Día Mundial de Lucha contra el Sida: por qué no se puede saber con precisión cuántos argentinos viven con VIH
Los países utilizan una herramienta informática de Onusida para hacer una estimación de indicadores; los resultados dependen de la calidad de los datos estadísticos nacionales
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La cantidad de personas que viven con VIH en el país sigue siendo una incógnita, aun entre médicos e investigadores que se ocupan a diario de un virus que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera una amenaza de salud pública entre las infecciones de transmisión sexual (ITS). Algunos mencionan que serían más de 140.000 y, otros, que podrían superar los 180.000 casos. ¿Cómo surge, entonces, la cifra nacional que se actualiza cada año y que hoy, a propósito del Día Mundial de Lucha contra el Sida, se estimó en 140.800, incluido un 13% que desconoce que es portador porque nunca se testeó?
Ese número, entre otros indicadores de tendencia, lo proporciona un software que administra Onusida, el programa sobre VIH/sida de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a partir de cruzar datos sobre la población, los grupos de riesgo, las confirmaciones diagnósticas notificadas a los sistemas nacionales de vigilancia epidemiológica, la cantidad de pacientes en tratamiento, entre muchos más. Ese software, llamado Spectrum, proyecta los indicadores a partir de un modelo matemático.
Los resultados (número de personas que viven con VIH, nuevas infecciones, embarazadas que están infectadas, cobertura terapéutica y mortalidad asociada con el sida, por ejemplo) dependerán de la calidad de las estadísticas de cada país. La nueva estimación que publicó hoy la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, hepatitis virales y tuberculosis (Drvihvyt) del Ministerio de Salud de la Nación es de 140.800 casos al año pasado, un promedio de un rango que por el margen de error del modelo para la estimación sería de entre 138.000 y 142.000 casos.
Los datos describen, a la vez, que la mayoría de los casos confirmados (65.500 personas) se atienden en el sistema público de salud, mientras que el resto lo hace por obras sociales o prepagas. Y el 98% de las infecciones ocurre por relaciones sexuales sin protección.
“El VIH en la Argentina es una epidemia concentrada, con prevalencias mayores al promedio, en algunos grupos clave, como las mujeres trans, los varones que tienen sexo con otros varones y los trabajadores sexuales”, indica el reporte. La mayoría de los nuevos diagnósticos (69,4%) se dio en los tres últimos años en los varones, el 29,3% en las mujeres y el 1,2% en las personas trans. El promedio de edades era de entre 30 y 35 años en esos grupos. El diagnóstico sigue siendo tardío en el 30,1% de los casos, como promedio nacional. La ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Salta, Jujuy, San Luis y Chubut aparecen por debajo de esa proporción.
Por la mañana, se había publicado en el Boletín Oficial la reglamentación de la Ley N° 27.675 de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis Virales, otras ITS y Tuberculosis. El área específica de la cartera sanitaria no estaba disponible hoy, según se indicó ante la consulta de LA NACIÓN.
Estrategia
Hoy, también, la OMS actualizó su informe sobre viruela del mono o mpox, por su nuevo nombre en inglés. En ese documento insta a que los casos sospechosos se testeen para VIH porque uno de cada dos casos de mpox notificados en el mundo era VIH positivo. En el país, según se actualizó en el informe difundido hoy, hasta la semana pasada se habían notificado 1513 casos sospechosos, de los que se confirmaron 895 y quedaban 80 en estudio. El resto, se descartó. El 93% de los contagios ocurrió en el país, en personas que no habían viajado a áreas afectadas antes de que empezaran a tener síntomas.
“El año pasado, en la ONU, se aprobó la nueva estrategia global ‘Terminar con la desigualdad, terminar con el sida’ porque el VIH/sida no tiene que ver solo con la salud, sino también con el acceso a la educación, el trabajo, la no discriminación y criminalización, es decir, los beneficios sociales de los que deben gozar las personas. En el país, tenemos un marco legal muy bueno, pero difícil que se cumpla, con diferencias notables entre las provincias”, explicó Sergio Maulen, médico infectólogo y exdirector nacional de Respuesta al VIH, ITS, hepatitis virales y tuberculosis.
Agregó que sigue pendiente resolver las barreras del sistema sanitario para que sea “más amigable” para los pacientes de manera uniforme, en todo el país, en cuanto al acceso a los turnos y la entrega de tratamientos cada tres meses, en lugar de que sea mensual, por ejemplo. “El impacto más fuerte, y que la ley lo plantea, tiene que ver con mejoras reales de las condiciones de vida [de las personas con VIH/sida] que les permitan tomar decisiones saludables”, agregó Maulen. Eso incluye erradicar la violencia de género, tener acceso al cuidado de la salud sexual y reproductiva y, también, pleno acceso a la educación y el trabajo para comunidades vulnerables al VIH/sida, como las personas trans, según postulan las metas de ONU. “Para acabar con el sida, hay que terminar con estos problemas. Y esto involucra a toda la sociedad”, finalizó.
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