“Cuesta el cierre”: el destino turístico ABC1 donde bajó el precio de las casas a poco de la segunda quincena de enero
Solo las propiedades premium pudieron sostener sus valores en Costa Esmeralda, el resto no se ocupó tan rápido como antes
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PINAMAR.– “Todavía aparece gente para este mes y todavía hay casas disponibles”, describió Roy, propietario de dos viviendas en Costa Esmeralda. Aunque sobresale el optimismo por la confianza de una demanda a último momento en una temporada demorada y de estadías más cortas, la dinámica no es la misma en el cotizado desarrollo del sur del Partido de la Costa, a unos pocos kilómetros de esta ciudad, que registró su boom en los veranos pospandemia.
Al igual que en otros destinos del país, este enclave que ya cumplió 19 años llegó a la temporada sin una ocupación plena. Esto llevó ahora a que los precios para alquilar algunas propiedades comenzaran a bajar. Mientras que, según coinciden varias inmobiliarias, las casas premium son las primeras en reservarse, las estándares –que cada vez son más– ya no se ocupan tan rápido como antes.
“No es una buena temporada, creo yo que es por la situación económica y por el tiempo, que está muy cambiante”, agregó Roy, y señaló que las consultas suelen ser por períodos de una semana. Las que van surgiendo para febrero buscan incluso solo los cuatro días de Carnaval.
“Muchísima demanda, pero cuesta el cierre”, resumió Mariana Granelli, martillera y socia gerente de H. Granelli propiedades. En Costa Esmeralda trabaja con más de 15 casas. Dos de sus reservas se cayeron en diciembre; una la logró alquilar y la otra, a unos pocos días de que empiece la segunda quincena de enero, todavía no. “Me están peleando el precio y estoy viendo, es la mejor quincena y la más buscada la que me está costando. En septiembre rechacé 20 personas”, dijo.
Y agregó: “Los que alquilaron antes de septiembre se salvaron. Otros esperaron para después de las elecciones, cuando se frenó todo. Las premium, que son poquitas, vuelan. En las casas estándar, la mayoría está teniendo que bajar los precios”.
Las propiedades premium –dormitorios en suite, incluyen sábanas y toallas como un servicio de hotel– ubicadas en la primera línea de mar pueden llegar a costar hasta U$1000 por noche, alcanzando un máximo de U$32.000 el mes. Siempre hablando de enero, las viviendas del Barrio Marítimo, desde las que se puede ir caminando a la playa, comienzan en U$550 la noche. En las estándar, en tanto, el rango varía entre U$250 a U$350 la noche dependiendo de la zona, los ambientes y las amenities.
Por otro lado, los departamentos con dos dormitorios en enero rondan los U$140 por noche, mientras que los de tres U$240 por noche.
Evolución
Costa Esmeralda fue el pionero y el primer caso de éxito en consolidarse en el kilómetro 380 de la ruta 11. Supo conquistar un lugar hasta convertirse en un destino en sí mismo para las vacaciones en la costa argentina. Se sumó a Cariló como destino de un turismo ABC1 y tuvo un salto de demanda en la pospandemia, de la mano del impedimento que existía para viajar al exterior mientras regían condicionamientos sanitarios por el nuevo coronavirus.
Hoy, 16 barrios componen el complejo, que tiene 2549 casas terminadas y casi 500 en marcha. Este año, en un intento por fomentar mayor concurrencia, el centro comercial abrió al público externo al desarrollo inmobiliario y están inaugurando nuevos locales.
“Las casas premium no bajaron los precios. En las casas más estándar hicieron una leve reducción de los precios, entre un 10% y un 15%, para poder alquilarlas”, coincidió Christian Smith, de la inmobiliaria María de Tigre, que trabaja en Costa Esmeralda desde su lanzamiento. Y agregó: “Se alquiló mucho a último momento, creo que los inquilinos especularon mucho con las elecciones y qué iba a pasar con el dólar”.
Al igual que sucede en Pinamar, una ciudad que se nota más vacía durante la semana, las estadías se modificaron y suelen ser más cortas, concentradas en el fin de semana. “Notamos es un pedido muy recurrente, que es de plazos cortos para alquilar. Pero, por suerte, hubo mucho alquiler para lo que es enero”, apuntó Smith.
“Se nota que explota los fines de semana desde el viernes y se empieza a sentir más vacío desde los martes”, coincidió Giselle Acosta, de la inmobiliaria que lleva su nombre y está en el paseo comercial de Costa Esmeralda.
Remarcó que es un destino establecido y demandando aun en tiempo de crisis y describió: “Se empezó a completar muy bien. Y la segunda quincena ya está prácticamente todo tomado. Arrancó más tarde, pero arrancó. Y para mí se va a extender febrero, están las consultas a full. Son otros precios. La gente sale menos días, pero va a tomarse sus vacaciones, así que se va completando de a poco”.
Todos coinciden en que febrero suele ser un mes más “complicado”. La mayoría de las consultas apuntan a la primera quincena y al fin de semana de Carnaval, que este año va del 10 al 13. “Si bien hay mucha consulta y mucho alquilado, es corto debido al temprano inicio de clases alrededor del 21 de febrero, siempre baja con respecto a enero”, concluyó Smith.
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