Guillermo Vilas: "Cuando escribí notas técnicas y de opinión para el diario, mi padre estaba muy orgulloso"
Los recuerdos que tengo de LA NACION son importantes para mí porque, de alguna forma, estuvieron relacionados con mi carrera deportiva y era el diario que se leía en mi casa.
Los primeros años de carrera, cuando comencé a viajar y a competir en Europa, tuve una gran relación con Luis Mario Bello, corresponsal del diario en París, que siempre cubría Roland Garros. Un señor, respetuoso y formal, que siempre estaba ahí después de mis partidos y me hacía miles de preguntas. En cierta forma, me sentía acompañado; más adelante comenzaron a viajar otros periodistas argentinos y todo se hizo más llevadero a la distancia.
Otra persona con quien llegué a tener una hermosa relación de amistad es el fotógrafo Pepe Fernández, colaborador de LA NACION. Sacaba todo en blanco y negro; me regaló muchísimas fotos de una calidad asombrosa que todavía conservo. Incluso estuve presente en muestras que él realizó en París, en las que exhibía imágenes de muchos personajes a los que presentaba desde una mirada diferente.
También fue en LA NACION donde se publicó aquella famosa solicitada que dividió al tenis argentino, durante la Copa Davis contra Checoslovaquia en 1980; este hecho marca la llegada que siempre tuvo como medio. La solicitada surgió a partir de diversas diferencias con la Asociación Argentina de Tenis de ese momento.
Algo mucho más agradable fue cuando llegué a escribir notas técnicas y de opinión sobre tenis para el diario durante varios meses. Mi padre se puso muy contento. "¡Qué placer, Guillermo; abro el diario y te leo!", me decía, orgulloso.
Además, en LA NACION también fueron muy amables conmigo cuando tuvieron la gran gentileza de darme fotos para el libro sobre mi vida que se editará muy pronto.
Recuerdo haber ido una tarde junto con mi hija mayor, Andanin, hace varios años, al archivo que el diario tenía en el edificio de la calle Bouchard, muy cerca del Luna Park. Fue una experiencia muy grata que todavía conservo en mi memoria.
* Extenista profesional
Guillermo Vilas