Desde la ley De la Rúa, poco se avanzó

"El diputado Roberto Sanmartino propuso la suspensión de los campeonatos de fútbol hasta tanto el Congreso dicte una norma legal destinada a prevenir, reprimir y erradicar la violencia en los estadios." La noticia no es de ayer: fue publicada por La Nación en su edición del 10 de abril de 1985, tres días después de la muerte de Adrián Scassera, de 14 años, en el partido Independiente v. Boca.

Desde entonces y hasta hoy, la política intentó aportar soluciones, aunque con más palabras que actos. El hecho más concreto fue la sanción de la ley 23.184, del entonces senador Fernando de la Rúa, promulgada el 24 de junio de 1985, y en la que se establecía un régimen penal y contravencional contra actos de violencia en espectáculos deportivos. En los últimos años se avanzó poco en intenciones y nuevas medidas:

• Banderas y bombos . Desde la Secretaría de Deportes, Fernando Galmarini, en el primer gobierno de Carlos Menem, quería prohibir el ingreso en las canchas de bombos y grandes banderas. Ambas medidas fueron oficializadas por el juez Víctor Perrotta en 1998. El gran tamaño del estandarte que portaban los hinchas de River fue el detonante de los incidentes de anteanoche.
• Delitos excarcelables . En 1999, la diputada Kelly Olmos impulsaba crear juzgados contravencionales en cada comisaría durante los partidos. Cuando terminó su período, la idea fue tomada por el diputado justicialista Daniel Scioli.
• Creación de un cuerpo policial de elite para espectáculos deportivos . Medida apoyada por todos los sectores vinculados con el tema. Hasta hoy, sin novedades.
• Creación de una base de datos para situar a los violentos . Otra propuesta cuyo aporte no cristalizó.
• Derecho de admisión . Apoyado por Enrique Mathov, es uno de los puntos más controvertidos. Los clubes, la AFA, la policía y el Estado, nadie quiere hacerse cargo de semejante responsabilidad.

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