Del café con amigos a la tertulia virtual
No es una novedad que la Argentina ocupe un lugar destacado en la galaxia Facebook. Ya sabíamos por un informe de Comscore de diciembre pasado que los usuarios de estas latitudes eran los que más tiempo pasaban en la red social en el mundo, casi 10 horas al mes.
A través del sitio Internet World Stats también nos enteramos de que nuestro país forma parte de la elite del Top 50 de países con mayor penetración de Internet del mundo, con el 67% de la población usuaria de la red de redes. Más que un lugar destacado si se considera que la Argentina es el país de habla hispana que mejor ranquea, por encima de España (65,5%), siendo el español la tercera lengua de la galaxia Internet, con 153,3 millones de usuarios, luego del inglés y el chino.
Ahora, estas estadísticas pueden proveer datos duros, pero no responden a la pregunta de la jornada: ¿por qué los argentinos son un fenómeno en Facebook? ¿Qué es lo que produjo semejante participación en las redes sociales? Por supuesto, la respuesta obvia es que los argentinos respondimos muy bien al "gancho" de la red: el negocio de la nostalgia de buscar viejos amigos de la escuela.
De hecho Graduados fue la ficción más exitosa en la última temporada televisiva. Podríamos afirmar que nuestra sociología popular indica que el argentino como buen cultor de la amistad pasó sin solución de continuidad del café y el asado a las tertulias virtuales de la línea de tiempo y el "me gusta". En particular el mate se ha vuelto muy compatible con el intercambio verbal frente a la pantalla azul y blanca. El Caralibro, como lo denominaba una hilarante publicidad reciente que sugería que dicha plataforma era un invento argentino, es un espacio virtual ameno para nuestras pautas de sociabilidad. Como mencionaba Nicholas Negroponte en el legendario libro Being Digital en los albores de Internet hay culturas como las mediterráneas, y en particular la italiana, que son más propicias para el chisme y el rumor. Quizá juegue nuestro ADN cultural de raíces italianas y gallegas.
Los tiempos que corren, por otro lado, han convertido los foros de Facebook en un hervidero de discusiones fraternas y de las otras motorizadas por las pasiones de la política. Fervientes cristinistas cuelgan sus ideas convicciones y furiosos anti-K convocan a las marchas sorprendiendo a la política organizada y a los medios tradicionales.
Pero, por otro lado, hay razones objetivas para contar nuevos usuarios de Facebook. En los últimos dos años el programa Conectar Igualdad hay repartido poco más de dos millones de netbooks entre estudiantes secundarios. Según los estudios realizados, más de dos tercios de estos chicos nunca hubieran accedido a una computadora y ciertamente tampoco a actualizar su perfil de Facebook diariamente. Esto lo hacen muchas veces con la oposición de sus profesores, pero la red social se convierte en un entorno virtual de aprendizaje cuando esos profesores la usan para que los chicos aprendan. Todo es un fenómeno que recién empieza.
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