Dialogar sin invadir, ése es el desafío
Los chicos viven en un mundo de pantallas. En un año, un adolescente pasa 1200 horas con la tecnología, mucho más tiempo que en la escuela. Porque para las pantallas no hay sábados, domingos, feriados ni vacaciones.
La tecnología ha transformado la manera en que los chicos aprenden, en que se relacionan, en que construyen conocimientos y en que acceden a información. "Si no estás en Facebook, no existís", suelen decir ellos.
Con frecuencia, cuando navegan en la Web, los adolescentes asumen conductas de riesgo: dan información personal, comparten datos de su vida diaria, suben fotos privadas, chatean con desconocidos... Los chicos no miden el alcance de Internet y piensan que sólo sus amigos leerán lo que escriben. Además, se sienten "expertos" en el tema, están convencidos de que son los que más saben de Internet en la casa y, por eso, minimizan los riesgos.
¿Qué pueden hacer los padres? Los controles parentales que ofrecen los diferentes servidores son, sin duda, una ayuda. Ninguno, sin embargo, reemplaza al diálogo familiar. Pero estar informados no significa invadir la privacidad. Los adolescentes -como los adultos- tienen derecho a su vida privada, en especial en una etapa en que sus principales referentes ya no serán los padres, sino sus amigos. No se trata de conocer el contenido de los diálogos que mantienen con sus compañeros, ni saber si hablan más con un determinado chico o chica, sino verificar que se trata de gente que los adolescentes ya conocen en la vida real y no de desconocidos que los abordan en la Web.
También es fundamental explicarles que no siempre sabemos quién está detrás de la pantalla. Por eso es conveniente que no suban información personal a las redes sociales, lo que no significa revisar el perfil del chico sin que él lo sepa. La clave para la vida virtual es la misma que para la real: acompañar, estar presentes, explicar, orientar y dialogar. Sin invadir la privacidad.
La autora es especialista en cultura juvenil, su último libro es Los chicos y las pantallas