Dengue: cuáles son los barrios porteños con mayor cantidad de casos
Le habían diagnosticado faringitis y recetado antibióticos. Pero como el cuadro no mejoraba, Andrea Orellana, que trabaja como secretaria en el jardín de infantes del colegio St Patrick’s School, en Coghlan, volvió a la guardia médica. Esta vez fue a la Clínica Adventista, en Belgrano R, donde le dijeron que había chances de que tuviera dengue. Los estudios de laboratorio lo confirmaron.
El caso ocurrió a fines de febrero pasado, y Orellana ya fue dada de alta. Pero se conoce ahora, a pocos días de la noticia que involucró a otros tres vecinos del barrio, también infectados, que viven en un mismo edificio sobre la calle Le Bretón al 4200, a pocas cuadras del jardín de infantes del St Patrick’s School.
En lo que va del año, son casi 1000 los casos notificados en toda la Ciudad, de los cuales fueron confirmados un total de 364. Estamos ante un escenario de nivel 3, de riesgo alto. Y si bien hubo notificaciones en todas las comunas porteñas, son ocho los conglomerados que están más afectados: zonas específicas donde la presencia del vector tiene mayor incidencia. La Comuna 12, en un cuadrilátero que se extiende entre Coghlan y Villa Urquiza, es una de las que integran la lista, junto con otros 7 conglomerados que están en las comunas 1 (Retiro y la Villa 31); la 4 (Barracas y la Villa 21-24); la 7 (Flores); la 8 (Lugano y la Villa 20); la 9 (Liniers); la 10 (Floresta, Vélez Sársfield y Monte Castro) y la 11 (Villa del Parque).
Todos los datos se desprenden del último Boletín Epidemiológico Semanal, que publica el Ministerio de Salud porteño y que concentra la información desde el inicio de la temporada, que comenzó el 1° de enero pasado. De los 364 casos de dengue confirmados, 110 corresponden a la semana 9, la última relevada, que va del 23 al 29 de febrero pasado. Aunque según fuentes oficiales, y de acuerdo con el comportamiento habitual del brote en años anteriores, se espera un aumento de casos en los próximos días, con un pico en la segunda quincena de marzo. Luego, estiman, los casos irán disminuyendo rápidamente.
Comunas
Ayer, la Gerencia Operativa de Epidemiología porteña, se reunió con todas las comunas donde hay conglomerados para intensificar la comunicación con las recomendaciones, las actividades barriales de descacharreo y el fortalecimiento del sistema público para atender a los pacientes. "En los ocho clusters [conglomerados] se trabaja de forma diferente. No son las mismas acciones que se ponen en marcha en un barrio vulnerable que en una zona como la de Coghlan y Villa Urquiza, por ejemplo, donde los principales criaderos de mosquitos están adentro de las casas, como en los potus con agua, los portamacetas de las plantas, o los recipientes de los bebederos para las mascotas", enumera Julián Antman, a cargo de la Gerencia Operativa de Epidemiología.
Cuando Orellana se reincorporó a trabajar luego de las vacaciones, el 14 de febrero pasado, el alerta de dengue ya estaba encendido. El St Patrick’s School, un colegio bilingüe que fue fundado en 1960, hoy tiene sus tres niveles -inicial, primario y secundario- distribuidos en distintos edificios, que están entre sí a pocos metros de distancia. En el caso del jardín, se trata de una casona centenaria y con un gran parque, en Donado 2764, que se recicló en 1980 especialmente para que funcionara el nivel inicial.
Además de Orellana, otra empleada de la escuela que comenzó a trabajar ese mismo día también se infectó. Con la confirmación de dengue, las indicaciones para ambas fueron las mismas. Orellana explica que debió suspender el antibiótico, aislarse y hacer reposo por diez días. Para bajar la fiebre, le indicaron paracetamol. Nada más. "La pasé mal. Tenía mucho malestar, me dolía la garganta, estaba inapetente y un día amanecí con un sarpullido y una picazón tremenda en las palmas de las manos –cuenta la docente, que vive en Nahuel Huapi y Lugones, en la zona identificada dentro del conglomerado-. En casa, con mi marido y mi hijo tomamos todas las precauciones necesarias, y por suerte ninguno se infectó".
Los colegios, en alerta
Desde que comenzaron las clases, y ante el crecimiento de nuevos casos de dengue en la Ciudad, las escuelas comenzaron a mandar notas, por mail y vía cuaderno de comunicaciones, con recomendaciones y pedidos para prevenir la infección en los chicos. Lo mismo sucedió en el St Patrick’s, donde se les solicitó a los padres que, por favor, rociaran con repelente a sus hijos antes de ingresar a la escuela. "En todas las aulas hay stock para reforzar cuando haga falta. Y ni hablar cuando van al campo de deportes", explican desde la dirección del St Patrick’s.
Ayer, Orellano se reincorporó a su trabajo, y después de haber pasado por la experiencia del dengue se convirtió en una de las principales aliadas en la institución para fomentar la prevención. "Sabemos que hay un pico en el crecimiento de los casos y por eso tenemos que estar atentos. No asustarnos, sino accionar para prevenir", insiste Orellano.
Fumigar, dice Antman, no siempre es la mejor opción. "Con sentido común, la gente muchas veces piensa que hay que fumigar, que con eso se termina todo. Y no es así. En algunos barrios se hacen desmalezamientos, operativos de descacharreo o remoción de autos. También se fumiga en algunos edificios y en los colegios. Pero tenemos que entender que lo más importante es eliminar los criaderos. Que la hembra del mosquito no encuentre en los recipientes artificiales un lugar donde pueda colocar los huevos", explica el funcionario, que insiste en la importancia de disminuir la población del Aedes aegypti, que transmite el virus.
Casos autóctonos
Como el de Orellano, el mapa que semana a semana sigue el avance del dengue en la Ciudad muestra un crecimiento en los casos autóctonos; es decir, de personas infectadas que no viajaron a zonas de alto riesgo, como Misiones, Chaco, Formosa, Brasil, Paraguay o Bolivia.
Desde el Ministerio de Salud porteño, insisten en que si una persona tiene fiebre sin una causa evidente, no tiene que automedicarse, sino tomar líquidos y consultar rápidamente al centro de salud más cercano. "Cuando se presenta un caso sospechoso, que cumple con la definición de caso clínico de dengue y proviene de alguno de los conglomerados existentes, la confirmación del caso se hace por nexo epidemiológico. Es importante seguir el tratamiento indicado y estar atento a los signos de alarma. Fiebre que no cede, tos, sudoración, sarpullido. Y ante cualquier desmejora, volver a consultar al médico", agrega Antman.
Con la identificación de los conglomerados, continúa Antman, el objetivo es focalizar el trabajo y no generar miedo en la gente. "El problema del dengue es de toda la sociedad. En muchos de los barrios que relevamos semanalmente, el principal criadero está adentro de las casas", insiste.
Por eso, algunos vecinos de Villa Urquiza ya encendieron las alarmas. María del Carmen Pelliza va y viene desde la puerta de su PH, sobre Blanco Encalada al 4200, hasta el container negro que está enfrente de su casa. Lleva unos almohadones deshilachados y rotos. Además, están mojados, por eso tiene miedo que la goma espuma agujereada pueda servir de recipiente para que se aloje un criadero. "Quedaron afuera y se mojaron todos; y como ya están tan viejos mejor los tiro. Hay vecinos que acumulan cacharros en el patio, que se llenan de agua y son un foco de peligro", sentencia la vecina.
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