Desalojaron Velatropa, la “Ecoaldea” de Ciudad Universitaria
Un alambrado alto corta el caminito de tierra y plantas que lleva a la entrada de la Ecoaldea Velatropa, en Ciudad Universitaria. Es casi como la entrada a la quinta de alguien más allá de los pabellones, pero custodiada por un policía y un vigilador privado que impiden el paso. Apenas por detrás del patrullero se ve una casa de barro vacía. Desde que fue desalojado por orden judicial, el pasado 28 de noviembre, dejó de funcionar el centro experimental interdisciplinario -como lo denominaban sus ocupantes- que desde hace once años existía en ese lugar.
Los "aldeanos" denuncian que la medida pone fin a las actividades gratuitas y abiertas a todo público que se ofrecían en el vivero y huertos comunitarios, que aseguran convocaron a 8000 personas en los últimos dos años entre cursos, capacitaciones y talleres. Y denuncian que en ese lugar supieron construir un valioso colchón de amortiguación ambiental pegado a la reserva ambiental costanera norte que ahora corre peligro.
"Hoy en día hay mas diversidad biológica en la zona de amortiguación que en la reserva. La costanera está abandonada, Velatropa viene cuidando ese espacio hace 11 años", explica Luciano Kordon, miembro del colectivo. Según cuenta, en el predio hoy hay 400 árboles frutales y más de 1500 nativos. Y cuando llegaron era un basural.
La UBA, por su parte, es dueña del terreno –unas tres hectáreas en los cimientos del pabellón 5, que nunca se construyó- y desea disponer de él. "Pedimos la desocupación de ese lugar que no es reserva ecológica. Estamos recuperando el alambrado y las luminarias que estaban tapadas y desmalezando para poder circular por razones de seguridad", dice Mariano Genovesi, secretario general de la UBA, que recuerda que en los últimos años hubo más de un hecho policial en la zona. "La universidad quiere recuperar el pleno ejercicio del dominio sobre área, donde la presencia del estado estaba limitada por la intrusión y judicialización", agregó. Consultado al respecto de las actividades que realizaban allí los miembros de Velatropa, las calificó de "valiosas pero sin sustrato científico".
La causa llegó a la justicia en el año 2015, cuando la UBA radicó una denuncia ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal n°7, acusando a los aldeanos de usurpadores. En aquel momento, el juez Sebastián Casanello, a cargo de la causa, consideró que los integrantes de Velatropa no eran violentos ni habían tomado el terreno por la fuerza, por lo que la situación no calificaba como delito de usurpación. Entonces instó a las dos partes a dialogar para acordar la entrega del terreno, algo que no se logró.
La irrupción del G20 terminó de decidir la suerte de la Ecoaldea: al estar en el anillo de máximo control durante el evento que convocó a líderes de todo el mundo, se desalojó el predio en el marco del operativo de seguridad. Desde entonces no se ha podido volver a entrar.
Cabe destacar que en Velatropa no había nadie que viviera de forma permanente, porque eso nunca fue el objetivo. Según pudo averiguar LA NACION, al momento del desalojo había alrededor de cinco personas que dijeron ser viajeros, dos de nacionalidad chilena.
"Siempre tuvimos en claro que el terreno es de la Universidad. Lo que planteamos es que todo el patrimonio natural y el trabajo de este años sea tenido en cuenta. Que si hay una obra se integre al patrimonio natural ya existente, y que sin van a hacer algún tipo de trabajo se analice el impacto ambiental con su plan de manejo y todo lo que la ley exige. Queremos volver a desarrollar actividades ahí", explica Kordon.
Desde la UBA aseguraron que no se van a sacar los árboles y que por lo pronto no hay planes de construir nada allí. Por lo pronto, solo recuperar el lugar.
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