El vocero de exobispo acusado de abuso sexual habló de "diferencias de percepción"
El exobispo de la ciudad salteña de Orán acusado de abuso sexual simple, Gustavo Zanchetta, se presentó poco después de las 9 ante la Justicia después de que existiera un pedido de captura internacional realizado por la fiscal de la causa. Lo hizo porque el religioso no acusaba recibo de las diferentes comunicaciones vía teléfono y mail que él mismo había dado para que se lo ubicara en la Casa Santa Marta, del Vaticano. Fuentes judiciales no descartan que puedan sumarse nuevas denuncias a las dos formalizadas en febrero
Zanchetta llegó ayer a Salta y se lo vio acompañado por su abogado canónico y vocero, Javier Belda Iniesta, quien también viajó con él a Orán. Belda Iniesta insiste en que no hay manifestaciones públicas "para respetar el proceso judicial". En la Justicia le ratificaron la imputación "abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido en perjuicio de G.G.F.L. y C.M".
El español Belda Iniesta dio una conferencia de prensa después de la audiencia; criticó la "trascendencia internacional" del pedido de captura que hizo la fiscal; afirmó que no respondió las comunicaciones porque no está previsto que sea así y cuestionó que para la acusación la Fiscalía haya descartado "algunos testimonios que negaban todo".
Fue más allá al decir que en la Argentina se habla de abuso sexual simple cuando en otras "jurisprudencias es una molestia" y apuntó que puede "haber diferencias de percepción" respecto de los gestos de Zanchetta.
"Unos abrazos que duraban más de lo habitual, una mano sobre una pierna o un beso que en vez de caer en la mejilla caía entre la oreja y el cuello -describió-. Pueden ser diferencias de percepción y el acusado tiene derecho a defenderse".
Belda Iniesta ratificó que Zanchetta está a entera disposición de la Justicia y que no hablará por ahora.
La causa por los supuestos abusos sexuales fue elevada a juicio en julio y un mes después un juez le levantó al exobispo la medida restrictiva que le impedía salir del país. En ese momento, 22 de agosto, él dejó las vías de contacto para las citaciones, como no respondía a las citaciones realizadas allí la fiscal penal de Violencia Familiar y de Género, María Soledad Filtrin, solicitó que se lo declarara en rebeldía y se pidiera su captura internacional.
En la Justicia Zanchetta confirmó al defensor oficial y se le otorgaron diez días para que presente impugnaciones, nuevas pruebas o escritos. El mismo período corre para la otra parte. La causa no tiene querellantes y el exobispo se abstuvo de declarar en la oportunidad en la que pudo hacerlo, cuando fue informado de las denuncias.
Las denuncias son de hombres mayores de edad que pertenecían a la congregación que dirigía Zanchetta; sus identidades se mantienen en reserva y "para evitar la revictimización" -según señalaron las fuentes judiciales- podrían no cruzarse con él durante el juicio que será en 2020. Junto a la fiscal Filtrin trabaja en la investigación el fiscal Sergio Federico Obeid. Los abusos de los que se lo acusan son masajes, abrazos y "besos en el cuello", entre otros episodios. La Fiscalía actuó de oficio en enero y un mes después receptó las denuncias.
Zanchetta renunció a su cargo en julio de 2017 por "razones de salud" sin siquiera despedirse de la gente de Orán, diócesis en la que fue designado por el Papa Francisco y donde estuvo unos cuatro años. Tres meses después ejercer un rol de asesor en la Administración del Patrimonio de la Santa Sede Apostólica (APSA), el organismo que se encarga de gestionar las más de 5.00a0 propiedades del Vaticano.
Los abusos que se le endilgan al exobispo son masajes, abrazos, "besos en el cuello" y otros episodios que los seminaristas prefieren mantener en reserva. Lo que sí se advierte es que son cosas que "no encuadran con lo que debería ser un obispo". Son alrededor de cinco los casos que podrían caber en "abuso sexual simple", y "sobre acoso pueden ser más", calculó el joven que señala haber sido testigo directo de una de las situaciones de abuso de Zanchetta dentro del instituto de formación religiosa.
El 22 de enero el vocero papal Alessandro Gisotti aseguró que el Vaticano no conocía antes de la designación de Zanchetta las acusaciones de abuso sexual. "Surgieron en los meses recientes, casi un año después de que el Papa lo nombró para un puesto en el Vaticano", indicó y sostuvo que el religioso "se abstendrá" de su tarea en la Santa Sede hasta tanto avance el proceso interno a cargo del arzobispo de Tucumán, Carlos Alberto Sánchez.
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