA , se encarga de la parte creativa e institucional y su hermano, de los números. Su primer proyecto en conjunto fue Volá donde fabricaban juguetes para rehabilitación motriz con el que ganaron el premio a los mejores emprendedores que cada año otorga la ONG Inicia. “El premio fue un viaje a Francia. Ahí nos reunimos con los dueños de la juguetería francesa Hoptoys, especializada en productos para chicos con discapacidad, les ofrecimos hacer lo mismo en el país y aceptaron”, dice Ana.
Juguetes Universales comenzó en noviembre de 2014 y hoy cuenta con una variedad de casi 1000 productos pensados y diseñados desde una mirada inclusiva y orientada a la comprensión de la diversidad. Los productos se dividen en dos grupos. Los juguetes por tipo de estímulo –auditivo, táctil o de socialización, entre otros- caracterizados por la textura, colores y sonidos. Y los juguetes sugeridos por discapacidad que incluyen, en un total de siete posibilidades, el espectro autista, la parálisis cerebral y los trastornos sensoriales. Estos últimos pueden tener incorporados el lenguaje braille y la herramienta de comunicación SAAC (Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación).
Valeria Bruno es la mamá de Nacho, de 12 años. Conoció Juguetes Universales por Facebook: “Siempre veo a otras madres que comparten teléfonos de psicopedagogas y justo vi esto de los juguetes. Fue hace casi dos años, era toda una novedad en la Argentina”. Su hijo tiene parálisis cerebral y actualmente juega con rompecabezas de madera y dibuja gracias a los adaptadores de lápiz. Valeria también destaca otro aspecto: “No tiene que considerarse todo desde el aspecto lúdico, sino también del mejor desenvolvimiento cotidiano que pueden lograr muchos chicos gracias a estos productos”.
Maylen Regis llegó a los productos que vende Ana Siros por consejo de la terapeuta sensorial que colabora con Gero, su hijo de seis años. “Quería armar un kit de mordillos para la escuela y me recomendó Juguetes Universales. Primero mire los productos en la página y después fuimos con Gero al local, ahí él mismo me indicaba qué cosas le llamaban la atención”, cuenta. Maylen también resalta la importancia que tiene la división de los productos sugeridos para facilitar la elección de los padres. Al momento de reconocer el juguete que más potenció a su hijo, eligió el Tangle, una pieza con segmentos curvos que da la impresión de movimientos continuos: “Lo ayudó para el tacto con sus compañeros en la ronda del jardín, antes de usarlo le costaba mucho más”, comenta Maylen.
Además de la venta online también tienen un local en San Isidro . “A pesar de la tendencia por la compra en internet mucha gente se sigue acercando al local para poder tocar, agarrar los productos”, resalta Ana y agrega: “Muchos profesionales de la salud que se acercan al local llaman a colegas o a los padres para recomendar ciertos juguetes, contar si les funcionó. Pueden llegar a pasar horas revisando los productos”. Una política de la empresa es no revender a otras jugueterías: “Preferimos la reserva, el asesoramiento lo más personalizado posible”, dice Ana.
Los productos más vendidos por Juguetes Universales son los recomendados para tratar el trastorno del espectro autista. “Lo que hace la diferencia en estos productos son los apoyos visuales: además de niños autistas, pueden beneficiar a chicos con síndrome de down”, dice Ana. En esta categoría se pueden encontrar kits visuales desde $625, pizarras metálicas desde $387 o láminas de emociones a partir de $916.
Para la elección de los productos, Ana trabaja con una terapista ocupacional que la asesora. Los insumos con los que trabaja Juguetes Universales son todos de producción nacional: fabricados por microemprendedores y grandes empresas. Los únicos productos que no son de fabricación nacional, son importados desde Estados Unidos y están vinculados a los juguetes que usan niños con dificultades en los músculos orofaciales.
Los productos que vende Juguetes Universales son para niños entre 0 y 15 años. Pero Ana explica: “A veces la edad cognitiva no tiene mucho que ver con su edad cronológica: por ejemplo los chicos con parálisis cerebral salivan mucho y lo hacen cuando son niños y grandes. Por eso vendemos baberos para niños y con estampados más cancheros para que los utilicen chicos más grandes”.
Finalmente, Ana plantea que Juguetes Universales tiene como objetivo poder abrir una sucursal en Capital Federal y seguir avanzando para que la discapacidad deje de ser una cuestión tabú: “No hay que tener miedo, hay que acercarse, sin eufemismos y con responsabilidad”, sentenció.
Los productos de Juguetes Universales se pueden encontrar en su página web www.juguetesuniversales.com o en el local 2 de la Galería Y Point ubicada en Uruguay 4715, San Isidro.
Juguetes Universales desde la óptica de la salud y la educación
Cuando decidieron encarar el proyecto de la juguetería, los hermanos Siro entendieron la importancia que tenía incluir a profesionales de otras áreas. De esta manera sumaron a especialistas que potenciaron la fabricación, el diseño y el trazado de los objetivos sensoriales y de aprendizaje de cada producto.
“Desde el juego se llega mucho más rápido al conocimiento”, dice Marta Vartanian, estudiante de psicopedagogía y maestra en los centros Capi de Pacheco y Yachay de Benavídez. En ambos establecimientos brinda apoyo escolar extracurricular a niños con discapacidades. Conoció Juguetes Universales por las redes sociales y asegura que la recomendación de sus productos a los padres influyó en el desenvolvimiento de sus alumnos: “Los memotest, las lapiceras ergonómicas y los productos de lectura ayudan muchísimo para desarrollar la motricidad fina y potenciar la alfabetización: dos recursos elementales en los chicos”, asegura y plantea un desafío respecto al sistema educativo y los niños con discapacidades: “Estamos en 2018 y en las escuelas se sigue hablando con temor sobre la integración o la inclusión, es un debate históricamente pendiente. Pero creo que de alguna manera este proyecto colabora para derribar ese precepto”.
María Mayer conoció a Ana Siros buscando productos para su consultorio en Mercado Libre. Terapista ocupacional, es la encargada de brindar asesoramiento sobre cuestiones como graduación, altura y el tipo de base que deben tener los productos que ofrece Juguetes Universales. “Con este proyecto que encabeza Ana se lograron muchísimas estrategias médicas, tener buenos productos garantiza que el progreso del paciente se acelere: ya no cortas una botella con el cuchillo o buscas algún pedazo de madera suelto por la casa”, dice. También rescata lo importante que resulta que cada familia y colegios inclusivos tengan sus propios productos: “Antes los profesionales debíamos comprar todo y tenerlos en nuestros consultorios, ahora esa tarea se delegó y facilita mucho las cosas”. Según la opinión de María, en la Argentina se evidencia un claro avance respecto al abordaje de la discapacidad y menciona un ejemplo: “Antes era muy difícil que ciertos lugares tengan sillas de ruedas, hoy eso ya está mucho más naturalizado”.
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