Día Mundial contra el Cáncer de Colon: se puede prevenir, pero en el país suma 15.000 casos por año y afecta cada vez a gente más joven
Los especialistas ponen el foco en realizar chequeos a partir de los 50 años y en tener hábitos saludables
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Si bien es una enfermedad que puede prevenirse, hay un mayor número de pacientes cada año con cáncer de colon, mientras que los controles para detectarlo permanecen muy por debajo de lo esperado. A nivel global, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que es el tercer tipo de cáncer más frecuente: se confirma en unos 2 millones de personas anualmente y se estima que cerca de un 4% de la población mundial recibirá este diagnóstico.
En nuestro país, según Juan Manuel O’Connor, jefe del Área de Tumores Gastrointestinales del Instituto Alexander Fleming (MN 102.684), “se detectan más de 15.000 casos nuevos por año, de los cuales alrededor de 7000 son mortales. Y la Argentina está dentro de los países con incidencia moderada a alta de cáncer colorrectal, lo cual es realmente un problema serio. A pesar de ser una enfermedad prevenible, está incrementando en frecuencia y cada vez afecta a gente más joven”.
Esta patología se manifiesta con la aparición de pequeños grupos de células, llamados pólipos, que se forman en el interior del colon. Se trata de lesiones que pueden evolucionar de manera gradual hacia un cáncer si no se identifican a tiempo. Al respecto, Julia Ismael, médica especialista en oncología clínica por la Universidad de Buenos Aires (MN 94.807), directora de Fundación Gastroenterología Diagnóstica y Terapéutica (Gedyt) , asociación sin fines de lucro que investiga y promueve la salud digestiva, explica que las chances de cura son mayores cuando se lo detecta en su inicio.
“Esta enfermedad tiene una lesión precursora que es el pólipo, que tiene una ventana de oportunidad de entre 7 a 10 años antes de que se desarrolle el cáncer”, añade. Para detectarlo se recurre a una prueba diagnóstica y a la vez terapéutica que es la colonoscopía, que permite no solo descubrir la lesión, sino extraerla; también se utiliza el test de sangre oculta en materia fecal.
Ismael sostiene que la recomendación es hacer la colonoscopía a partir de los 50 años, tanto en hombres como en mujeres, aunque también se puede indicar comenzar antes si existe algún factor de riesgo, antecedentes familiares o síntoma asociado. Sin embargo, según datos del Ministerio de Salud de la Nación de 2018, solo el 30% de la población se realiza los chequeos preventivos. “Estas cifras son muy bajas y hay que tener en cuenta que, por ejemplo, los chequeos para detectar cáncer de mama superan el 70% y la realización del estudio de Papanicolau –para detectar, entre otras patologías, el cáncer de cuello uterino– supera el 78%”, advierte Emilia Caro, directora ejecutiva de Fundación Gedyt. La entidad lleva adelante la campaña ¿Cómo está tu colon? destinada a la población general y a médicos, en consonancia con la celebración, hoy, del Día Mundial de Concientización sobre la enfermedad.
Sobre esta cuestión Ismael revela que existe reticencia de la gente a hacerse la prueba. “Justamente vimos eso en un relevamiento, entre hombres y mujeres de 40 a 70 años, que hizo la Fundación Gedyt sobre una población de ingresos medios altos, con alto nivel educativo. Las personas tenían desconocimiento de que es necesario hacer la prueba a pesar de no tener síntomas y que todos los adultos a partir de los 50 deben realizarla. El otro hallazgo importante del relevamiento es que las personas no concurren a hacerse los controles porque los médicos de cabecera no recomiendan el estudio, no está dentro de los chequeos habituales”, agrega. Caro afirma que en dicho relevamiento, que incluyó una encuesta a más de 3000 pacientes, estos adujeron que su médico no les indicaba esta práctica y, en menor proporción, que ellos mismos no lo hacían por miedos o incluso vergüenza.
Más precisamente, el 45,4% de quienes no se sometieron a estudios de chequeo y prevención citan la falta de recomendación médica como razón principal y un 24,3% señala la falta de información como segundo factor. Otras razones fueron miedo o vergüenza (13,3%) y falta de tiempo (6,2%). Del total de los consultados, el 37,8% identifica preocupaciones durante el estudio, como el temor a hallazgos inesperados e incomodidades asociadas con la preparación previa, que incluye la toma de laxantes.
