Detectaron tres preocupantes mutaciones que hacen al mosquito del dengue resistente a insecticidas en el AMBA
La presencia de tres mutaciones podría generar problemas en la eficacia de la fumigación, cada vez más cerca de la temporada alta del mosquito; el descubrimiento lo realizaron investigadores de la Universidad de La Plata
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Cinco años después de que científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) descubrieran una mutación génica que hace al Aedes aegypti, mosquito del dengue, resistente a insecticidas, este martes revelaron que ya no se trata de una sola: ahora son tres y se encuentran en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El anuncio trae fuertes preocupaciones sobre la eficacia de la fumigación con la llegada de la primavera y la cada vez mayor cercanía con la temporada donde se registran la mayor cantidad de casos.
Las mutaciones lograron una fuerte resistencia sobre los únicos insecticidas aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para uso domiciliar y sanitario por su nivel de toxicidad: los piretroides. Estos insecticidas atacan una proteína que se encuentra en el sistema nervioso del insecto, que lo “noquea”. Pero ahora su dosis habitual ya no logra matar a los mosquitos del dengue y se requieren dosis más altas.
La nueva información se publica en medio de un contexto preocupante por los aumentos de casos de dengue. El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, afirmó a LA NACION que se preve la presencia de cuatro serotipos del insecto en el país, lo que significaría un aumento en la cantidad de casos graves de dengue en aquellos que lo contraen por segunda vez. Además, sostuvo que la situación podría ser mucho más grave si no se toman las medidas preventivas correspondientes: los hospitales y clínicas de la provincia se desbordaron este último tiempo, lo que preocupa con la llegada de la temporada más alta del mosquito.
El descubrimiento lo realizaron integrantes del grupo de investigación del Laboratorio de Neurobiología de Insectos de la universidad, dirigidos por la bióloga Sheila Ons y que es parte de la Red Argentina Para el Estudio de la Resistencia a Plaguicidas de uso en Salud, junto con ANMAT y el Ministerio de Salud de la Nación. Una de las patas de su estudio se basa en la investigación de la resistencia de los insectos a los insecticidas, enfocada en el mosquito de dengue, zika y chicungunya. De ahí es que salieron las preocupantes conclusiones. “La evidencia de resistencia en las poblaciones del mosquito vector, el Aedes aegiypti, es muy grande en nuestra provincia”, sostuvo Ons.
Las mutaciones no se encontraban en la Argentina hasta hace un año, aunque ya se habían detectado en el continente en Brasil, Estados Unidos, México, Colombia y Venezuela. Cuando los investigadores estudiaron a estos mosquitos en 2023 -con mosquitos recolectados en 2018- en una investigación conjunta con el Ministerio de Salud de la provincia y el ANLIS Malbrán, descubrieron que solo tenían una mutación en la provincia de Buenos Aires, o algunos ninguna, mientras que en Jujuy y Salta ya tenían dos.
Según los científicos, la resistencia a los insecticidas surgió por estos mismos: en las localidades donde se registraron más casos de dengue, y por ende se usan más los insecticidas, fueron aquellas donde había más mosquitos resistentes. Las fumigaciones en esos lugares generaban “una mayor presión de selección” sobre las poblaciones del mosquito, permitiendo que persistan más rápidamente las variantes que son más resistentes.
Aún así, hay una buena noticia: estas mutaciones pueden revertirse. La eliminación de los piretroides por un tiempo permitiría que disminuyan, pero requiere de una supresión de los mismos no solo en las fumigaciones sanitarias, sino también en el uso domiciliar. “En presencia de piretroides en el ambiente, las mutaciones le confieren una ventaja al mosquito, pero a su vez son desventajosas en ausencia del insecticida. Así, en un ambiente libre de piretroides, la resistencia debería ir desapareciendo”, explicó Ons.
El problema es que no hay otro tipo de insecticida que esté aprobado para el uso domiciliar en la Argentina, como podrían ser los organofosforados que, según el grupo de investigación, tienen un gran impacto ambiental. El pirimifosmetil forma parte de este tipo de insecticidas y está recomendado por la Organización Mundial de la Salud para combatir al mosquito del dengue. Según Ons, en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP hay investigaciones en curso para el desarrollo de nuevos insecticidas, aunque faltan estudios de campo e inversión.
La bióloga e investigadora del Conicet también recomendó que las fumigaciones se utilicen como última opción, y no durante toda la temporada de mosquitos. Eso ayudaría a que las poblaciones no sean resistentes y tener una medida efectiva en caso de que se declarara la emergencia. Una de las mejores medidas de prevención es, además, el uso del descacharrado, que elimina aquellos objetos que acumulan agua y pueden funcionar como criaderos del mosquito.
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