"El feminismo no es la contracara del machismo. La aspiración del feminismo no es pasar de dominadas a dominantes". Así lo afirmó la doctora en Filosofía y docente de la UBA, Diana Maffía, respetada intelectual feminista quien es, además, directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de CABA. Ella estuvo en +INFO Segunda Edición, en LN+ , donde fue entrevistada por la periodista Luciana Vázquez. También analizó "la corporación masculina", y sostuvo: "Hay muchos varones que están en estructuras de poder abusivas".
Sobre los efectos colaterales del avance del feminismo en el mercado de trabajo, donde algunos empleadores están empezando a no contratar mujeres, analizó: "Hay varones que no conciben una relación laboral que no sea abusiva y su única manera de evitar el acoso es no contratar mujeres". En esos casos, sostuvo Maffía, "la única forma posible de contacto es de poder".
Respecto de las relaciones sexuales entre mujeres y varones, afirmó que hay hombres que "no pueden concebir una forma de sexo que sea sensible con la persona con la que está teniendo sexo, que no sea sólo un objeto para su placer personal".
Durante la entrevista, puso especial atención en las relaciones entre adolescentes y las denuncias de acoso y abuso en colegios secundarios y la lógica del escrache por parte de las adolescentes.
"El escrache a los 14 a lo mejor es una conducta extrema. Estigmatiza varones que están construyendo su identidad. Pero el precio de no estigmatizar, ¿es que las mujeres soporten las conductas abusivas de esos varones?", planteó la filósofa.
Según Maffía, "lo que falla es la institución. No se previeron recursos para que sean viables preocupaciones, denuncias, asesoramientos", y agregó: "La cuestión de las denuncias y el escrache tiene un ida y vuelta. Si no tenemos un ámbito confiable claro en el cual las cosas se puedan conversar y puedan ser reparadas, la solución va a ser informal. El escrache tiene siempre la intención de una sanción social, no legal".
Siempre hablando de los adolescentes y el escrache, Maffía explicó: "Producto del escrache no se pueden tomar penalidades sobre los sujetos. Hay que conversarlo un poco. Ver de qué manera se pueden reparar las cosas. Siempre se deberían reparar las cosas entre los adolescentes".
Para Maffía "hay que ver como actua la comunidad educativa. Incluye a las familias y profesores. Todos se tienen que comprometer con un ambiente libre de violencia". También sostuvo: "El acercamiento torpe de los adolescentes tiene que ver con la educación emocional que reciben. El segregar a un varón es desresponsabilizar a todo el resto de los varones"
Maffía puso el foco en una educación en la comunicación emocional. "Los jóvenes no expresan el lenguaje de las emociones. No es lo mismo mandar un emoticón y otra es, en una oración, explicarle al otro cómo me siento y qué me produce su presencia. La escuela tiene un modo de educación racional y de contenidos y no un modo de educación en la inteligencia emocional. Creo que esto es una deuda. La única forma para resolver la violencia es mediante la comunicación y el diálogo".
Maffía puso cifras sobre la mesa sobre el mundo sexual de las adolescentes: "El 60% de las adolescentes dice haberse iniciado sexualmente en una situación que quizá no es la que querían. Las circunstancias la llevaron a un modo que no pudieron decir que no" y agregó: "Las mujeres estamos educadas para no ser las que iniciamos una relación sexual o proponerla".
Sobre la "libertad de importunar", el concepto desarrollado por la feminista francesa Catherine Millet, acerca de la necesidad de no penalizar los contactos entre hombres y mujeres aunque a veces generen situaciones incómodas, Maffía precisó: "Hay que diferenciar el acercamiento no solicitado al acoso".
En ese sentido, desarrolló: "Una cosa es que se te acerque alguien que no deseabas previamente. Es una sorpresa porque irrumpe algo inesperado. Se acerca alguien que no deseabas previamente. Otra cosa es desear que no. Desear que no, no es lo mismo que no desear. Que no estuviera previamente tu deseo implica que algo es sorpresivo y vos verás si aceptás o no esa sorpresa. No desear es una cosa. Y desear que no es otra. Tengo el deseo de que no se me acerque esa persona. Y si esa persona sigue importunando porque rompe mi aceptabilidad y deseo no me está tomando en cuenta como un sujeto que tiene también la posibilidad de decidir qué hacer y no hacer. Hay que distinguir entre que alguien puede irrumpir sorpresivamente. En esto consiste la diferencia en un mundo subjetivo y otro objetivo. El mundo objetivo irrumpe en tu vida sin tu planificación. El otro aparece en tu vida y tenés derecho a decir que sí o no. No hay sensibilidad en los varones para no es no".
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