De las carretas que iban por el Camino Real al viaje en auto de hoy
En 13 horas se puede completar el trayecto que hace 200 años podía llevar hasta 50 días
La decisión de realizar el congreso que debía discutir nuestra independencia de la corona española en Tucumán no fue antojadiza. El noroeste argentino era una región muy importante en aquella época (allí comenzó el poblamiento del actual territorio argentino, en el siglo XVI), que se sumaba a la necesidad de realizarlo lejos de la influencia política de la cada vez más poderosa Buenos Aires, para decantar en la elección de aquella ciudad.
Sin embargo, llegar a Tucumán en 1816 no era tan simple como hacerlo hoy en automóvil, ómnibus, tren o avión. Sólo había galeras y sopandas para los pasajeros más acomodados y tropas de carretas para la carga y viajantes, que iban por las huellas y sendas que conformaban el Camino Real, que, en no pocas zonas, incluyendo el vadeo de ríos y arroyos, sólo los baqueanos podían seguir con seguridad.
La galera era el medio de transporte más rápido entonces. Eran carruajes de cuatro ruedas tirados por la misma cantidad de caballos, que llevaban hasta diez pasajeros (no transportaban carga) y podían realizar el trayecto en un lapso de 25 a 30 días. La sopanda era un vehículo similar, pero con suspensiones hechas con correas de cuero, lo que resultaba algo más cómodo. Las tropas de carretas, a su vez, tardaban entre 50 y 90 días, y un viaje de ida y vuelta en ellas desde Buenos Aires costaba alrededor de 5000 pesos fuertes, que en nuestra actual moneda (a mayo último) significarían unos 197.000 pesos.
El Camino Real era la ruta que enlazaba el puerto de Buenos Aires con el Alto Perú (hoy, Bolivia) en épocas de la colonia española. Parte de nuestras actuales ruta nacional 8 (en especial en la provincia de Buenos Aires hasta Arrecifes) y casi toda la RN9, desde Ramallo hasta Tucumán, siguen aproximadamente la traza de este antiguo camino colonial.
La distancia entre Buenos Aires y Tucumán utilizando el Camino Real era de 392 leguas (1893 km), contaba con 65 postas (además de Córdoba y Santiago del Estero), que no eran mucho más que ranchos de adobe para que los pasajeros, sucios de polvo y cansados por el ajetreo, comieran y descansaran, mientras se cambiaban los caballos del carruaje, o se quedaran a pernoctar. Hoy, con las autopistas a Rosario y Córdoba, el recorrido en automóvil u ómnibus es de 1261 km, que se hacen en 12 o 13 horas para los vehículos livianos (entre 15 y 18, los micros), a un costo aproximado de 2600 pesos, entre combustible y peajes.
En tren y en avión, también
El gran salto en los medios de transporte hacia Tucumán llegó el 31 de octubre de 1876, cuando el presidente Nicolás Avellaneda inauguró las vías férreas que unían su provincia natal con las del ferrocarril Central Norte, que, desde 1870, cubría la línea Rosario-Córdoba. La obra se realizó en sólo seis años al altísimo costo de 2.800.000 libras esterlinas. Poco tiempo después el ferrocarril Central Norte se unió al tramo Buenos Aires-Rosario para conformar el recorrido total.
En la actualidad, este trayecto es de 1170 km, pasa por ocho estaciones (entre ellas, Rosario Norte, Rafaela y La Banda), y el tren tarda algo más de 26 horas (en 1969, el expreso Buenos Aires-Tucumán tardaba 15) a un costo de entre $ 370 y $ 1295. Justo es acotar que buena parte del tendido de vías férreas está en reconstrucción, lo que hace disminuir la velocidad de las formaciones actuales.
Los avances tecnológicos fueron vertiginosos en el siglo XX. Entre ellos, el avión, que desde la creación, el 26 de febrero de 1946, de la Línea Aérea Argentina Noroeste (luego Zonda) y de Aerolíneas Argentinas (fundada en 1949), es el medio más rápido para llegar a San Miguel de Tucumán. Los jets actuales sólo tardan una hora y 50 minutos para realizar el vuelo de 1085 km hasta el Jardín de la República.
Agenda de hoy
A las 12
Asociaciones históricas y la comuna de Recoleta rinden homenaje a los congresistas de Tucumán en el Cementerio de la Recoleta, con la presencia de descendientes de Pueyrredón, Laprida, Paso y otros. Participan autoridades, legisladores y el Regimiento de Patricios.