Daniel Zhang: “Si sos eficiente en tu trabajo, tenés más tiempo para leer, ver arte,estar con tu familia. Ser eficientes puede hacernos más felices”
Bio
Edad: 29 años
Profesión: arquitecto
Especialista en urbanismo, estudió Arquitectura en la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos. Nació en China. Es la cara internacional de BSB, la única compañía que construye edificios con más del 90% de su estructura prefabricada, lo que permite realizar el delivery de grandes torres en tiempo récord.
Cruzan todos los límites, pero no están locos. "Sólo hacemos locuras que están cambiando las ciudades", dice con asombrosa serenidad Daniel Zhang, 29 años, mientras saborea un choripán argentino y hace clic en los frenéticos videos de Broad Sustainable Building (BSB), la compañía que fundó en China su padre, Zhang Yue. Las imágenes que se abren en la pantalla ya fueron vistas por más de 15 millones de personas en el mundo: un hotel de 30 pisos construido en dos semanas, un edificio residencial de 57 pisos íntegramente terminado en menos de tres, un pabellón corporativo de seis pisos para la Expo Shanghai 2010 que estuvo listo en… un día.
Ahora, su meta es la construcción del edificio más alto del planeta –202 pisos, 838 metros–, que piensa levantar en Changsa, la capital de la provincia china de Hunan, el lugar donde vive Daniel cuando no está de viaje.
Habla bajo y pausado, y sonríe cuando sus interlocutores expresan asombro o admiración. Siempre en el mismo tono, relata los métodos y procesos que están revolucionando la logística constructiva como si fueran habituales. No es inmodesto. La sensación es que juega en otra liga.
Su padre no habla inglés. Se graduó en Bellas Artes y fue docente, hasta que en 1988 tuvo 3000 dólares en sus manos y fundó la empresa Broad, dedicada a producir sistemas de aire acondicionado y soluciones energéticas. Obtuvo más de 200 patentes de piezas y sistemas que permiten desde la reducción de contaminantes del aire hasta sofisticados mecanismos de ahorro de energía. Lo llaman el Steve Jobs chino y tiene ahora 55 años. Según la revista Fortune, Zhang Yue fue uno de los 25 eco-innovadores del planeta en 2014. "Se ha convertido en billonario vendiendo sistemas de aire acondicionado energéticamente eficientes", argumentó la publicación. Son equipos que la empresa vende a 80 países y pueden encontrarse en oficinas de Silicon Valley o en sitios como el Departamento de Energía norteamericano, en Washington DC.
BSB es la estrella del grupo Broad. Daniel está a cargo de mostrarla al mundo. Tiene con qué. Pasó por seis colegios diferentes en China, terminó sus estudios secundarios en Singapur, se recibió de arquitecto en Pittsburgh y se especializó en urbanismo entre la India y Berlín. Su inglés es perfecto y su visión del mundo, singular. Algo lo iguala a sus compatriotas: es hijo único.
–China está cambiando su política de control de la natalidad. Pero para tu generación, ¿qué significa ser hijo único?
–Una enorme responsabilidad. Todo está puesto en vos. Sos el responsable único de todo lo que ocurre una vez que tus padres crecen. Nada más y nada menos que eso: frente a ese compromiso, estás solo.
–Tu padre dijo en una entrevista que "la responsabilidad es más importante que el crecimiento", y que el mayor problema de la humanidad no es el terrorismo sino el cambio climático. ¿Cómo se aplican estos principios tan fuertes a una empresa que se dedica a la construcción?
–Nosotros no nos definimos como una empresa constructora. Miramos las ciudades en su conjunto, y procuramos mejorarlas. Por algún lado hay que empezar a cambiarlo todo, y nosotros lo hicimos por la manera en que se construyen los edificios. Hoy, las ciudades ocupan el 2% de la superficie planetaria y, sin embargo, consumen el 80% de los recursos. Sin modificaciones disruptivas, esto no cambia. Construir de modo sustentable es nuestra responsabilidad y la única opción, lo mismo que cambiar el consumo energético de los edificios en forma masiva. También tenemos que hacerlo rápido y bien: la eficiencia tiene que ser una meta de la civilización.
–¿Para qué sirve la eficiencia?
–La eficiencia mejora la calidad de vida de la gente. Si sos eficiente en tu trabajo, entonces tendrás más tiempo libre para leer, ver arte, estar con tu familia. Ser eficientes puede hacernos más felices.
–¿Cómo hacen en la práctica cotidiana para levantar esos edificios que dejan a la gente atónita en las redes sociales?
–Hacemos más del 90% en la fábrica, y luego lo trasladamos. Desde la estructura hasta las ventanas. El sistema es modular y sustentable. Podemos acopiar material y reducimos al máximo los desechos. Los costos de las obras se reducen entre un 20 y 40 por ciento. Tenemos personal estable que sigue la filosofía de la empresa. Y los edificios son cinco veces más eficientes, además de estar preparados para soportar terremotos de magnitud 9.0.
–Parecen obsesionados con la velocidad. ¿No es una metodología para impactar? ¿O para el Guinness?
–No. Es una velocidad que se traduce en una cuestión concreta: preservar la vida, cuidar el planeta.
–No imagino que pueda trasladarse esto a un país occidental, con sindicatos de la construcción fuertes y arquitectos que son estrellas amantes del diseño no estandarizado.
