Día Mundial del Riñón: con consultorios especializados, buscan anticipar la detección de la enfermedad renal crónica avanzada
Habría más de 800.000 argentinos en esa condición; la Sociedad Argentina de Nefrología y el Incucai firmaron un convenio para mejorar el estado general en el que están llegando los pacientes al diagnóstico
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Con más de 800.000 argentinos con enfermedad renal crónica avanzada que lo ignoran, los especialistas en la salud de los riñones buscan reducir la alta proporción de casos que siguen llegando a la consulta poco antes o cuando ya necesitan diálisis o un trasplante. Para eso, buscan crear consultorios orientados a una identificación más activa de esos pacientes, registrar los casos en una etapa más temprana de la enfermedad que hasta ahora e incorporar el tratamiento conservador, con cuidados y controles desde ese momento.
El anuncio de la firma de un convenio entre la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN) y autoridades del Incucai para implementarlo coincidió este jueves con la conmemoración del Día Mundial del Riñón. “Es una enfermedad silente que cuando llega al diagnóstico lo está haciendo muy tarde. Ya está avanzada”, describió Carlos Bonanno, presidente de la SAN.
Señaló que, a partir de una catástrofe como fue la pandemia de Covid-19, quedó más evidente la vulnerabilidad de los pacientes renales en un escenario en el que no dejaron de aparecer nuevos casos y se discontinuaron tratamientos a pesar del esfuerzo para que en medio del aislamiento social los pacientes siguieran recibiendo atención. “Es necesaria una red de contención temprana”, sostuvo Bonanno a partir de lo vivido.
Con la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2018-2019), se proyectó que en el país hay unos 4,6 millones de mayores de 18 años con algún grado de alteración de la función renal crónica. Cada año, como publicó LA NACIÓN, se detectan unos 36.000 casos, pero hay 7000 que ingresan a diálisis para compensar esa disfunción. El año pasado, el 62% de los US$2150 millones destinados a la atención de esa afección fue para diagnosticar y tratar pacientes con daño avanzado o que necesitaron diálisis o un trasplante.
Datos del Incucai que presentó Liliana Bisigniano, directora Científico Técnica del organismo, confirmaron esa vulnerabilidad de la que habló el presidente de la SAN. La letalidad en 2020 (primera ola pandémica) entre pacientes que estaban en diálisis fue del 27,2% en el pico de contagios, comparado con un 3% informado oficialmente para la población general. Y ese valor, según confirmó ante la consulta del auditorio, fue superior a los reportes internacionales. A la vez, en 2020 la cantidad de donantes y de ingresos a lista de espera de trasplante renal cayó a la mitad.
“Sabíamos que íbamos a tener un gran impacto en nuestra población [de pacientes]”, expresó Marina Papaginovic, vicepresidenta de la SAN y coordinadora del Comité Covid de esa institución.
Guillermo Rosa Diez, coordinador del Comité de Salud Renal de la SAN, planteó que la enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) es una “asignatura pendiente” en salud pública por la mayor morbilidad y los costos para el sistema. Apuntó que hay más de 800.000 argentinos en esa situación (entre estadios 3b y 4) y lo desconocen. “Necesitamos un registro”, dijo al referirse a que desde más de una década se monitorea a los pacientes que ingresan a diálisis o reciben un trasplante (estadio 5) en el Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (Sintra).
Oscar Canel, responsable de la Unidad de Programas Especiales del Incucai, destacó en esa línea la importancia de la creación de consultorios especializados en ERCA en el sector público y privado para una búsqueda más activa. “Si seguimos esperando a los pacientes en el consultorio, no nos va a seguir yendo bien”, indicó.
Para Carlos Soratti, presidente del Incucai, ampliar el registro en el Sintra ayudará a mejorar la calidad de la atención y asignar mejor los recursos. “Nos permitirá dimensionar un problema de envergadura como es la falla renal crónica y nos permitirá, también, llegar antes. Se nos están perdiendo centenares de personas en el camino”, dijo en el auditorio de la Asociación Mutual del Personal del Hospital Italiano, en el barrio de Almagro, donde fue el encuentro.
En diálogo con LA NACIÓN, Bonanno insistió: “Los pacientes no llegan en buenas condiciones a la diálisis o el trasplante. Muchos fallecen en el camino. El registro de pacientes en diálisis y trasplantados que tenemos nos permite ver la punta del iceberg. Ahora, vamos a poder ver un poco más al registrar a los pacientes en una etapa anterior. Con intervenciones disponibles y la incorporación del tratamiento conservador y la creación de los consultorios de ERCA, hay que enlentecer la enfermedad renal crónica para que un paciente no ingrese a diálisis y, si lo hace, que llegue en mejores condiciones generales que hasta ahora”.
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