Deep web: el universo paralelo de Internet
Más allá del contenido que está al alcance de los buscadores tradicionales, hay una red global profunda 500 veces más grande; controversia por los mercados ilegales y la circulación de bitcoins
"Un día van a hacer una película de mi vida, así que será mejor que recuerde todos los detalles", escribió Ross Ulbricht en su diario íntimo en 2011, sin saber que cuatro años después estaría sentado en la Corte Federal del Distrito Sur de Manhattan frente a un jurado de doce ciudadanos que lo hallaría culpable de manejar Silk Road, el mercado negro virtual más redituable de la historia. Ulbricht, un joven físico norteamericano de 30 años, podría ir preso de por vida a partir de mayo, cuando se espera que los jueces dicten la sentencia que fijará su condena. Tráfico de drogas, armas, lavado de dinero, falsificación de documentos, intentos de asesinato, conspiración y piratería son los cargos que su defensa deberá refutar en su apelación, con el objetivo de probar lo que para ellos -y para el grupo de familiares y activistas que los apoya desde las veredas nevadas de Nueva York- se esconde detrás de este juicio: "Un ataque a la libertad en Internet" por el control que los gobiernos pretenden ejercer en ella. Tiene sentido porque, esta vez, la pelea se da en la deep web, nada menos que el canal virtual donde se navega libremente sin dejar rastros.
Deep web es una herramienta fundamental en países donde la censura llega hasta Internet y en cualquier país donde los ciudadanos quieran preservarse del tráfico de datos personales
Google no es Internet. Google -como Yahoo! o Bing- es uno de los buscadores tradicionales a través de los cuales la mayoría de los mortales llegamos al contenido virtual que queremos. "Todo el resto está en lo que se conoce como deep web o web profunda, adonde Google, Yahoo! o Bing no pueden llegar -dijo a LA NACION desde San Francisco, California, Santiago Siri, que se destaca como emprendedor tecnológico (el Foro Económico Mundial lo eligió Global Shaper en 2012, distinción para jóvenes de menos de 30 años que están contribuyendo a delinear el futuro)-. Por dos motivos: por un lado, las páginas de la deep web están especialmente diseñadas para que no puedan ser rastreadas por los programas araña de los buscadores tradicionales. Sólo podés acceder a ellas, por ejemplo, tipeando la dirección exacta en la barra de herramientas. Por otro lado, algunos sitios, como Silk Road, ni siquiera son visibles a menos que los navegues con buscadores especiales", explicó Siri.
El contenido de la deep web -400 a 550 veces mayor que el que se puede encontrar en la Internet superficial- puede ser información del tiempo, valores de la Bolsa, horarios de trenes; bases de datos de todo tipo, como la intranet de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos o de la Real Academia Española (RAE). En esas profundidades también existe The Academic Invisible Web o Web Académica Invisible, con información sobre avances tecnológicos o publicaciones científicas retiradas de circulación.
"Deep web es una herramienta fundamental en países donde la censura llega hasta Internet y en cualquier país donde los ciudadanos quieran preservarse del tráfico de datos personales", dijo Siri.
La herramienta fundamental para navegar en la deep web es TOR, The Onion Router, un software libre surgido en 2003 como la evolución de un proyecto del Laboratorio Naval de los Estados Unidos, que actualmente está en manos de Tor Project, una organización sin fines de lucro de expertos en seguridad informática. "Navegando desde allí uno protege su identidad y se mantiene en el anonimato; la información personal está oculta para proveedores de servicios y buscadores tradicionales", explicó Siri. Esto es posible porque Tor modifica la forma en que circula la información que enviamos por la Red. Para que Internet funcione, las computadoras tienen que hablar entre ellas. Y Tor pone tantas computadoras como sea posible entre un destino y otro, tantas capas (como las de una cebolla, onion, en inglés) que es prácticamente imposible determinar quién es quién. Es completamente legal. Para usarlo, basta con bajarlo gratuitamente de Internet, instalarlo y ejecutarlo como cualquier archivo. Tiene más de 800.000 usuarios diarios y es descargado 50 millones de veces al año. En marzo de 2011, la Free Software Foundation lo premió por "haber permitido que aproximadamente 36 millones de personas de todo el mundo, usando software libre, hayan experimentado libertad de acceso y de expresión en Internet manteniendo su privacidad y anonimato; resultó crucial en los movimientos disidentes de Irán y Egipto".