–Depende de cómo se mire. Nuestra idea es dar más dignidad a los trabajadores, que sean personas trabajando en una fábrica con un empleo permanente, algo muy distinto a la idea de la gente viviendo en las afueras de la ciudad, que viaja horas y horas hasta una obra que demora años en terminarse. En cuanto al diseño, hay muchas menos trabas en la prefabricación de las que los arquitectos imaginan. La tecnología para nosotros es una meta, y nos ayuda a ser cada vez más flexibles y dinámicos. Estamos transfiriendo tecnología a otras provincias de mi país, y a punto de instalar fábricas en la India.
–¿La ciudad del futuro es vertical, de rascacielos?
–Yo creo que sí. Las ciudades verticales serán una solución para los problemas del planeta. Mi padre quiere lograr que sigamos un paradigma de ocupar menos espacio urbano, construir para arriba. ¿Por qué invertimos tanto en automóviles, en rutas? Las ciudades con escala humana son eficientes; si, en cambio, crecen en espacios muy extensos no creo que lo sean. Estar cerca del trabajo y de los amigos cambia la vida de todos. Tener huertas en un edificio, hacer hidroponía en altura es una alternativa para mejorar la calidad del aire de las ciudades. Si crecemos hacia arriba, las distancias de transporte se van a acortar, podremos mejorar la colección de agua y la provisión de energía.
–¿La verticalidad sólo se piensa en función del espacio disponible? Porque hay muchos países en los que la superficie disponible no es tan escasa como en China.
–Abarca mucho más. Yo pienso la verticalidad en relación con el futuro de las generaciones más jóvenes. Creo que en los próximos años habrá más gente viviendo junta, cerca de su lugar de trabajo. Va a crecer el sentido de comunidad, vamos a valorar el hecho de estar más tiempo con otros, en lugar de estar viajando hasta la oficina, solos y perdidos en medio del tránsito.
–¿Qué dicen de ustedes en China? Piensan "fuera de la caja"…
–Somos "no típicos" [Se ríe.] Nos respetan. Hay muchas empresas grandes que no tienen un impacto tan alto como la nuestra, que es más pequeña. Por otra parte, no pagamos sobornos y hacemos lo que decimos: la sustentabilidad está primero. Hay que preservar los recursos y, sin embargo, en el mundo se sigue construyendo con tecnología y sistemas viejos, pensando en el negocio a corto plazo y gastando tiempo, esfuerzo y recursos innecesarios. Nosotros vamos justamente en otro sentido.
–¿Y cómo se llevan con el gobierno?
–Las compañías chinas tienen cada vez mejor performance, son más globales. El gobierno nos apoya financieramente y está más comprometido con la sustentabilidad.
–Tu padre fue reconocido por las Naciones Unidas como Champion of the Earth (Campeón de la Tierra), el máximo galardón concedido a líderes y visionarios en desarrollo sustentable, cambio climático y "vida digna para todos". ¿Cómo se ve el "hijo único" tomando esa posta?
–Un amigo mío suele decir que cuando una generación hace exactamente las mismas cosas que hicieron sus padres es muy probable que las compañías no perduren. Yo soy la cara internacional de BSB, viajo por el mundo contando lo que hacemos, estoy involucrado en la expansión fuera de China. Mi padre se encarga de responder las preguntas y de llevar adelante los proyectos. Digamos que por ahora yo cuento la historia y él resuelve los problemas [Risas.] Por otra parte, armé mi propia empresa, una incubadora de compañías de tecnología vinculadas con la sustentabilidad. Eso me divierte y es un gran desafío.
–¿Cómo definirías la cultura joven hoy, en los sectores con posibilidades de acceder a la educación?
–Los jóvenes ya no van en busca de un materialismo excesivo. Adhieren al concepto de desarrollo de la creatividad humana (el arte, por ejemplo). No buscan el lujo, los mármoles, el cristal. Les interesa desarrollar comunidades, redes.
–Siempre hablás del arte, de la cultura. ¿Cómo se llevan la cultura y el Real State?
–Amo el arte. Mi padre pintó durante más de 20 años. Me gustan los libros y adoro las librerías. Estamos armando ahora en China un proyecto de 5000 metros cuadrados, una bookstore, siguiendo los conceptos de librería más actuales. Las librerías se han convertido en lugares de encuentro, donde no sólo hay libros sino también café, exhibiciones, cosas nuevas para comprar. La gente se junta en una bookstore para ser parte de una experiencia. A las empresas de Real State les interesa invertir en eso, lo consideran una oportunidad.
–Entre tantas cosas que se ofrecen en las librerías, ¿los libros no quedan relegados?
–No. Lo que cambia es el concepto. Ya no vendemos librerías y libros, vendemos experiencias. La experiencia de leer, la de estar ahí. ¿O acaso no has comprado por gusto en una librería que te atrapó esos libros que nunca leerás? ¿A quién no le gusta sentarse a trabajar en el café de una bella librería?
–¿Cuándo piensan lanzar la construcción del edificio con el que aspiran a superar el Burj Khalifa (Dubai) y cuánto tiempo llevará levantarlo?
–Esperamos hacerlo pronto, estamos aguardando que avancen las aprobaciones. Nosotros hablamos de tiempo de ensamblaje, no de construcción. Pensamos ensamblar tres pisos por día.
–Y después de ese desafío, ¿qué?
–Ya lo veremos. Algo se nos va a ocurrir. Lo que más nos mueve es innovar, en cualquier proyecto. Dejar atrás los métodos que ya no tienen se ntido, y ser sustentables en serio.
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