Dengue: qué repelentes son más efectivos, cuáles no sirven y cómo se deben aplicar
La Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba publicó una guía con las consideraciones básicas a seguir
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CÓRDOBA.– En medio del brote de dengue que afecta a la Argentina y de la escasez de repelentes, hay quienes echan mano a soluciones caseras y se multiplican las consultas sobre las conveniencias de usos.
En este contexto, el Centro de Información de Medicamentos (CIME) de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) advierte que, a la hora de elegir, hay que tener en cuenta eficacia, durabilidad, seguridad y modo de empleo.
Los componentes más aconsejados son: DEET, icaridina o picaridina; aceite de eucalyptus citriodora, aceite de eucalipto limón (OLE por sus siglas en inglés) o PMD; IR3535 y 2-undecanona.
Un trabajo de Mariana Caffaratti, editado por Sonia Uema, indica que si bien en el mercado hay una “amplia gama” de productos, “no son todos iguales en su efectividad”. Como base del reporte toman diferentes documentos de autoridades sanitarias del mundo.
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) que identifica que los repelentes que “previenen de manera segura y efectiva” de picaduras y que contienen como ingredientes activos DEET e icaridina, los que son considerados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) como “convencionales”.
También incluye repelentes biopesticidas (OLE, PMD, IR3535 y 2-undecanona) que derivan de productos naturales o son versiones sintéticas de ellos. Otros registrados por la EPA, que ofrecen una protección menos duradera son el aceite de Nepeta cataria (hierba gatera) y el aceite de citronela.
En diálogo con LA NACION, el decano de Ciencias Químicas, Marcelo Mariscal, explicó que el DEET es un compuesto químico que “no puede ser manipulado por el ciudadano común porque, en concentraciones puras es tóxico. “Las diluciones las debe hacer un profesional”, dijo.
En la facultad están trabajando para “validar” algunos repelentes en base a productos naturales: “Estamos realizando los ensayos requeridos porque en esta coyuntura se generaron alternativas caseras que no tienen eficacia”.
Sobre la citronela, precisó que hay estudios que demuestran su eficacia como repelente, pero subrayó que para aplicarla sobre la piel debe ser la de grado farmacológico. “La de venta libre que se consigue es para usar en pisos, en cortinas y se puede usar, sirve, pero solo para esas superficies”, añadió.
Las recomendaciones de la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, también recomienda utilizar repelentes que contengan DEET, icaridina o IR35353. En el primer ingrediente coinciden las autoridades de Nueva Zelanda, que suma la icaridina y el aceite de eucalyptus citriodora, eucalipto limón (Corymbia citriodora) o PMD4. La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, subraya la eficacia que dan los productos con 50% de DEET, y si este no se tolerara, apunta el uso de icaridina (20%), aceite de eucalipto citriodora o IR35355
“En general, concentraciones más altas de ingredientes activos proporcionan una protección más duradera, independientemente del ingrediente activo –señala el informe–. Hay que tener en cuenta que la eficacia del producto y la duración de la protección también se ven notablemente afectadas por la temperatura ambiente, el nivel de actividad, la cantidad de transpiración, la exposición al agua, el roce durante las actividades, entre otros factores”.
En la Argentina, la ANMAT registró productos a base de DEET, IR3535, icaridina y menthanediol o PMD6. El listado completo con su nombre comercial, se puede consultar en: www.argentina.gob.ar/anmat/regulados/cosmeticos/listado-derepelentes-de-insectos-inscriptos-uso-humano.
Qué es cada uno
- El DEET en altas concentraciones provee “mayor tiempo de protección aunque la duración de la acción alcanza una meseta a la concentración de 50%”, señala el CIME.
- La icaridina (también conocida como KBR3023 o picaridina) es un repelente de larga duración, con efecto similar al del DEET al 35%. Los productos comercializados contienen entre un 5% y un 25% del ingrediente activo; los niveles más altos de protección están asociados con las concentraciones del 20% al 25%.
- El para-mentano-diol (PMD) puede ser obtenido del aceite de eucalyptus citriodora (Corymbia citriodora) o aceite de eucalipto de limón (OLE es la sigla en inglés), aunque se consigue también por síntesis química.
- El aceite de eucalipto limón utilizado como repelente es procesado especialmente y purificado para aumentar el contenido de PMD que se puede agregar a formulaciones repelentes. La concentración más alta aumenta la protección: 30% para el aceite de eucalipto limón, lo que equivale aproximadamente a 20% de PMD.
- El CDC no recomienda el uso de aceite “puro” de eucalipto limón (un aceite esencial que no ha sido formulado o procesado como repelente), porque no se ha sometido a pruebas validadas de seguridad y eficacia, por lo tanto no está registrado ante la EPA como repelente.
- En el caso del IR3535 (3-(N-butil-N-acetil)-aminopropionato de etilo, los productos comercializados contienen entre 7,5% y 20% del ingrediente activo.
Cómo aplicarlos
El CIME incluye una serie de “consejos” para el uso de los repelentes. El primero es revisar la etiqueta para tener la información sobre la cantidad de DEET que contiene el repelente. Utilizar productos cuyas concentraciones no superen el 30% y seguir siempre las instrucciones que están en el envase.
También indican no aplicar el repelente debajo de la ropa, ni en cortaduras, heridas o piel irritada. No rociar productos con DEET directamente a la cara; aplicarlo en las manos y después frotarlas cuidadosamente sobre la cara, evitando los ojos y la boca. Tampoco aplicarlas en áreas cerradas.
Repasa, para la aplicación de repelentes a niños, que la Sociedad Argentina de Pediatría aconseja extremar el cuidado a partir de los dos meses, con repelentes que contienen DEET. Se recomienda usar, para este segmento, los que tengan una concentración menor al 30%, aunque no para los menores de dos meses.
A eso agrega: proteger la cuna o cochecito con telas protectoras para mosquitos cuando permanezca en exteriores; que el adulto aplica que el repelente en sus manos y después lo aplique sobre la piel del niño evitando ojos y boca con “mucho cuidado” alrededor de sus oídos. No usarlo en las manos de los chicos que podrían llevarlas a la boca. Añade que no se deben utilizar repelentes asociados a protectores solares en la misma formulación.
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