De la Argentina al mundo: daba clases de canto, viajó a España por una beca y hoy brilla como soprano en Europa
Corina Feldkamp emigró al Viejo Continente en busca de oportunidades para desarrollar su carrera, y las encontró; “Siempre quise cantar, pero no sabía si me iba a poder dedicar a eso”, contó a LA NACION
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Corina Feldkamp supo que quería dedicarse al canto cuando apenas tenía siete años, ya desde niña soñaba con triunfar en su profesión y poder vivir de su verdadera pasión. En un país donde las oportunidades para la música, y en especial para la lírica, son limitadas, le surgió la oportunidad de viajar a España por un mes, pero se instaló allí y esa aventura se extendió por más de 20 años. Hoy, la artista cumplió su mayor anhelo y recorre Europa haciendo lo que más disfruta: cantar.
Ya en la escuela primaria, Corina comenzó a sentir una fuerte atracción por la música y por el arte, impulsada por una larga tradición familiar. “Mi abuelo era artista plástico y fotógrafo, y hay cuadros con mi papá de chico tocando la guitarra con él. Además, mi mamá siempre estaba cantando y yo de muy chiquita la imitaba jugando con un micrófono”, contó la mujer desde Madrid en diálogo con LA NACIÓN.
Pero más allá de palpar el ambiente creativo en su hogar, en el colegio también se destacó como integrante del coro. En aquellos años, fue su maestra de música quien la incentivó y le insistió a sus padres para que comenzaran a indagar con más profundidad en el área. “Tuve una profesora que era una gran concertista de piano y nos enseñaba desde Mozart y Beethoven hasta Ariel Ramírez. Era impresionante lo que hacía con nosotros. Un día los citó a mis papás y les dijo que tenía que aprender a tocar un instrumento”, recordó.
De esta manera, Corina comenzó a tomar clases de danzas y a estudiar piano para enfocarse de lleno en su próximo objetivo que era ingresar al conservatorio. Pero este paso suponía esperar hasta los 15 años “por cuestiones de desarrollo de la voz”, explicó.
Sin embargo, Corina no pudo aguantar. “Antes de cumplir los 15 hicimos una carta para pedir que me dejaran ingresar, rendí el examen y empecé la carrera de canto antes de esa edad. Yo tenía una base por cantar clásico en el colegio y en casa, y varias cosas ya las sabía hacer”, aseguró la soprano, y agregó: “Era como una fantasía dedicarme a esto. Siempre quise cantar, pero no sabía si me iba a poder dedicar a eso, ni de qué manera iba a ocurrir”.
A pesar de sus influencias de tango y de Ginamaría Hidalgo que llevaba por su padre, en el conservatorio continuó con su perfeccionamiento como soprano y descubrió que el género lírico era el camino que quería seguir. “Hay gente que no lo sabe, pero la música académica son muchos años. La carrera tiene una duración de 10 años y es muy exigente. Hay que tener gran disciplina y cuando sos adolescente se te junta con el colegio porque es una actividad extracurricular y de chico tenés otras cosas”, describió Corina.
Más allá de las dificultades, la artista terminó la secundaria y a los 20 años comenzó a dar clases de música como profesora en la Ciudad de Buenos Aires, mientras continuaba con sus estudios.
De la Argentina a España: cómo el mundo le abrió las puertas
Más allá de que el canto era su verdadera pasión, Corina se encontró con un panorama un tanto desalentador para su proyección profesional. “En la Argentina es difícil, siempre creí que me iba a tener que dedicar a ser profesora y en la medida que pudiera, cantar en alguna ocasión”, se sinceró.
Pero la vida suele ofrecer escenarios inesperados y cada uno debe tomar la decisión de aceptar o de rechazar el desafío. Así, una oportunidad se le presentó sin siquiera esperarla. “Una amiga me pidió que acercara su expediente a la embajada de España para participar en un curso. Lo llevé y la persona que lo recibió me preguntó por qué no había llevado el mío. Había tiempo hasta el lunes, así que el fin de semana preparé todo y lo entregué sin mucha expectativa”, recordó Corina aún sorprendida.
Un mes más tarde, recibió la notificación que le informaba que había sido admitida para el Curso Universitario Internacional de Música Española, en Santiago de Compostela. Sin dudarlo, aceptó la oportunidad. La beca le daba la posibilidad de ir a estudiar a la ciudad española con una ayuda económica para la manutención y las clases. Corina se hizo cargo del saldo restante y emprendió su partida por 30 días.
