Del Elefante Blanco ya no queda nada: habrá un parque y un ministerio
La emblemática mole junto a Ciudad Oculta fue demolida; en el predio ya se construye la futura sede de Desarrollo Humano y también harán un espacio verde para uso de los vecinos
El arquitecto dio la orden y la enorme pinza de la grúa demoledora mordió la pared de siete metros de altura que quedaba como huella histórica. Apenas se balanceó por unos segundos antes de que se escuchara el último estruendo que puso fin a la demolición del Elefante Blanco. De la mole de hormigón de más de 40 metros de altura que cosechó fama en Ciudad Oculta por su estado de abandono y de desidia ya no queda nada.
Ahora, los vecinos de Villa Lugano, en la comuna 8, esperan que avancen las obras del nuevo proyecto que pretende dinamizar la zona: vecino al predio que ocupaba el Elefante Blanco crece el edificio donde se mudará en mayo próximo el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, al que irán a trabajar todos los días unos 1300 empleados. Además, en el terreno que ocupaba el histórico edificio se construirá un gran parque con sectores temáticos y bien definidos.
Los primeros tres, sobre la calle Cañada de Gómez, serán de descanso y ocio recreativo más pasivo, con fuentes de agua, paseos peatonales y livings urbanos sobre los jardines. En los restantes habrá áreas de iniciación deportiva, juegos para niños con superficie de caucho y un sector destinado a las actividades culturales del barrio, con un anfiteatro. En homenaje a la memoria del lugar, las áreas verdes integrarán un corredor que tendrá la misma silueta que exhibía el Elefante Blanco.
Las obras, según estimó Guadalupe Tagliaferri, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, estarán terminadas en septiembre de 2019. "Es una emoción enorme. Después de 80 años de abandono y de haber consensuado el proyecto con los vecinos, las obras del nuevo parque ya están en marcha. Será un espacio para disfrutar en familia, con mucho verde, seguridad y espacios diferenciados para las actividades. También estamos muy ansiosos por venir a trabajar al nuevo edificio del ministerio. Los 1300 empleados impulsarán el movimiento en la zona y saldrán a comprar su almuerzo todos los días", enunció la ministra ayer, luego del derrumbe del último paredón del Elefante Blanco que quedaba en pie.
A su lado, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, acentuaba con gestos las palabras de Tagliaferri. Luego, agregó: "Terminamos con un símbolo del fracaso, y muy pronto veremos en este mismo lugar gente tomado mate, chicos jugando a la pelota y familias enteras disfrutando del espacio público que es de todos los vecinos. Terminamos en tiempo y forma con lo prometido, y en el proceso hubo conversaciones uno a uno con los vecinos, con mesas participativas y teniendo en cuenta cuáles eran las necesidades del barrio".
El arquitecto Mariano Badalucco es el director de Hábitat del Ministerio de Desarrollo Humano, y en un repaso fugaz recordó las diferentes etapas del trabajo en el predio, que empezaron en febrero último. Hasta el año pasado, la demolición de la mole de 14 pisos –que nació en 1923 con el sueño de convertirse en un hospital de avanzada, pero nunca terminó de construirse– estuvo frenada por la Justicia, que había prohibido el desalojo de las 80 familias que vivían en el asentamiento conocido como Manzana 27 bis, en un extremo de la villa 15 y sobre el perímetro del Elefante Blanco, en condiciones de extrema marginalidad.
Luego la demolición siguió su curso y, al llegar a los niveles, más bajos comenzó la etapa más rápida, ya que la zona de peligro estaba disipada. En una semana, los obreros y las bolas de derribo que colgaban de las grúas podían terminar con un piso de 3000 metros cuadrados. Para las plantas inferiores, en cambio, se utilizó la misma máquina con la que se derribó la última pared: una grúa importada de China con una pinza de amarre que cuelga de un brazo que puede alcanzar los 28 metros de altura.
"La pinza actúa como una trituradora. Fue comiendo losa a losa durante las últimas semanas –explicó Badalucco–. En total, se procesaron 40.000 metros cúbicos de escombros, entre hormigón, hierro y vigas de acero. Gran parte de los restos se utilizaron para rellenar los trabajos de expansión del Aeroparque Jorge Newbery. Y el resto de los áridos se usará como material reciclable".
El proyecto paisajístico del parque tiene algunas particularidades. "El sector central replica el malogrado hospital con una masa arbórea de especies nativas para generar sombra en los espacios verdes y distintos tipos de floraciones que se alternan durante el año. Algunas de las especies elegidas serán jacarandá, ceibo y acacias", relata la memoria descriptiva. Los sectores destinados a actividades aeróbicas estarán "envueltos con canteros de herbáceas nativas que benefician la aparición de aves y mariposas".
Alicia Figueroa es vecina de la villa 15. Desde su casa observó la demolición de toda la obra. "Me gusta no tener más esa mole enfrente. Pero esperemos que las obras que vienen sean para el bien de todos", sintetizó.