¿Cuál es la historia detrás del Palacio Cabrera, la actual sede de Casa FOA?
Dos ingenieros; un matrimonio entre primos filántropos y muchas ancianas anónimas escribieron el pasado del espacio que en el presente es sede de Casa FOA y en un futuro cercano la base de un desarrollo inmobiliario
El edificio de José Antonio Cabrera 5653, ubicado apenas a dos cuadras de Villa Crespo, uno de los límites históricos de Palermo, fue terminado en 1935 sobre un terreno que al menos hoy -con 25,98 metros de ancho por 53,04 de fondo- es el más grande de la manzana.
Allí funcionó hasta 2010 el Segundo Hogar José Devoto, como expresa lo tallado en el frente, arriba de la puerta de acceso. Al costado de la misma pared está el nombre de los constructores, los ingenieros (Meneco) Herrera y (Gustavo) Fillol Day, quienes antes y después construirían más de un centenar de edificios comerciales y familiares en Buenos Aires, Rosario y Mar del Plata, como el de Banco Ciudad de la calle Esmeralda y participarían junto al célebre arquitecto Alejandro Bustillo Madero en erigir la casa matriz del Banco de la Nación Argentina (Plaza de Mayo) y el Hotel Provincial (Mar del Plata).
Un hogar en Palermo Hollywood
Herrera y Fillol Day construyeron este edificio -una planta simétrica de 2200 m2- de rasgos eclécticos y con un estilo del llamado renacimiento colonial o nacionalista argentino por encargo de Filomena Devoto, aunque el hijo de Fillol Day no lo recuerde hoy y sí las obras más trascendentes ya enumeradas a las que le agrega el puente original sobre el río Samborombon (en la ruta 2 a Mar del Plata); la red vial de la provincia de Entre Ríos y la única iglesia del pueblo de La Cautiva en Córdoba, que financió de su propio bolsillo.
Antes de ese segundo hogar, Filomena y su primo José -parte de la genealogía de los fundadores del barrio de Villa Devoto- se habían enamorado y previa autorización de las familias, casado y consagrado la vida a impulsar numerosas construcciones para darle hogar, educación y religión a niños y niñas huérfanos.
En ese marco surgió, entre otros tantos, el primer hogar Devoto en El Salvador 4930, que aún funciona como casa de amparo, aunque hace una década corrió riesgo de cerrar. Al parecer, Filomena, ya viuda, compró o mandó a edificar Cabrera para homenajear al marido. La administración de esta sede fue encomendada a la Sociedad San Vicente de Paul, que también absorbió la otra, aun después de la muerte de Filomena en 1947.
El de Cabrera cerró las puertas para siempre en 2010 y quedó al cuidado de un casero, mimetizada con el llamado Palermo Hollywood y sin llamar mucho la atención más que a los grafiteros que aprovecharon sus paredes.
A principios de este año, Sebastián Friedman, socio del desarrollador inmobiliario BrodyFriedman, aceptó no muy entusiasmado la invitación de un amigo inversionista para conocer la propiedad que había comprado, sin mucha idea de qué hacer con ella. "Cuando entré me enamoré. No sé, tenía un ángel. Tanto que le dije, esto tenemos que documentarlo y respetar la historia de este lugar", recuerda.
La pretensión de Friedman se concretó en un libro de tapa dura que pueda adquirirse en casa FOA, que narra una pequeña historia del lugar y tiene ilustraciones captadas por la lente de Juan Hitters.
Puertas adentro
Las fotos no deben diferir mucho de lo que descubrió Friedman: dos imágenes en mosaico de la Virgen de Luján y San José ni bien se traspasa la puerta; una escalera de mármol con baranda de hierro debajo de una cúpula vidriada; pisos de pinotea con cámara de aire; paredes de estructura portante; valijas y baúles antiguos ya sin dueño y vacíos; carpintería de madera; pasillos y patios con pisos en damero; algunos muebles, heladeras y hasta una máquina de coser; una caldera en el subsuelo que calefaccionaba todo y por supuesto las marcas del paso del tiempo y la falta de mantenimiento.
En uno de los tres patios (dos a los costados, un tercero al fondo para colgar la ropa) todavía está en pie un árbol que plantó Filomena, pero que murió por una enredadera que creció en los contornos. En las cerca de 44 habitaciones -algunas pocas más grandes con baño y vestidor- vivieron hasta 2010 ancianas sin familia que tenían allí muebles y cocina propios para no sentirse internadas. Pagaban un precio que en San Vicente de Paul dicen que era irrisorio; no recibían ningún servicio religioso ni cumplían tarea social alguna, más que juntarse a rezar o ir a la parroquia de la zona. Las habladurías de los vecinos del barrio incluyen relatos de que hace muchas décadas la casa solía recibir adolescentes y jóvenes para parir en secreto hijos no esperados.
Presente y futuro
Para casa FOA, el estudio de los arquitectos Cortiñas realizó en tiempo récord un lavado de cara que incluyó pintura, acondicionamiento general, reemplazo de instalación eléctrica (aún tenían los viejísimos cables de tela) y de cañerías para habilitar cuatro baños.
El proyecto de BrodyFriedman es montar una estructura por fuera de la vieja casa, que al ser edificio representativo protegido por la ley porteña 2548 de 2007 no puede ser reformado o demolido, "aunque tampoco queremos", aclara Friedman. En la nueva construcción harán oficinas y viviendas pero todo estará conectado con lo existente, en espacio y espíritu.