El contenido de la
También le sirvió a Ulbricht para que su site se desplegara entre usuarios anónimos y que hicieran con la página lo que quisieran, incluso transformarla en un millonario mercado ilegal. Esto es lo que intentó probar su defensa (y seguirá intentando): que el fundador de una web no es responsable del uso que los usuarios hacen de ella. "El acusado puede probar que, si bien no puede controlar lo que hacen los usuarios con su web, se encargó de ofrecer la posibilidad de denunciar delitos con facilidad bajo el concepto de debida diligencia", explicó a LA NACION Nicolás Tato, abogado especialista en derecho informático. Entre los activistas que apoyan a Ulbricht está Roger View, un empresario que milita a favor del software libre y donó 165.000 dólares para su defensa. Por su parte, el FBI asegura que Silk Road facturó alrededor de 1200 millones de dólares en dos años y que le hizo ganar 80 millones de dólares en comisiones a su mentor.
"Internet no se creó para hacer el mal ni para causar daños. Lo mismo pasa con Tor -explicó Daniel Monastersky, especialista en delitos informáticos y protección de datos-. Este tipo de plataformas permite navegar sin dejar rastros, por lo tanto, hay cosas que uno no haría si justamente no fuera un espacio anónimo. En este sentido, hay quienes usan la red para cometer delitos", detalló Monastersky, que también colaboró en el proyecto de ley para regular el robo de identidad online en la Argentina.
"Hay ofertas de niños para pedófilos, las he visto con mis propios ojos. El anonimato dificulta la identificación de los usuarios y nada más: los delitos del Código Penal se consideran más allá del formato en el cual sean cometidos", dijo el abogado, y explicó que la dificultad reside en contar con las pruebas. "Aún hay mucho desconocimiento en pericia legal informática, pero Tor no es tierra de nadie: si alguien comete un delito y es identificado puede ir preso", dijo.
Silk Road es uno de los tantos mercados que funcionan en la deep web. Cuando el FBI lo cerró por primera vez, surgieron versiones similares en tiempo récord
A Ulbricht se lo acusa de haber usado las ventajas del anonimato de la deep web para montar un negocio ilegal: el jurado le creyó al FBI, que asegura que Ulbricht era Dread Pirate Roberts, seudónimo bajo el cual alguien operaba Silk Road. Sin embargo, aún no pudo explicar cómo llegó a esa conclusión, tratándose de una web bajo la protección de Tor, una red que hasta ahora no había podido ser vulnerada por ningún gobierno o corporación. "Es cierto que organismos como la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana (NSA) han logrado ataques exitosos, pero sigue siendo un sistema muy fuerte en el que pueden caer sólo quienes cometan descuidos", explicó Tato.
Silk Road es uno de los tantos mercados que funcionan en la deep web. Cuando el FBI lo cerró por primera vez, surgieron versiones similares en tiempo récord. "Mi primera experiencia con Silk Road fue de lo mejor que me pasó con Internet: bajar un navegador para encriptar mi información personal y conectarme fácilmente a la deep web; me acuerdo de que entré a una página toda blanca... Lo que había que hacer después lo fueron simplificando constantemente hasta que bastase con crear un usuario -recordó Siri-. Vi el catálogo más genial y completo de sustancias de todo tipo. Compré semillas de marihuana porque quería saber si realmente funcionaba. Hice dos transacciones usando bitcoin porque quería saber cuánto volumen de compras había en el sitio. La primera compra la hice a las doce de la noche, y la segunda, a la una de la mañana. En esa hora, más de mil personas compraron cualquier cosa. Me llegaron a mi casa dos semanas después. Me quede muy impresionado", contó.
