Crisis educativa: qué porcentaje de los argentinos tienen formación universitaria y por qué enciende las alertas
El último informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano muestra datos que preocupan y expone las fuertes brechas de aprendizaje que hay en el país
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La Argentina se sitúa en el puesto 26° entre las 46 naciones incluidas en el ranking elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con el 36% de su población de entre 25 y 64 años, que completó el nivel secundario. De esa manera, el país está por debajo del promedio que fija la institución: el 40%. Mientras, el 29% no concluyó ese ciclo. Así lo reveló el último informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano.
Además, tan solo uno de cada tres argentinos cuenta con formación terciaria o universitaria: el 20% son graduados universitarios, el 14% tiene estudios terciarios y apenas el 1% cuenta con un posgrado. Para Alieto Guadagni, director del CEA, estos resultados se deben a que la Argentina enfrenta un grave problema de retroceso educativo en las últimas décadas, que se agudizó con la llegada de la pandemia por Covid-19.
“En el marco educativo hay una gran desigualdad. La característica de la sociedad argentina es que en la educación hay grandes diferencias que se explican por el nivel socioeconómico de las familias. Los chicos ricos saben más que los pobres y esto crea grandes brechas entre las distintas provincias”, señaló el especialista.
Y agregó: “La llegada de la pandemia fue un golpe muy duro que agudizó esta desigualdad. Los chicos de clase media y alta pudieron tener clases a distancia, porque su familia contaba con equipamiento informático en la casa. Pero los pobres, de barrios humildes, perdieron las clases. Y en la Argentina la televisión pública no jugó el papel que tuvo en otros países, como México, Perú y Cuba, donde las clases se transmitían por la TV pública”.
Además de este informe, otras dos pruebas internacionales recientes mostraron resultados preocupantes para la Argentina. Los exámenes del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de 2018, también de la OCDE y que evalúan en un período trienal a los alumnos de secundario de 15 años en matemática, comprensión lectora y ciencias, reveló que los argentinos obtuvieron la peor nota en matemática desde 2006. A pesar de que en lectura mejoraron la puntuación respecto a las pruebas anteriores, se situaron por debajo del promedio de las 76 naciones que participaron en el estudio.
Por otro lado, los resultados del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) que realizó la Unesco, en 2019, y que evalúa a alumnos de tercero y sexto grado, mostraron que la Argentina empeoró en las tres áreas. Si bien el país se situó en las dos pruebas anteriores [2006 y 2013] por encima del promedio regional, establecido por los 16 países que participan de la evaluación, en esta ocasión se ubicó por debajo.
Sin embargo, según el estudio de la CEA, que retoma los resultados de la OCDE, la Argentina mostró mejores cifras que en el resto de América Latina respecto a los graduados en educación superior. Algunos ejemplos son Chile, con el 26% de ciudadanos con título terciario; Colombia y Costa Rica, con el 25%; o México y Brasil, con el 20%.
Acceso al empleo
Guadagni insiste en la importancia de la educación para acceder al mercado laboral: “El nivel secundario es definitivo para acceder a un trabajo. Este retroceso educativo agudiza la cantidad de ‘Ni-Ni’ [los jóvenes que no estudian ni trabajan alcanzaron al 24,1% en 2020]. No trabajan porque no pueden, no están capacitados. La pobreza está íntimamente vinculada al nivel educativo”.
Y añadió: “En los últimos años hay un claro retroceso en términos de cobertura de la escuela pública. La Ley 1420 de 1884 estableció como obligatoria la escuela primaria y hasta 2003 nunca cayó la matrícula en las escuelas primarias estatales, pero últimamente viene cayendo y aumentó la matrícula en la privada. La gran pregunta es si los ciudadanos se van atraídos por las escuelas privadas o expulsados de las públicas, donde no se cumple el calendario obligatorio escolar”.
Según el informe, el desempleo se concentra en las personas con menores niveles educativos. La tasa de empleo en 2020 de la población de entre 25 y 64 años fue del 64% en aquellos que no habían completado el secundario; del 74%, con título secundario; y del 81%, con terciario.
El director del CEA enfatizó la solución a esta problemática en el cumplimiento de las leyes en el ámbito educativo: “Lo primero, cumplir el calendario escolar fijado en un mínimo de 180 días. Segundo, la obligatoriedad de la jornada escolar extendida, que debería ser para toda la población y solo la tiene el 14%. En el conurbano apenas siete de cada 100 chicos tienen jornada extendida. Y la tercera, hacer obligatoria la escuela secundaria, que tiene una gran deserción que se concentra en chicos de nivel socioeconómico bajo. Se está potenciando lo que se llama la reproducción intergeneracional de la pobreza”.
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