En cuanto a la frecuencia de los chequeos, el test sobre materia fecal se recomienda una vez por año, mientras que la colonoscopía se indica entre cinco a diez años aproximadamente. Según Ismael hay poblaciones que necesitan una vigilancia más estrecha, como aquellos pacientes con colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn o algún antecedente familiar, pero se trata de un grupo acotado que no responde a la generalidad.
Los síntomas y la importancia del estilo de vida
Carlos Alberto Silva, oncólogo, coordinador médico y cocoordinador psicosocial de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec) (MN 62.549), señala que los síntomas a los que hay que estar atentos son el sangrado rectal, la pérdida de peso inexplicada, la aparición de un bulto en el abdomen o recto, dolor abdominal o rectal fuertes y cambios en los hábitos intestinales. Otro signo es la anemia.
“Lo ideal no es llegar a tener síntomas, sino detectarlo temprano, y tener hábitos que disminuyan el riesgo de contraerlo”, aclara. Respecto del rol de los exámenes de rutina, coincide en que representan la posibilidad de la detección temprana, ya sea como pólipos benignos que son lesiones pretumorales o tumores malignos iniciales, lo cual permite curar al 90% de los pacientes.
En cuanto al tratamiento del cáncer de colon, Silva explica que se indica la cirugía cuando está limitado al colon complementado con quimioterapia y, en tumores de recto, a veces, la radioterapia. También aporta al tratamiento en estadios más avanzados la quimioterapia, el tratamiento con drogas dirigidas contra blancos moleculares específicos, la inmunoterapia y la cirugía en casos seleccionados. “Finalmente cabe decir que es potencialmente curable. En muy alta proporción en estadios tempranos y aun en casos seleccionados en enfermedad avanzada”, señala.
Un aspecto fundamental para prevenir esta enfermedad está relacionado con el tipo de alimentación y con el estilo de vida de las personas. Ismael asegura que el cáncer de colon es un tipo de enfermedad que pertenece a las crónicas no transmisibles, un grupo de enfermedades que tienen que ver con el estilo de vida occidental que se manifiesta en sobrepeso, sedentarismo, bajo consumo de fibras y tabaquismo. “Son factores de riesgo que predisponen a este tipo de enfermedades como el cáncer de colon, de mama y otras enfermedades como la diabetes, la hipertensión, dislipidemia o alteración de los niveles de lípidos en la sangre, y demás. Desde que en la Argentina este estilo de vida no saludable está en aumento, todas estas enfermedades también se incrementan”, expresa.
Asimismo, Caro detalla que el cáncer de colon es una patología asociada principalmente a la dieta, porque justamente el colon es un órgano que está en contacto con todo lo que comemos. “Si comés nitratos y nitritos presentes en los salames, por ejemplo, estos entran en contacto con las células del colon. Por otro lado, es importante destacar una relación estrecha entre el consumo de fibra y el riesgo de cáncer de colon: a mayor consumo de fibra es menor el riesgo y a menor consumo este aumenta”, apunta.
A su vez, describe que la fibra primero alimenta a los microorganismos buenos del colon que protegen el intestino –la microbiota– y, por otro lado, tiene un efecto físico y funciona como una escoba que barre las toxinas. Hay que comer más frutas, verduras y legumbres, dejar ultraprocesados y disminuir el consumo de carnes. Y, por supuesto, es importante realizar actividad física en forma regular.
Silva también hace hincapié en los hábitos saludables como una dieta rica en verduras y frutas, al tiempo que es necesario limitar la ingesta de carnes rojas y alcohol, no fumar, evitar el sobrepeso y el sedentarismo. “El ejercicio es importante para disminuir el estado inflamatorio crónico y mejorar la respuesta inmune. Es fundamental consultar al médico para que marque el momento adecuado de iniciar estudios de detección precoz, según el grupo de riesgo al que pertenezca y los antecedentes familiares o de enfermedades inflamatorias colónicas”, finaliza.
Para quienes quieran conocer más sobre la enfermedad de una manera lúdica, el próximo jueves a las 11 se podrá visitar y recorrer el colon inflable gigante que estará ubicado en la Plaza Houssay, en avenida Córdoba 2100, en el barrio porteño de Recoleta. Esta iniciativa de Lalcec, en colaboración con la compañía Merck, busca concientizar sobre la importancia de los chequeos y la vida saludable.
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