Bitcoin es la otra palabra clave de esta historia: es una criptomoneda virtual diseñada en 2009, que funciona para todo el mundo sin estar regulada por ningún Estado ni sistema financiero
Bitcoin es la otra palabra clave de esta historia, la otra herramienta que potenció el alcance de la página que creó Ulbricht. Se trata de una criptomoneda virtual diseñada en 2009, que funciona para todo el mundo sin estar regulada por ningún Estado ni sistema financiero. No contempla impuestos, ni reimpresión de billetes, ni circulación de datos personales: las transacciones con bitcoins son directas entre un usuario y otro, sin intermediarios. "Surgió como respuesta de la generación decepcionada con los bancos. Una posible moneda sin privilegios, entre pares. Nadie se atribuye su creación; su protocolo empezó a circular con la firma de Satoshi Nakamoto, que funciona como grupo anónimo. Cuando se quiso descubrir quiénes habían sido, la lista de posibles candidatos se redujo a sólo cien personas de entre 25 y 35 años", explicó Nubis Bruno, CPO de Bitex.la, primer mercado hispano de compraventa en tiempo real de bitcoin desarrollado en la Argentina. "Su buen funcionamiento -por eficaz, económico y casi anónimo- obliga a los Estados a repensar qué capacidad de control pueden ejercer en espacios donde hay tanta inteligencia descentralizada, como sucede en la deep web", dijo Bruno.
Andrés Fleischer es cofundador de BTCenEspañol y operador en el mercado BitPagos: "Bitcoin sólo es posible gracias a cientos de miles de personas que hoy la utilizan. Es una tecnología moderna y segura que utiliza ciencias criptográficas para el envío de información entre los usuarios de una red, pero su mejor función es como moneda".
Es importante saber que el uso de bitcoins no se limita a la deep web. De hecho, en la Argentina se pueden usar en bares, quioscos, restaurantes, entre otras transacciones
Es importante saber que el uso de bitcoins no se limita a la deep web. De hecho, en la Argentina se pueden usar en bares, quioscos, restaurantes, escuelas de buceo o tratamientos de conducto, entre otras transacciones. El mercado está en pleno desarrollo. Además, su emisión está predeterminada por el protocolo y nunca podrá ser alterada, como sucede con las monedas tradicionales sujetas a las decisiones de un banco central: por una cuenta establecida en la norma, jamás van a existir más de 21 millones de unidades de bitcoins en la historia. Y es imposible falsificarlas o duplicarlas porque están protegidas por un complejo sistema criptográfico.
"Funcionaron bien en Silk Road y en otros mercados negros de la deep web porque operan sin límites geográficos, como una red de persona a persona (P2P) sin la necesidad de que se identifiquen verdaderamente. Tiene costos mínimos (no hay que pagar impuestos a ningún Estado o entidad), es transparente porque constantemente se certifican y asientan las transacciones realizadas a nivel global en un proceso de colaboración (se llama minería) entre personas de todo el mundo con hardware propios (se llaman mineros), a cambio de incentivos", explicó Fleischer.
Como él, Nubis también considera que los gobiernos están atentos a esta disrupción tecnológica porque cuestiona el sistema: "Hay mucha gente al margen, actualmente no se pueden hacer pequeñas transacciones con facilidad y bitcoin es el inicio de una alternativa". Abrir una billetera de bitcoins es muy fácil, instantáneo y seguro; esto permite que alcance a una gran parte de la población mundial que no está bancarizada.
La madre de Ulbricht, Lynn Ulbricht, encabeza la tarea de enmarcar el juicio en un debate sobre el control que el gobierno de los Estados Unidos intenta ejercer en Internet, y sobre sus métodos para investigar a los usuarios. "El acusado y los alegatos son secundarios. Lo que es importante aquí, y lo peligroso, es cómo funciona el gobierno", declara desde la web oficial que montó para apoyar a su hijo. Según la defensa, el FBI incautó las pertenencias del joven utilizando métodos ilegales y sin aval judicial, por lo que habrían violado sus derechos constitucionales.
El Departamento de Justicia norteamericano todavía no se pronunció al respecto, tampoco declaró nada acerca de las 600.000 bitcoins -hoy equivalen a 120 millones de dólares-que le secuestró al acusado y que cambió por dólares en subastas públicas. Las primeras bitcoins fueron para el multimillonario Tim Draper (de Palo Alto, California), que se llevó casi 30.000 bitcoins por alrededor de 20 millones de dólares en julio del año pasado, bajo las leyes de un país que no concibe que bitcoin sea moneda oficial, como los Estados Unidos.