“¿Cuántos meses más podemos aguantar sin que se convierta en un salvavidas de plomo?”
Cuando en el año 2015 Pablo Scigliano junto a tres socios con 20 mil dólares fundaron On Tap, el primer bar de cervezas artesanales nacionales, nunca imaginaron que cinco años después su emprendimiento chocaría de frente contra una pared llamada Coronavirus. "No veníamos del mejor 2019, habíamos caído muy fuerte en la rentabilidad y nos estrellamos contra la pandemia", dice Scigliano a LA NACION, hoy con 45 años.
En esos cinco años la marca creció y ahora la cadena tiene 11 locales, entre propios y franquiciados: seis en Capital Federal, tres en provincia de Buenos Aires, uno en Rosario y otro en Santiago de Chile. "Nuestro primer local en Palermo fue un boom y muchos replicaron el modelo", recuerda.
El tiempo pasó y el 15 de marzo último, cuando se decretó el aislamiento parcial, su negocio cambió para siempre. "La realidad fue otra. A partir de ese lunes las ventas cayeron un 95% y el 17 de marzo, que es el día de San Patricio y las cervecerías explotan, la caída fue del 99%", cuenta.
Al otro día, en una dura reunión decidieron cerrar toda la cadena porque entendieron que debían preservar la salud de todos. Sin fondos disponibles, el dinero que le ingresó a sus cuentas por consumos de tarjetas de crédito lo utilizaron para pagar los sueldos de los 30 empleados pero dejaron de cumplir con los proveedores.
"No llegamos a cubrir los haberes de marzo por lo que pedimos el crédito del 24% para terminar de pagarlos. Con la incertidumbre, el resto del préstamo lo usamos para adelantar y distribuir parte de los sueldos de abril", indica. "Ahora estamos en la búsqueda de otro crédito blando para terminar de pagar los sueldos de este mes", añade.
El emprendedor detalla que hasta la semana del 15 marzo, la cadena de pagos se mantuvo pero que luego se cortó . "La rueda financiera en gastronomía es de 15 días y hoy estamos por cumplir 45 días de cuarentena. Ahora el crédito es un salvavidas ¿Pero cuántos meses podemos aguantar para que no se convierta en un salvavidas de plomo?", se pregunta.
En plena pandemia, la situación que enfrenta el sector gastronómico es desesperante: sin ingresos y con gastos que se multiplican. En este momento, el problema que enfrentan son los compromisos de pago, que cuando el clearing se libere por completo, no van a poder cubrir los cheques dados.
Scigliano ya piensa en el día después. Si bien muchos en su rubro, para subsistir, optaron por la venta futura; ellos, con más cautela, prefirieron no embarcarse en algo que no saben si lo van a poder cumplir.
"Cuando la pandemia sanitaria se vaya, la pandemia económica, que ya es tremenda, quedará por mucho tiempo. No sé cómo vamos a hacer para que la gente vuelve a la naturalidad de antes, somos un divertimento que dejó de ser prioritario", observa.
Desesperanzado, la opción de salida es reinventarse y migrar a un tipo de servicios con menos gente, al estilo de los restaurantes. "Como una marca imborrable, el Covid-19 nos quedará tatuado para siempre. Las necesidades de consumo van a volver distintas y es por eso que debemos reinventarnos", asegura.
Y cuando ese tiempo llegué, para los socios de On Tap será momento de correr los escombros, liberar la ruta, reparar el vehículo destruído y esperar que su liberador llamado vacuna se descubra.
UN SECTOR AMENAZADO
- Cadena de pagos. Los gastronómicos enfrentan la situación sin ingresos y con gastos que se multiplican.
- El día después. Cuando pase el Covid-19, las necesidades de consumo serán distintas, por eso varios empresarios ya piensan en reinventarse.
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