Día Mundial del Sida: un proyecto piloto incorpora por primera vez la profilaxis preexposición para el VIH
Hasta ahora, se utilizaba en el país en ensayos clínicos; se está aplicando en centros de la ciudad de Buenos Aires, Mar del Plata, San Juan y Tucumán
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Una nueva herramienta podría sumarse en el país a la prevención de nuevas infecciones por VIH si un proyecto piloto a prueba desde hace unos meses se transforma en una política pública para reducir el riesgo de contraer las infecciones de transmisión sexual (ITS), según se pudo conocer en este Día Mundial del Sida. Se trata de una batería de intervenciones que incluye por primera vez el uso de medicación antirretroviral en personas VIH negativas vulnerables: la profilaxis preexposición (PrEP), que disminuye en más del 95% la posibilidad de contraer el virus del Sida.
“La PrEP reduce el riesgo de infectarse en aquellas personas con alto riesgo por sus prácticas sexuales. Es la novedad más significativa porque es la primera vez que se utiliza en el país fuera de ensayos clínicos y dentro de lo que se conoce como prevención combinada. Es una herramienta extremadamente útil, recomendada por las agencias sanitarias internacionales y entidades científicas”, explicó Marcelo Losso, responsable del Área de Investigación de Enfermedades Emergentes y de la Clínica de Salud Sexual del Hospital Ramos Mejía.
El hospital es uno de los centros de atención que participa del proyecto piloto con otras instituciones y ONG de la ciudad de Buenos Aires, Mar del Plata, Tucumán y San Juan con los programas provinciales de VIH e ITS locales. Está coordinado desde la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis Virales y Tuberculosis del Ministerio de Salud de la Nación, con la cooperación técnica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Onusida. Al momento, se incorporaron unos 400 participantes desde mediados de año, según explicó Marcelo Vila, asesor nacional del Área VIH, Hepatitis, Tuberculosis e ITS de OPS Argentina. Solo en el Ramos Mejía la demanda es tan alta que se están programando los turnos para la primera consulta vía WhatsApp (+54 9 11 5750-0478) recién en tres semanas.
En 2019, Salud publicó dos guías para la implementación de los centros de Prevención Combinada y PrEP en el sistema sanitario argentino, con la previsión de arrancar en 2020. La pandemia obligó a postergarlo hasta mediados de este año.
“Ante la situación actual de nuestro país —se definió en ese momento—, con un aumento de los diagnósticos en hombres jóvenes que tienen sexo con otros hombres (principal vía de transmisión del grupo de varones de entre 15 y 34 años en la actualidad), una prevalencia en poblaciones clave como las personas transgénero que supera ampliamente a la media nacional y con una escalada en los casos de infecciones de transmisión sexual, se requiere de un abordaje integral” a través de la prevención combinada, en la que “la PrEP es una herramienta adicional de prevención del VIH en poblaciones clave”.
Primera evaluación
En el país, unas 140.000 personas viven con VIH y un 17% lo ignora, de acuerdo con datos que la cartera sanitaria nacional actualizó hoy. Cada año, se diagnostican unos 4500 casos nuevos; el 30% se detecta con la infección ya avanzada.
Este jueves, habrá una primera evaluación del nivel de aceptación y adherencia de los participantes y se empezará a definir cómo ir extendiendo la prevención combinada a más centros en el país.
Hay una validación previa para eso, ya que hay que contar con personal entrenado en la evaluación del riesgo, situaciones de vulnerabilidad e indicación de PrEP y profilaxis postexposición (PEP), infraestructura para el testeo de las ITS y análisis de laboratorio de seguimiento, servicios de salud sexual y reproductiva, capacidad instalada para la provisión de la PrEP, PEP y tratamiento antirretroviral en el caso de un diagnóstico, disponibilidad de vacunación contra enfermedades inmunoprevenibles, como las hepatitis o el VPH, entre otras prestaciones.
“La prevención combinada es una práctica que demanda tener infraestructura, con posibilidad de derivación o acceso en el lugar a todas las prácticas de atención, además de personal capacitado —continuó Losso—. En ese contexto, el uso de la PrEP es una estrategia que, con personal que sepa seleccionar al potencial usuario y con el resto de las intervenciones, es extraordinariamente eficaz. Es la oportunidad de poder evitar cientos de infecciones nuevas por VIH anualmente.”
Esa selección es de acuerdo con criterios predefinidos de riesgo que se evalúan en la primera consulta. Las guías nacionales indican que, epidemiológicamente, la población con mayor vulnerabilidad a la exposición al VIH son las personas trans, los hombres que tienen sexo con hombres, las parejas heterosexuales serodiscordantes (uno es VIH positivo y, el otro, VIH negativo), los trabajadores sexuales y los consumidores de drogas inyectables. “Si la persona que consulta tiene un 2% o más de riesgo por año de contraer VIH, vale la pena usar la PrEP”, precisó Losso.
Eso surge al relevar los criterios de indicación definidos, que son, por ejemplo, haber tenido en los últimos seis meses una ITS (sífilis, gonorrea, clamidia), haber utilizado profilaxis postexposición más de una vez, haber tenido sexo anal sin preservativo, haber consumido estimulantes antes de tener relaciones sexuales, haber compartido agujas al consumir drogas inyectables o, en las parejas serodiscordantes, cuando la persona VIH positiva no mantiene la carga viral indetectable en el tiempo y no siempre tienen relaciones sexuales con preservativo.
El uso de la profilaxis, cuando está indicada, es de una toma diaria en la mayoría de los casos. El acceso es sin costo para los participantes.
Una vez coordinado el plan a seguir, comienza el seguimiento con consultas mensuales que sirven también para ir ajustando las medidas de prevención recomendadas. Esto atrae al sistema de salud a población, en general de entre 18 y 35 años, con poco acceso a la atención. Las intervenciones más tempranas también interrumpen la transmisión de ITS.
“Si bien en la región hubo proyectos piloto como este, solo en Brasil y Chile existe como política pública y este apoyo [de OPS y Onusida] está disponible para quien lo solicite y cumpla con los requisitos de recibirlo en las instituciones del país”, dijo Vila.
El objetivo del proyecto en curso es determinar cómo la implementación de la prevención combinada resulta en la vida real en cuanto a su aceptabilidad y eficacia, con las características del sistema de salud argentino. “Se determinará en la práctica cuántas personas adhirieron a las intervenciones y siguen siendo VIH negativas al año —precisó el consultor—. Es fundamental actuar en la prevención ante la consulta de una persona que se siente en riesgo de contraer ITS o VIH para poder disminuir las infecciones.”
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