De Punta Arenas a Ushuaia en kayak
Un abogado de 50 años y un navegante de 31 remaron durante 21 días para recorrer los 540 kilómetros que separan esas ciudades
USHUAIA.- La belleza imponente de los canales fueguinos, con glaciares que descienden de la montaña hacia el mar, la presencia de ballenas y de manadas de lobos marinos, y el vuelo rasante de aves de proporciones fabulosas, adquiere nueva dimensión cuando se los recorre, a nivel del agua, remando en un kayak.
Tal es la proeza realizada por el abogado Marcos Oliva Day, representante en Santa Cruz de la Fundación Patagonia Natural, y por el navegante Atilio Mosca.
Ambos recorrieron 540 kilómetros, entre la ciudad chilena de Punta Arenas y esta capital, remando durante trabajosos 21 días por el laberíntico archipiélago ubicado al sur de Tierra del Fuego.
En pleno territorio de los yamanas, que recorrían la zona en busca de alimento a bordo de canoas hechas de corteza de lenga, Oliva Day y Mosca desafiaron el frío, el viento, la niebla.
El mal tiempo les cerró varias veces el panorama.
Las incontables caletas y bahías, en tanto, los invitaban a equivocar el rumbo.
Sin explicaciones
"Navegamos con Global Position System (GPS) de mano y con instrumental de seguridad, y aún así nos costó dar con la ruta que correspondía", admitió Oliva. Y agregó: "Todavía nosotros no entendemos cómo hacían los yamanas para navegar sin perderse, guiados solamente por las estrellas, por el vuelo de los pájaros o por la posición del sol".
El viaje coronó el trabajo realizado por este abogado de 50 años y su equipo en el contexto del programa Conociendo Nuestra Casa, que realiza en la localidad santacruceña de Puerto Deseado, donde actualmente reside.
Los kayakistas trascendieron la hazaña deportiva y documentaron el recorrido con fotos de la flora, la fauna y los principales accidentes geográficos de la zona.
Además, relevaron datos sobre el estado de conservación del paisaje, los que sin duda resultarán muy útiles para las entidades ambientalistas y los centros de investigación.
Paraíso terrenal
Acodado sobre un mapa del lugar, Oliva Day repasó para La Nación la ruta seguida y recordó sin esfuerzo cada detalle del periplo, como la manada de delfines australes que navegó junto a los kayaks con el ventisquero Alemania de fondo, en la cordillera Darwin.
El monte Sarmiento, que se le negó al salesiano Alberto De Agostini en 1913 y lo hizo regresar para escalarlo 42 temporadas después, cuando ya contaba con 70 años, fue otra postal de viaje, porque, esta vez, el cielo estaba despejado y la cima de roca nevada, a 2404 metros, realmente lucía provocante.
"Tomamos el estrecho de Magallanes hacia el Sur, cruzamos en diagonal hacia el canal Magdalena, luego de atravesar el canal Cockburn y exponernos a mar abierto; avanzamos por el paso Brecknock, continuamos por el canal Ballenero, luego por el O´Brien, brazo noroeste del canal Beagle hasta llegar a Ushuaia", relató Oliva Day.
En todos los casos, ambos expedicionarios acamparon en los rebuscados sitios que les ofrecía el paisaje.
Se trata de pequeños claros en el bosque, que se encontraban muy cerca de la línea del mar, sobre el pedregullo de una playa o directamente arriba de rocas costeñas, mientras la lluvia y el frío se abatían sobre el iglú.
En ocasiones, descansaron en derruidos refugios de pescadores y hasta en un puesto de la armada chilena, en Timbales.
"Un lujo"
"Era un lujo armar la carpa donde podíamos acostarnos y escuchar el soplido de los delfines australes en el agua", recordó Oliva Day.
Luego de cada tramo de tres horas, los deportistas llegaban "mojados y cansados" a la costa más próxima, donde era habitual que armaran el campamento y actualizaran el diario de bitácora.
En el apasionante viaje, tomaron agua de chorrillos de deshielo y de cascadas que desaguan en el mar, y se cruzaron con cinco ballenas jorobadas, con árboles bandera, turbales milenarios y con coleccionistas de mariposas.
Durante el cruce del canal Magdalena, Oliva Day y Mosca, de 31 años, conocieron a dos deportistas japoneses y a un norteamericano.
Los tres visitantes extranjeros que iban a bordo de un bote neumático, esperaban que se produjera la marea favorable para poder adentrarse en un río a cazar una mariposa de las que sólo se conocen tres ejemplares en el mundo. La última había sido avistada por una expedición sueca en 1880.
El programa "Conociendo nuestra casa", que impulsa Oliva Day, nació en 1983 en los colegios primarios de Puerto Deseado.
Arrancó con el dictado de clases teóricas sobre nociones de geografía, de historia y de flora y fauna de la Patagonia.
El paso siguiente es un curso intensivo de remo en kayak que brinda en forma gratuita a chicos de cinco años en adelante el club náutico local, Capitán Oneto. La experiencia es transmitida por medio de adolescentes que se hallan vinculados con la entidad.
La última etapa
En este contexto, las travesías de largo aliento que realizan los miembros más experimentados del club forman parte de la última etapa del curso, donde los kayakistas muestran el trabajo de relevamiento fílmico o fotográfico en los colegios y bibliotecas de la ciudad.
"Buscamos que muchos chicos conozcan esto para querer y cuidar; les inculcamos el respeto y el cariño en un clima sin discriminación y con solidaridad", aseguró convencido y orgulloso de su labor el abogado Oliva Day.