Daños en los frescos de Soldi
Sin energía: un cortocircuito interrumpió dos horas el servicio en las líneas C y E; la estación Uruguay, de la B, quedó a oscuras.
Las cuatro reproducciones de los frescos de Raúl Soldi que adornan los andenes de la estación José Hernández de la línea D de subterráneos sufrieron daños visiblemente intencionales durante la última semana.
"Los amantes", "La música", "El ensayo" y "El jardín" son los frescos del pintor argentino que se hallaron indefensos ante los rayones, manchas de aceite, marcas de pisadas, rastros de bolígrafo y lápiz negro ocasionados por la incomprensión de desconocidos.
Los primeros deterioros fueron advertidos hace una semana por personal de Metrovías, la concesionaria del servicio. Desde entonces, dos empleados de seguridad de una empresa de vigilancia privada circulan por las plataformas para custodiar las obras.
Sin embargo, parece que esto no fue suficiente porque los daños siguieron en aumento. Recientemente, la reproducción de "En el jardín", cuyo original data de 1959, sufrió rayones en lápiz negro sobre el rostro de una joven dibujada por Soldi.
Por otra parte, un empleado de máquinas -que se negó a dar su nombre- explicó que, además, los frescos están expuestos a las emanaciones de humo de los vagones. La encargada de prensa de la concesionaria señaló que, al no tratarse de cerámicas esmaltadas como otros murales de la red, son más vulnerables.
Lo cierto es que las cuatro reproducciones, que miden aproximadamente cuatro metros por dos y medio, no tienen protección y están al alcance de cualquiera. De los que disfrutan y se deleitan con ellas, pero también de quienes no dudan en arruinarlas adrede.
El de ayer no fue un día feliz para los que viajan en subte
Ayer no fue un buen día para los usuarios de los subterráneos que recorren la ciudad. Un cortocircuito en la subestación de provisión eléctrica que alimenta las líneas C y E ocasionó en horas de la mañana la súbita interrupción del servicio, con los consecuentes trastornos para los miles de viajeros que intentaban llegar a sus trabajos.
Tampoco resultó tranquila la jornada para los pasajeros de la línea B. Un fogonazo en el tablero de iluminación de la estación Uruguay dejó sin luz a esa parada poco antes del mediodía y, aunque siguieron moviéndose por debajo de la avenida Corrientes, los subterráneos no pudieron detenerse en dicha estación por un par de horas.
Poco antes, a las 10.30, se registró una falla en los cables de la usina Independencia, que distribuye energía para los tendidos entre las cabeceras Plaza de los Virreyes-Bolívar y Constitución-Retiro. En medio de una nube de humo, una ola de pasajeros abandonó entonces las formaciones que venían circulando normalmente.
El temor inicial vivido dentro de los túneles dio luego paso al mal humor de quienes, obligados por las circunstancias, debieron recurrir al saturado transporte automotor para poder llegar a destino.
Inconvenientes prolongados
El malestar se extendió por varias horas pues, durante la tarde, continuaron los inconvenientes en el funcionamiento de las líneas C y E. Los trenes de la primera sólo corrían entre Retiro y Avenida de Mayo y, en la segunda, el servicio había sido acotado entre Plaza de los Virreyes y Entre Ríos.
Pero la concesionaria de la red no sólo debió abocarse a los arreglos técnicos pertinentes para procurar la normalidad en la prestación. Los problemas ya habían aparecido, apenas comenzada la mañana, cuando un grupo comando robó 400.000 pesos y 160.000 cospeles de la sucursal bancaria que funciona en la sede central de Metrovías.
"Se produjo un cortocircuito de bastante magnitud en la subestación Independencia, que abastece de energía a la línea C y a parte de la E. Nuestros técnicos están ahora reemplazando los paneles y cables quemados y efectúan los empalmes necesarios", describió en la tarde de ayer a La Nación el ingeniero Joaquín Acuña, gerente de Contratos de la empresa.
Respecto del origen de la falla, Acuña explicó que se estimaba que el sistema había colapsado por la antigüedad de las instalaciones, que no soportaron la sobreexigencia generada por el calor.
Acerca del alcance del cortocircuito, Acuña afirmó que la usina accidentada alimenta principalmente al tendido entre Retiro y Constitución. "Pero algunos cables se vinculan con el transporte de energía para un sector de la línea E, por lo que ésta se vio igualmente afectada", agregó el ingeniero.
Si bien en la actualidad son posibles esos cortes del servicio porque dos o tres subestaciones alimentan cada línea, Acuña se mostró optimista con el diseño de suministro eléctrico separado previsto en las obras que Metrovías pondrá en marcha próximamente.
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