Día mundial sin tabaco: el impacto del cigarrillo en la fertilidad
Cuando nos acercamos a una fecha conmemorativa como puede ser el 31 de mayo, día mundial sin tabaco, es común el bombardeo de información sobre cómo el consumo del cigarrillo aumenta las probabilidades de enfermedades cardíacas, vasculares y pulmonares. De hecho, según la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos (GATS), realizada en la Argentina en 2012, el 98,3% de los adultos cree que fumar causa enfermedades graves. Sin embargo, son pocas las personas que toman conciencia de los efectos que tiene el consumo del tabaco en la fertilidad e incluso en la salud de su descendencia.
Según indica la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM, por sus siglas en inglés) las mujeres que fuman tienen una tasa de embarazo un 30% menor a pacientes no fumadoras. Esto sucede porque los químicos presentes en el humo del cigarrillo, como la nicotina, producen diversas alteraciones en la mujer: aumenta la probabilidad de infertilidad y el tiempo de concepción de un bebé; durante el embarazo, ya que su consumo está asociado con malformaciones en los descendientes, incrementa las chances de anormalidades neuro-conductuales, riesgo de obesidad infantil e, incluso, infertilidad; y, en cuanto a la menopausia, puede adelantar su aparición por 2-3 años. Además, de acuerdo a la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos, casi la mitad de la población refirió haber estado expuesta al humo del tabaco ajeno, siendo mujeres en más del 40% de los casos. No solo la fumadora activa sufre las consecuencias del cigarrillo, sino también aquellas que consideramos fumadoras pasivas padecen las consecuencias de manera indirecta, ya que la exposición intrauterina a químicos relacionados con el cigarrillo reduce la fertilidad femenina.
En el hombre la incidencia del tabaco y la fertilidad no es una excepción. De hecho, pueden presentar una disminución en la calidad, cantidad y motilidad de los espermatozoides al igual que un aumento de espermatozoides con anomalías morfológicas. También produce efectos nocivos en el ADN masculino y fragmenta el material genético de los espermatozoides, lo que causa infertilidad en el varón.
Pero las consecuencias del tabaquismo no se detienen en los fumadores o fumadores pasivos, sino que también se presentan en la descendencia. El tabaquismo materno, particularmente el tabaquismo moderado (más de 10 cigarros al día), se ha relacionado con un menor recuento y calidad de esperma en los hijos varones y una reserva comprometida de ovocitos y subfecundidad entre la descendencia femenina.
El consumo del tabaco es un hábito con muchos efectos que atentan contra la salud no solo de quien fuma sino también de los que lo rodean. Y que, a la hora de planificar una familia, el consumo del tabaco en cualquier miembro de la pareja juega un rol muy importante. Hay que tomar conciencia de que detener ese hábito mejorará su salud y la de sus hijos.
Fernando Neuspiller
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