Crucero Hamburg y el temor a ómicron: qué criterio usó el Gobierno para definir a los contactos estrechos del caso positivo de coronavirus
Un grupo compuesto por un positivo y sus contactos estrechos se encuentra aislado dentro del buque en el puerto de la Ciudad; el resto de quienes iban a bordo ya descendieron de la embarcación
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En medio de la preocupación por la posible llegada de la variante ómicron al país, se detectó un caso positivo de Covid-19 en el crucero Hamburg, llegado desde la isla de Cabo Verde, África, hacia el puerto de la ciudad de Buenos Aires. De los 300 pasajeros a bordo, el ministerio de Salud segmentó dentro los definidos como contacto estrecho de la persona infectada a quienes “compartían su habitación y cenaron con él”. El resto descendió de la embarcación.
El 17 de noviembre, las autoridades de la embarcación reportaron la presencia de un pasajero con síntomas compatibles con Covid-19. Si bien ese mismo día el resultado del test de antígenos había dado negativo, el 19 fue repetido y arrojó un resultado positivo. Recién el 22 llegó el positivo del PCR, fecha en la que quienes son contacto estrecho fueron identificados para aislarse.
“Se considera contacto estrecho a quienes compartían su habitación, quienes cenaron con él, y a todos los que declaró a partir de la entrevista”, definieron, en diálogo con LA NACION, fuentes del ministerio de Salud.
Además, informaron que “el hombre está aislado desde que presentó síntomas y está cumpliendo los días de aislamiento según protocolo”. En ese sentido, insistieron en que sus cercanos también fueron aislados en el buque “que ya de por sí estuvo más de 10 días sin tocar puerto”.
La alerta escaló cuando los funcionarios de la cartera a cargo de Carla Vizzotti conocieron, el 26 de noviembre, que el grupo aislado estuvo en uno de los países afectados por la variante ómicron. Según el comunicado oficial, estuvieron “realizando excursiones en Cabo Verde durante dos horas, en modalidad de burbuja, al aire libre, con barbijo y sin interactuar con ningún residente”.
La visión de los infectólogos
El infectólogo Conrado Estol planteó que dividir entre quienes son y quienes no son contacto estrecho es una tarea compleja. “Es muy difícil definir con precisión quiénes pueden haber sido contacto estrecho de un pasajero en un barco. Creo que la posibilidad excede a los que compartían el camarote o la comida”, detalló.
Y agregó: “El CDC (Centro para Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos), si el barco puede tener una variante de preocupación, y a esta ómicron la llamaron variante de preocupación, adquiere inmediatamente el estatus rojo (red color), que es el de máxima seguridad. Tenés que considerar que todos pueden tener el contagio de la variante de preocupación”.
En sintonía con la información oficial, el infectólogo Eduardo López coincidió en considerar como primeros contactos estrecho a aquellos que conviven en el mismo camarote y compartieron las comidas con el paciente infectado. Sin embargo, tanto Estol como López advirtieron sobre los importantes brotes que se vivieron en diferentes cruceros, durante 2020, hacia el comienzo de la pandemia por coronavirus.
“En un crucero el riesgo se multiplica como sabemos por varios casos que fueron famosos, el más conocido fue el Diamond Princess que atracó en Yokohama, y tuvo enorme cantidad de infectados sintomáticos y asintomáticos. Lo anterior ocurre porque por la obvia mayor interacción en un menor espacio que ocurre en un buque”, explicó Estol.
“Los cruceros fueron lugares donde hubo muchos brotes. Es casi como si el virus se cazara en un zoológico porque convive con muchas personas durante muchas horas. Por ejemplo, se comparte la pileta que, aunque es al aire libre, es un foco de contagios”, sostuvo López.
“Desde el punto de vista epidemiológico, el crucero es un verdadero punto de contagios”, señaló. En ese sentido, también incluyó a quienes hayan “mantenido más de 15 minutos la barrera sin barbijo y a menos de dos metros”. Además, señaló como contacto estrecho a aquellos que hayan compartido los espacios comunes del barco, sobre todo en los lugares de esparcimiento como los teatros para espectáculos.
Respecto a la ventana de cinco días entre la fecha en la que se aislaron los contacto estrecho y la del desembarco del resto de los pasajeros, López precisó que podría haber algún riesgo ya que no se cumplieron los días necesarios para descartarlos como positivos.
Por otro lado, el paciente infectado podría haber contagiado a otros pasajeros durante “el período asintomático”, como lo definió el infectólogo, ya que “48 horas antes de presentar los síntomas puede transmitir el virus”.
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