Día Mundial del Sida: advierten que por la pandemia hubo una fuerte caída de las consultas por VIH
Alrededor de 140.000 personas viven con esta enfermedad en la Argentina, pero el 17% lo desconoce; durante las restricciones por la crisis sanitaria, muchos retardaron la decisión de testearse
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En la Argentina alrededor de 140.000 personas viven con VIH, pero el 17% lo desconoce porque no fue diagnosticado, según el último Boletín sobre VIH e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) del Ministerio de Salud de la Nación. La saturación del sistema sanitario y la priorización de los casos por Covid-19 desde que empezó la pandemia en marzo de 2020 impactaron en los pacientes de VIH y de sida, y también en el resto de las ITS. Esto implicó, como afirman los especialistas consultados, un retraso en los diagnósticos y en los tratamientos de esta enfermedad crónica.
“En nuestro país, lamentablemente, persiste un elevado porcentaje de diagnóstico tardío, que presumimos que se elevó con la situación pandémica. Disminuyó la cantidad de testeos de VIH y, aquellos que estaban infectados llegaron tarde al diagnóstico”, indicó a LA NACIÓN María Marta Greco, presidenta de la Comisión HIV de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). El 30% de los diagnósticos se disponen en una etapa avanzada de la infección, según el informe.
Con motivo del Día Mundial del Sida, las asociaciones civiles y los organismos estatales insisten en la importancia de la prevención de todas las ITS. “Mediante un tratamiento antirretroviral, farmacológico, podemos ofrecer la posibilidad de una sobrevida en calidad y cantidad similar a las personas que no tienen VIH. Pero esto cobra mayor importancia si el paciente se diagnostica en forma temprana durante el curso de su infección”, destacó Greco, que consideró un diagnóstico tardío “cuando sus defensas, las células CD4, son muy bajas o, incluso, han bajado tanto que presenta una infección agregada”. Y completó: “En estos casos, el camino es más largo. Pero hay mucho por hacer en este momento y la mayoría de las personas salen adelante”.
El Ministerio de Salud de la Nación manifestó que, por las restricciones que impuso la pandemia, no se produjeron retrasos en la medicación. “Aunque algunas personas pueden haberse desvinculado de los servicios de salud y hubo un trabajo en 2021 para revertir eso”, indicó la cartera que encabeza Carla Vizzotti.
Guillermo Viloria, infectólogo y coordinador de la Clínica de Salud Sexual y el Centro de Prevención, Asesoramiento y Diagnóstico (Cepad) del Hospital Ramos Mejía, señaló: “En marzo de 2020 hubo una caída abrupta de las consultas, que nos obligó a implementar servicios de telemedicina para no perder el contacto con los pacientes. Se produjeron retrasos en los diagnósticos por dos motivos claros: los centros de testeos disminuyeron su horario de atención o cerraron y, además, los ciudadanos no concurrían a testearse por miedo al coronavirus. En nuestro centro se redujeron los testeos más del 50% [presentan un promedio anual de 4000, en 2020 realizaron menos de 2000]. Además, posteriormente, hubo muchas más internaciones de personas con VIH con diagnóstico reciente. Ya sea porque se suspendió el tratamiento o porque no se diagnosticó a tiempo”.
Actualmente, según el Ministerio de Salud de la Nación, más de 65.000 personas con VIH se encuentran bajo tratamiento antirretroviral en hospitales públicos de la Argentina. Además, cada año se diagnostican 4500 nuevos casos.
Un gran estigma
Tras cuatro décadas desde la aparición de los primeros casos de sida, esta enfermedad, que puede transmitirse por vía sexual, entre otras, todavía carga con un gran estigma social. “No se trata solo del prejuicio que carga la sociedad sobre las personas con VIH, también del estigma que carga uno. Cuando en marzo llegó la pandemia, yo no sabía cómo iba a conseguir mi medicación y no tenía contención. Mi familia no sabe nada. Lo llevo solo y en silencio”, contó Emanuel, de 28 años, y residente en Jujuy, que vive con VIH desde hace tres años.
El joven retiraba su medicación mensualmente en Córdoba, pero debido a las restricciones de salud iniciales no se podía viajar. “Contacté con el programa provincial de VIH y me facilitó un frasco de 30 pastillas, aunque estuve una semana sin medicación. A mi médico lo derivaron a un hospital del interior. Después, regularon las recetas electrónicas cada tres meses. También perdí uno de los dos controles anuales. Uno no puede salir a reclamar, porque tiene que exponer su situación y hay mucha discriminación”, señaló.
El joven dio positivo para Covid-19 en septiembre del año pasado. “Hubo gripes en las que me sentí peor. Tenía miedo de cómo interactuarían dentro del cuerpo estos dos virus: uno al que no le encuentran la cura desde hace 40 años y otro que conocíamos hacía seis meses”, agregó.
El Ministerio de Salud de la Nación impulsó la iniciativa “Indetectable=Intransmisible (I=I)”, destinada a la difusión de información acerca del VIH: “Las personas con esta infección que mantienen el tratamiento antirretroviral y con carga indetectable no transmiten el virus por vía sexual a otras personas. Se habla de ‘indetectable’ cuando, a partir de una correcta adherencia al tratamiento, se logra evitar la replicación del virus y se disminuye su cantidad en sangre hasta niveles que no pueden ser detectados por análisis convencionales”.
