Día 3 de la expedición de Greenpeace: A Bardem le piden selfies hasta en la Antártida
Océano Antártico, a bordo del Arctic Sunrise.- Finalmente, el día llegó. Luego de una larga travesía, ya nos encontramos navegando las aguas del Océano Antártico a bordo del rompehielos Arctic Sunrise de Greenpeace. La misión que nos trae acá es acompañar a la expedición de Greenpeace hacia el Oceáno Antártico, con el objetivo de presionar para la creación de un santuario para proteger sus aguas de la industria pesquera, que está depredando la población de krill, el pequeño crustáceo que sirve de alimento a ballenas y pingüinos. Sin él, estas especies perecerán.
Para estar aquí tuvimos que tomar un vuelo de dos horas desde Punta Arenas (Chile) hasta la isla antártica de 25 de Mayo (también conocida como King George) en un avión de Antarctic Airlines, una compañía que hace décadas trabaja en la zona. Viajamos junto a Javier Bardem y su hermano Carlos, quienes filmarán un documental sobre la expedición.
Al acercarse destino, el piloto anuncia que la pista está hecha de piedra volcánica, por lo que el aterrizaje puede no ser suave. Finalmente, gracias a la pericia del comandante tocamos tierra de manera casi elegante.
Ya estamos en el Arctic Sunrise de Greenpeace en el Océano Antártico! pic.twitter.com/3vAtwmdjpp&— Víctor Pombinho (@vpombinho) 24 de enero de 2018
Bajar y pisar suelo antártico es sobrecogedor. Si bien estamos rodeados de científicos chinos y hay varias camionetas, persiste la sensación de estar alejado del mundo. Más que el blanco, lo que asombra es el gris de las nubes bajas, que envuelven todo y no permiten ver muy lejos. En un primer momento, parece que la ropa no va a alcanzar para el frío, pero una rápida caminata de un kilómetro hasta la costa nos hace entrar en calor.
De repente, un cuatriciclo sale de la nada, una chica coreana se baja y le grita a Bardem “Hey, it’s you” y le pide sacarse una selfie. El actor acepta con amabilidad y bromea: “Seguro piensa que soy Antonio Banderas”. “Te persiguen las fans hasta en la Antártida”, le digo, entre risas.
El tucumano Daniel Rizzotti, piloto experto en hielo, hasta ayer el único argentino a bordo del Arctic Sunrise @GreenpeaceArgpic.twitter.com/ZIb5ln6L7N&— Víctor Pombinho (@vpombinho) 24 de enero de 2018
Desde lejos, diviso una iglesia ortodoxa y me pregunto si en la Antártida no habrá espejismos como en el desierto. Pero no, la construyeron los rusos al lado de su base, que se encuentra enfrente de la chilena. También veo a la distancia al Arctic Sunrise anclado.
Al llegar a la costa, como para no defraudarnos, nos recibe un grupo de pingüinos. No tienen nada de miedo. Nos acercamos para tomarles fotos y ni se inmutan. Nos ponemos unos trajes tipo astronauta para el frío y nos subimos a una lancha que nos lleva al rompehielos de Greenpeace. Allí nos recibe con algarabía y una espléndida cena la tripulación. Al rato, ya estamos navegando. Este miércoles los científicos intentarán bajar con el minisubmarino a las profundidades del Mar de Weddell.
Lorenza y Walter en la cocina del Arctic Sunrise @GreenpeaceArgpic.twitter.com/RMSbI3HTh6&— Víctor Pombinho (@vpombinho) 24 de enero de 2018
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