Día Internacional del Reciclaje. La segunda vida del café: compost y aluminio

Los residuos que el mundo está produciendo son muchos, demasiados. Frente a ese dato incontestable cobra cada vez más fuerza una idea que implica tanto un aprovechamiento más eficiente de los recursos como el reciclado y la reutilización: es el paradigma de la economía circular. ¿Qué es la economía circular? La que permite asimilar lo que pasa con nuestros residuos a lo que la naturaleza hace con ellos, una especie de "metabolismo industrial" en el que nada se desperdicia y todo se reutiliza.

Hace tiempo que Nespresso viene apostando a esta idea, y así la taza de café puede "tomar una segunda vida" y formar -también- parte de ese círculo. Para eso es necesario dejar en claro un concepto clave: las cápsulas no son basura, sino recursos.

Basta analizar sus componentes de forma separada. Por un lado está el aluminio, el mejor material para conservar los aromas y propiedades del café al protegerlo de la humedad, el oxígeno y la luz. Es liviano, y además infinitamente reciclable: se funde y puede transformarse en nuevos elementos de nuestra vida cotidiana. Por el otro lado aparece el café, un elemento orgánico que como tal puede compostarse, y así volver en forma de abono a la tierra.

El ciclo completo

Nespresso tiene la capacidad de reciclar el cien por ciento de las cápsulas que vende en el país, aunque el proceso requiere de una pequeña y bien sencilla cuota de compromiso y cambio de hábito por parte del consumidor. Es que ahora el ritual continúa más allá de la taza de café para impactar en el ambiente, en la sociedad y también en la economía.

Primero se trata de juntar las cápsulas, cosa que se puede hacer en la coqueta bolsa de reciclaje Nespresso que de manera gratuita se entrega en todas las compras de insumos, en el recipiente especial "Recycling Bin" (fabricado a la vez con material reciclable) o en cualquier bolsa. Lo segundo es llevarlas hasta los puntos de reciclaje Nespresso ubicados en las boutiques, pop up stores, shoppings, oficinas y sucursales Andreani de todo el país (hay más de 110 puntos en total y pueden consultarse en www.nespresso.com/ar/es/Campana-Reciclaje). También es posible entregar las cápsulas usadas al recibir el pedido a domicilio.

Luego, una empresa de transporte especializado recolecta todas esas cápsulas de manera eficiente por los distintos puntos y los lleva a la planta de tratamiento. Es ahí donde las cápsulas se separan en dos corrientes distintas: por un lado el aluminio, por otro el café. El aluminio se transforma en nuevos objetos (como lapiceras Caran D’ache y Cuadernos Limited Edition con un 95 por ciento de aluminio reciclado), mientras que el café se dona a la Fundación Huerta Niño, que realiza compost agroecológico para desarrollar huertas en escuelas. La organización -que está beneficiando hoy a cerca de 50.000 chicos a través de más de 560 proyectos en todo el país- controla todo el proceso de transformación. Ahí 60 toneladas anuales de café van convirtiéndose en abono orgánico de una forma escalonada que hoy benefician a 15.000 niños.

Los fanáticos de Nespresso aman ese ritual que conocen tan bien: seleccionar su cápsula, colocarla en la máquina, preparar el café y disponerse a disfrutarlo. Cuando el reciclado se incluye en ese ritual, entonces la historia Nespresso se abre a infinitas posibilidades. Las cápsulas vuelven al mundo, convirtiéndose en otros objetos de uso diario. Lo que era apenas una línea se transforma en un círculo, porque el momento Nespresso no termina hasta que se recicla la cápsula.