“Era la primera vez que viajaba al exterior y no conocía nada. Llegué a Santiago de Compostela y me costó la adaptación. Nunca me había planteado separarme de mi familia, no estaba planeado y fue -y sigue siendo- muy difícil”, reconoció la soprano. “Por suerte me acogieron bien, mi familia es de ascendencia española y la cultura es parecida, entonces se hace un poco más sencillo”, añadió.
Además del desafío de adaptarse a un nuevo país, durante el curso la cantante descubrió que le faltaban muchas herramientas para su profesión. “Me di cuenta de que estaba terminado la carrera, pero no tenía la base técnica que pretendía haber alcanzado y supe dónde estaba parada. Cuando terminó el mes, decidí quedarme”, afirmó Corina.
Luego del curso y de haber tomado la decisión de continuar su trayectoria en España, viajó hacia Madrid donde una amiga le abrió las puertas para empezara forjar su carrera. Allí comenzó a dar clases en academias de canto y continuó formándose en la Escuela Superior de Canto de Madrid donde obtuvo el Título Superior de Música y se especializó en la rama de Ópera y Zarzuela. A su vez, pasó las pruebas e ingresó a una bolsa de trabajo para sopranos, que es la voz con más intérpretes en el mundo. En ese momento, descubrió que vivir del canto en Europa, no era imposible.
Un sueño por cumplir
“A los pocos meses de haber llegado me contrataron para formar parte de coros en teatros, me iba de gira y me pagaban, era increíble. De repente estaba cantando en escenarios, vestida de gala y cumpliendo mi sueño. Había muchas más posibilidades que en la Argentina y me di cuenta de que podía trabajar cantando”, aseguró Corina.
A partir de ese momento, dejó de lado la docencia para apostar a su pasión y comenzó a cantar en el Coro de la Comunidad de Madrid. “Yo siempre había creído que para vivir de esto en la Argentina tendría que dar muchas clases, cosa que no está muy buena porque te desgasta la voz. Y afortunadamente en Europa es distinto”, continuó.
Casi dos décadas después de su llegada al Viejo Continente, en exclusiva con LA NACIÓN, Corina reflexionó unos instantes y destacó las presentaciones que más marcaron su carrera: “Uno de los lugares donde pude cantar fue en la filarmónica de Berlín con un director alemán y fue muy emocionante estar en un auditorio tan prestigioso. También trabajé en la ópera de Bélgica en Amberes y fue una experiencia muy gratificante. En España canté en el Teatro Real que es como el Colón e incluso pude hacer conciertos en solitario que es genial”, describió.
Durante estos años, Corina también se presentó en el Festival Internazionale MITO, Settembre Musica, Milano Torino en Italia en 2010; en el Auditorio 400 del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid; en el Auditorio Kursaal de San Sebastián en 2008; en el Teatro Minard de Gante, en Bélgica 2014; y realizó una gira por Corea del Sur en 2015 para difunfir la música coreana y la zarzuela; entre otras destacadas actuaciones.
Pero su carrera aún tenía mucho camino por forjar y emprendió un nuevo desafío que rige su presente y que, según aseguró, continuará en el próximo tiempo. Hace unos años, Corina empezó a colaborar con Patricia Kleinman, una musicóloga argentina que se dedica a investigar composiciones de mujeres y surgió un novedoso proyecto. “Con motivo del bicentenario de Pauline Viardot, que fue una diva y una cantante muy importante de su época, Patricia recopiló 18 canciones inéditas y las grabamos con grandes artistas internacionales”, explicó Corina.
Bajo la dirección artística de Kleinman y junto a la mezzosoprano de Nueva York, Anna Tonna, y la pianista española, Isabel Dobarro, grabaron “The Unknown Pauline Viardot”, un homenaje a la compositora francesa que se produjo en inglés, francés y español. “Estuve muy entusiasmada porque es algo que nunca sonó y darle vida a eso es muy emocionante. Además buscamos reivindicar la figura de la mujer compositora y es una manera de visibilizar a tantas mujeres artistas”, explicó la soprano argentina.
Actualmente, Corina está apostando a la difusión de este material con una serie de presentaciones. En cuanto a su futuro y sus próximas metas, destacó: “Estamos invitadas a un festival y vamos a seguir con la difusión de otras compositoras, este es un proyecto en el que vamos a seguir trabajando”.
Luego de muchos años de gran esfuerzo, la soprano logró hacer realidad su fantasía de niña y, tras emigrar a España, forjó una exitosa trayectoria de casi dos décadas con la recorrió algunas de las escenas europeas más emblemáticas del arte. “Triunfar en cualquier género que es difícil y requiere de una dedicación muy importante. Estoy agradecida de poder vivir de lo que me gusta y especialmente del canto, que en la Argentina no lo hubiera podido hacer”, se sinceró Corina.
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