Consecuencias
“En nuestro centro se incrementaron las internaciones por sida respecto a las cifras que tenemos históricamente. Se abandonaron tratamientos, por desconocimiento o por temor a la circulación por el coronavirus, que repercutieron claramente en la evolución de la enfermedad. Este empeoramiento situacional de la salud pública global en cuanto al VIH también se observó en otras ITS, como sífilis, gonorrea y clamidia, sobre los que apareció una gran cantidad de diagnósticos cuando se atenuaron las restricciones. Son las principales enfermedades ocultas durante la pandemia, donde no se realizaron diagnósticos”, relató Viloria.
Y añadió: “El diagnóstico de las ITS, en particular del VIH, tiene una implicancia para la persona, porque su situación inmunológica y clínica es probable que se presente más deteriorada con un diagnóstico tardío. Con mayor probabilidad de enfermarse, internarse o morirse, y de desarrollar sida, que con un diagnóstico precoz”.
“Además de la importancia de que el paciente inicie pronto el tratamiento para escapar a los riesgos de la inmunodeficiencia, está demostrado que indetectable es igual a intransmisible; es decir, que si su carga viral se mantiene indetectable por más de seis meses, no va a transmitirla a terceras personas. El tratamiento es una herramienta de salud pública, tanto para beneficio individual como comunitario”, agregó Pedro Cahn, director científico de la Fundación Huésped. El infectólogo también admitió que hubo un retraso en los diagnósticos: “Todos los sistemas de salud sufrieron consecuencias por la pandemia con el teletrabajo, la dificultad de la gente para movilizarse y el temor a hacer trámites; hasta que se fue acomodando todo. Además, muchos servicios se reconvirtieron por atender los casos de Covid-19 y mucha gente dejó de ir a las consultas”.
El especialista advirtió sobre los efectos de suspender el tratamiento: “En poco tiempo vuelve a subir la carga viral, que la tenía suprimida, y comienzan a bajar las defensas. Cuando los niveles de CD4 están por debajo de 200, aparecen las complicaciones infecciosas que pueden poner en riesgo la vida del paciente. Además, si se toma la medicación de forma intermitente, el virus puede desarrollar resistencia”.
En la misma línea, Natalia Haag, directora nacional de Prevención y Testeos de la asociación Aids Healthcare Foundation (AHF), destacó: “El VIH es una infección crónica que requiere de medicación todos los días, a la misma hora, para mantener una buena adherencia. Cualquier faltante o demora en la entrega del tratamiento antirretroviral es una gran preocupación, y esto se produjo durante la pandemia, tanto en el sector público como en el privado. Además, el estigma conlleva a que muchas personas tengan miedo de conocer su diagnóstico y sigue siendo un gran tabú vivir con VIH. Otras ITS, que también son una pandemia, no cargan tanto estigma como esta”.
Prevención
Ante las dificultades que presentó la pandemia por Covid-19 en el sistema de salud, las organizaciones civiles se movilizaron para evitar en la medida de lo posible que los pacientes se vieran perjudicados. “La mayoría de programas reaccionaron rápidamente y constituyeron medidas para mitigar el impacto de la situación, a través de consultas virtuales con profesionales o recetas electrónicas que acercaron el tratamiento a los pacientes”, destacó Greco.
“A partir de la llegada de la pandemia nos dimos cuenta de que teníamos que actuar rápido y creamos un nexo entre el Estado y las personas que requerían acceso al servicio de salud, además de una red de contención de atención a VIH y Covid, porque la pandemia vino a movilizar la salud mental de todos”, señaló Matías Muñoz, presidente de la organización Ciclo Positivo.
“Consideramos que los recursos no son suficientes y, con mayor información, las personas podemos tomar decisiones con mayor libertad. Es muy necesario poder seguir trabajando en la implementación adecuada de la ESI [Educación Sexual Integral] y trabajar en conjunto con los Estados para que esta información esté al alcance de todos”, agregó.
Además, se incorporó a las personas que viven con VIH o SIDA como grupo de riesgo para priorizar en el plan de vacunación nacional. “Pero aún hace falta incorporar en la agenda pública al tema, más aún después de la pandemia. Todos los ciudadanos tenemos que trabajar para terminar con el estigma y la discriminación hacia las personas que viven con VIH porque eso genera más daño que cualquier virus”, concluyó Greco.
Cahn, respecto a la importancia de la prevención, añadió: “Debemos recordar que el sida es una enfermedad prevenible y tratable; y en el mundo se infectan y mueren miles de personas. Estamos lejos de funcionar como se debe en todas las partes del mundo”.
Dónde testearse y recibir información:
- Ministerio de Salud de la Nación: llamando al 0800-333-444. De lunes a viernes de 9 a 21 y sábados, domingos y feriados de 9 a 18. Es gratis, confidencial y anónimo. Además, presenta un listado de referentes provinciales.
- Sociedad Argentina de Infectología (SADI): Comisión de sida y ETS, a través del número +5411-4857-6681.
- Clínica de Salud Sexual del Hospital Ramos Mejía: enviando un mail a info@clinsex.org o contactando al 11-5750-0478. De 8.30 a 16.
- Fundación Huésped: contactando a través de la página web.
- Asociación Ciclo Positivo: a través del mail info@ciclopositivo.org o contactando por la página web. También ofrece contención psicológica.
- AHF Argentina: pidiendo turno en el centro de testeo más cercano a través del teléfono 11-5885-3333, de 10 a 18.
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