Daniela Puglisi, la chica trans que capacitó Google para que trabaje en marketing digital
"Llegué con mi última vida. No tenía expectativas. Llevaba cinco años sin trabajo y con muchos cachetazos encima. Todas las puertas se cerraron desde el día que empecé mi transición. Me echaron de la empresa, después de trabajar 11 años, con el pretexto de reestructuración. Pero en realidad yo sé que era porque me había empezado a vestir como me sentía por dentro: como mujer". Quien habla es Daniela Puglisi, 34 años, diseñadora que desde hace un año trabaja para una agencia de marketing digital.
Sentía que había tocado fondo, que había buscado trabajar de lo que fuera. Tuvo que volver a vivir a la casa de sus padres, con su hijo de cinco años. Entonces, le llegó esa oportunidad que necesitaba. Le ofrecieron hacer un curso. No entendió muy bien de qué se trataba, pero cuando le dijeron que era en Google, le pareció serio. Así se sumó al programa Crecé con Google, una capacitación gratuita que dicta el gigante de internet para promover la inclusión de poblaciones con menos oportunidades.
¿Quiénes son los que tienen menos chances laborales en el país?, se preguntaron los organizadores. El colectivo trans surgió como uno de los grupos más vulnerables, explica Pablo Beramendi, director general de Google Argentina: "La expectativa de vida de la población trans es de 41 años. El 90% se encuentra por fuera del mercado formal, vive en la pobreza y el 95% ejerce la prostitución en situaciones de extrema marginalización", detalla.
Fue así como surgió la idea: ofrecerles capacitación en habilidades de marketing digital, que es un área donde hay una creciente demanda de recursos humanos, que supera a la oferta. Se desarrolló un plan de capacitación, en conjunto con distintas agencias, que son quienes después ofrecen trabajo a los egresados. La fundación Conciencia se sumó como partner y no sólo se apuntó a población trans, sino también a grupos que por distintas razones sufran discriminación laboral. La primera experiencia se hizo en 2018, curso del que egresó Daniela, junto con otros 24 personas, entre los que hubo tres chicas trans. Otro de los estudiantes, por ejemplo, vive en la villa 31.
Resultados
"A muchos, esto les cambió la vida porque les abrió a un universo de oportunidades que antes no tenían", explica Beramendi, orgulloso. La semana pasada egresó la segunda camada de estudiantes: 45 jóvenes menores de 35 años que ahora enfrentan el desafío de salir al mercado laboral, pero con herramientas.
"Las capacidades técnicas son un área donde la diversidad es un plus. Sólo el 10% de los egresados de carreras técnicas son mujeres. Y la discriminación no es sólo por género, también por lugar de procedencia, por conocimientos, por situación familiar, etcétera. Nosotros elegimos capacitar en marketing digital porque es un área donde las capacidades blandas son muy valoradas. La Argentina tiene una oportunidad fantástica para ser líder global. No es una utopía ser una potencia que exporte servicios, porque tenemos muy buen capital humano", asegura el director de Google.
Daniela se siente entusiasmada con la nueva vida que empezó después del curso. ¿Cómo le explicó por ejemplo a su mamá qué es el marketing digital? "Es lo que te permite vender en otras plataformas y maximizar los resultados de tu negocio, en un contexto que se volvió digital, donde las compras se deciden en el celular", explica.
Apenas terminó el curso, Daniela se inscribió en otra capacitación y allí conoció a su actual jefe que, deslumbrado por sus habilidades, la convocó a trabajar en su equipo. "El primer día fue una emoción inexplicable. En el curso, me sentí respetada y valorada por lo que podía dar. Pero no siempre es así. Las personas trans sufrimos el maltrato desde el momento que ponemos un pie en la calle. A veces vas en el subte y la gente no te conoce pero siente que tiene derecho a decirte cosas. A insultarte o faltarte el respeto, incluso cuando estoy con mi hijo chiquito. No se entiende por qué tanto odio. Pero duele. Para nosotras levantarnos cada mañana y venir a trabajar es enfrentar todo lo que nos puede pasar en el camino. Y hay días en que una siente ganas de correr a meterse debajo de la frazada y no salir", cuenta.
Buscar trabajo
Cuando tenía 27 años, Daniela decidió que no quería esconder más que se sentía mujer. Pero cuando empezó a vestirse así en el trabajo, una empresa de seguros, las cosas se pusieron difíciles. Estaba allí hace casi once años. Poco después la despidieron. Buscar trabajo no fue fácil, aunque tenía un título como diseñadora. Cada vez que se presentaba con su currículum para alguna búsqueda, las oportunidades no eran las mismas. A veces la llamaban "Daniel", otras veces eran las miradas y la mayoría de las veces nadie miraba su carpeta.
"Fui a más de 250 entrevistas. Todas las mañanas me levantaba y salía con una sonrisa. Bajé las expectativas, busqué trabajo de lo que fuera. Como cajera, como seguridad, como vendedora, como limpieza. Nadie me contrató. Ni siquiera me llamó", cuenta con los ojos empañados. "Hice todo lo que te puedas imaginar. Pero a cambio siempre recibía maltrato y desprecio", cuenta.
Por eso llegó con la guardia alta a las oficinas de Google. Había llevado un curriculum a una ONG, y un voluntario la llamó. Le dijo que trabajo no le había conseguido, pero sí un curso. Y Daniela decidió probar. Contra sus propios prejuicios, en las oficinas de Google, donde se daba el curso, dos veces por semana tres horas cada día, la recibieron muy bien. "Uno de los chicos me dio un abrazo. No lo podía creer. A la hora de usar el baño, pregunté a cuál tenía que ir, me dijeron al de mujeres, como si estuviera preguntando una obviedad", cuenta.
"No quería que terminara el curso. Pero lo que vino después fue genial. Encontré trabajo después de mucho tiempo. Y no cualquier trabajo, uno donde se me valora por mis capacidades y compromiso. No puedo estar más contenta", dice.
Alexis y la familia al hombro
Alexis Bethencourt la escucha a Daniela con mucha expectativa. El pertenece a la camada que acaba de egresar este año del mismo curso. Y tiene las mismas ganas de conseguir trabajo en marketing digital. Alexis tiene 18 años, vive en Quilmes y tiene varias pasiones. Estudia instrumentación quirúrgica en la UBA.
Empezó a trabajar cuando tenía 15 y todavía estaba en el colegio. Su papá tenía un taller de marcos y él se tuvo que hacer cargo cuando enfermó y murió. "Mi hermano es programador, pero en casa siempre fue todo con mucho esfuerzo. Yo siempre quise hacer un curso de programación, pero nunca pude porque ya estaba trabajando. Como soy voluntario en Conciencia, me preguntaron por qué no hacía el curso de Google y me encantó. Mi idea es poder trabajar en esto mientras estudio. Y no sé después qué ganará de las dos carreras. Pero lo que sé es que el marketing digital me encanta", cuenta.
Alexis tiene un hermano más grande y otro más chico. Su mamá es empleada doméstica. Le gusta jugar al básquet y ahora prefiere salir a correr antes que pagar un gimnasio. "Quiero hacer muchas cosas. A veces no me dan las horas del día. Mi mamá siempre me dice que baje un cambio, que recién tengo 18 años", cuenta.
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