Detuvieron a una persona por la matanza de los cóndores en Mendoza
MENDOZA.- Tras el hallazgo de treinta cóndores y otros animales muertos, la Justicia realizó dos allanamientos ayer por la tarde que concluyeron con la detención de un hombre de apellido Baigorria. La información fue confirmada a LA NACION por el fiscal de Instrucción de Malargüe, quien detalló que el detenido de 62 años, oriundo de Los Molles, fue trasladado a la comisaría 24 por "depredación de animales silvestres con utilización de medios prohibidos, daño agravado por el uso de sustancias venenosas y tenencia ilegal de un rifle".
En el segundo allanamiento, en la zona vecina de El Sosneado, otro hombre quedó con pedido de captura ya que no se encontraba en su puesto. Por las marcas en las orejas de las ovejas muertas se deduce que esta persona es el dueño de los animales que fueron utilizados como cebo para envenenar a pumas y zorros.
Los puestos allanados se encuentran en las inmediaciones de donde fueron encontrados la semana pasada los cadáveres de 34 cóndores, un puma, dos ovejas, un cordero y una cabra, presuntamente envenenados.
“En el primer puesto al que fuimos, el arrendatario o propietario tiene animales, lo que podría ser un móvil para el envenenamiento. Además, se secuestró una sustancia, probablemente veneno fosforado, que fue remitido a laboratorio”, detalló Giaroli. Entre los ganaderos de la zona es común la utilización de venenos para eliminar pumas o zorros, predadores del ganado. Como efecto colateral de estas acciones ilegales mueren también otros animales, como los cóndores, que no son aves rapaces.
También se intentó dar con un segundo sospechoso que no se encontraba en el puesto, por lo que se labró un pedido de captura. Giaroli dijo que, según averiguaron, esta persona se habría trasladado a la zona de Valle Hermoso, hacia el oeste, a unos 10 kilómetros de la frontera con Chile.
"[Este hombre] arría sus animales por ese lugar, es amigo del detenido y es el titular de la marca de las ovejas que estaban muertas junto a los cóndores, abiertas de cabo a rabo con las tripas al aire y el veneno en el interior”, confirmó el fiscal.
Ambos enfrentan una pena máxima de cuatro años y multas que ascienden hasta los 250.000 pesos por cada animal muerto, según la Ley de Fauna 22.421.