De Mendoza a la NASA: el joven que participará de una "simulación marciana"
MENDOZA.- Su sueño es poder pisar Marte. Y desde hace años viene subiendo la escalera, en busca de su objetivo. A los 20 años sus proyectos comenzaron a ser destacados en el "mundo espacial" y ahora vuelve a tener una oportunidad, de la mano de la NASA , para empezar a desandar los desafíos que tendrán en frente los astronautas en las misiones futuras. Así las cosas, el mendocino Marcos Bruno (23), estudiante de ingeniería en Mecatrónica, en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), comenzó a probarse, literalmente, el traje espacial en una simulación marciana que durará dos semanas en Estados Unidos. Entre los objetivos de la prueba se destaca la medición del estrés que padecen los astronautas en las expediciones y, por ende, la búsqueda de soluciones.
El joven se encuentra en la ciudad de Grand Forks, en North Dakota, participando de una experiencia en el "Inflatable Lunar and Mars Habitat" (Hábitat Inflable Lunar y de Marte), en la Universidad de esa ciudad estadounidense. Se trata de una base financiada por la NASA, en la que vivirá durante 15 días como si estuviera en una misión espacial tanto en la Luna como en Marte. En esta aventura se pondrán a pruebas los trajes espaciales que viene desarrollando Pablo De León, ingeniero argentino que trabaja en la agencia espacial estadounidense y actual director del proyecto en el Human Spaceflight Laboratory de la reconocida universidad norteamericana. Una de las principales tareas del especialista es el desarrollo de equipamiento e indumentaria que mejor funcionalidad cumpla en eventuales expediciones extraterrestres.
En diálogo con LA NACION desde Estados Unidos, Marcos no deja de mostrarse entusiasmado y expectante de lo que ya comenzó a transitar. "Es una locura, de no poder creer lo que estoy viviendo", contó emocionado. "Lo que se busca es entender un poco mejor lo que van a ser todos los desafíos que se van a encontrar los futuros astronautas. Y precisamente, poder dar una mano y aportar información para facilitar lo que va a ser el futuro desembarco en otros mundos", agregó el mendocino, quien este miércoles se probó uno de los trajes presurizados e hizo una recorrida general por las instalaciones.
En esta expedición, de características muy particulares, el estudiante mendocino está acompañado por otros jóvenes estudiantes: Atila Meszaros, de Perú; David Mateus, que viaja desde Colombia y Danton Bazaldua de México. Desde su formación académica, cada uno de ellos cumplirá una función específica y esa será su tarea durante dos semanas.
Por tal motivo, deberá realizar junto con otros tres estudiantes del continente, varios experimentos científicos, tanto de la Universidad de North Dakota como de la NASA. Uno de los más interesantes, que comenzarán a probar en los próximos días es el casco ECG, de electroencefalografía, con el que se medirán las ondas cerebrales a la hora de efectuar actividades extravehiculares, las cuales se producen fuera del hábitat. Esto es cuando el astronauta sale de la estación espacial y se pone los trajes, ya sea para arreglar la base u otras actividades. Allí se producen picos de estrés, que pueden reducir la capacidad de atención o cognitiva así como las acciones ante situaciones de emergencia, lo que puede ser muy peligroso.
"Una persona en el espacio está en el hábitat más hostil que existe para un ser humano y es el peor momento para que te pasen estas cosas; por lo tanto para tener una medida de cómo afecta a los astronautas, este tipo de cascos ayudan a medir empíricamente lo que ocurre en el cerebro de los astronautas. Por eso estamos probando acá, en tierra, porque es lo más similar a lo que un astronauta vive. Para recolectar estos datos, nosotros estamos aportando información muy valiosa para que el día de mañana sea mucho más sencillo para ellos poder adoptar este tipo de soluciones", añadió Bruno, quien tiene por delante en la misión varios experimentos que sortear, de la mano de todo tipo de aportes científicos. "Este casco después va a ir al espacio para ser utilizado por los astronautas. Somos como conejillos de Indias", resumió el joven.
Marcos viene realizando un interesante camino ligado a la exploración espacial. A través de la Mars Society, en 2015 diseñó un robot apto para funcionar en Marte, por lo que al año siguiente viajó a Utah, Estados Unidos, para mostrar su creación vehicular que permite transportar un GPS y quedar fija en la superficie del planeta rojo. También es reconocido por ofrecer microscopios educativos, desarrollado en la Universidad de Stanford (EEUU), a un costo de un dólar, que, entre otros usos, permite agilizar diagnósticos de cáncer de cuello uterino.
Además, por sus inquietudes, proyectos y desafíos, ha participado en congresos internacionales e invitado a dar cursos especiales así como las reconocidas charlas Ted.
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