Crimen de las israelíes: así es por dentro la "casa del horror" del acusado de matarlas
Mendoza no sale aún del asombro por el crimen de las hermanas israelíes Pyrhia Saroussy, de 63 años, y Lily Pereg, de 54. En medio del estupor, aparecieron una serie de imágenes que muestran cómo vivía el único imputado por el doble crimen: Gilad Saroussy Pereg, de 37 años, hijo de una de las mujeres.
Las fotografías llegaron desde Australia, donde vivía Lily. Un medio de ese país dio a conocer las escalofriantes instantáneas del interior de la "casa del horror" mendocina, donde fueron encontrados bajo tierra los cuerpos de las extranjeras. The Daily Telegraph fue el encargado de publicar las imágenes donde se pueden observar las condiciones extremas e infrahumanas en las que pasaba sus días el acusado, quien ya se encuentra tras las rejas.
En el gran predio de la calle Roca, en Buena Nueva, Guaymallén, Gilad vivía como un indigente, rodeado de gatos, y sólo se alimentaba con suplementos dietarios. En los retratos, que se estima fueron tomados por algún familiar de las mujeres durante los días de búsqueda, se ve el desorden: desperdicios desparramados por toda la propiedad.
Hay un colchón en el piso, varias bolsas, botellas, cajas, animales y hasta DVD de películas pornográficas, además de un anotador con las personas que supuestamente le debían dinero. De hecho, durante la investigación trascendió que el hombre no tenía un empleo formal, pero que también se desempeñaba como prestamista y cambiaba permanentemente dólares en las "cuevas de la city mendocina". Quienes lo conocieron desde que llegó a la provincia hace más de una década aseguraron que Nicolás, como se hacía llamar en Mendoza, era "muy raro" y capaz de "hacer cualquier cosa", como en los "turbios" y "engañosos" negocios que emprendía.
Durante las dos semanas que duró la búsqueda, la serie de allanamientos que se produjeron en su domicilio, ubicado frente al cementerio de Guaymallén, dieron cuenta de su predilección por los felinos, aunque varios de ellos aparecieron muertos, disecándose en una parrilla. También, llamó la atención de las autoridades que Pereg tenía varias armas de fuego, las cuales estaban registradas, además de proyectiles y gran cantidad de dinero en efectivo (más de dos millones de pesos, entre dólares y euros).
Los resultados de los cotejos de ADN, tras el hallazgo de manchas de sangre en la remera del imputado, fueron clave para la detención, ya que se confirmó que el material genético de uno de los cepillos de dientes encontrado en el departamento céntrico que habían alquilado las mujeres coincide con las manchas hemáticas halladas en la ropa de Gil Pereg y en diversos artículos en su domicilio. También el análisis de las cámaras de seguridad determinó que las mujeres entraron por la mañana a la morada del hombre pero que jamás salieron hacia la parada del colectivo durante el anochecer.
Pyrhia y Lily llegaron a tierra cuyana el viernes 11 de enero por la mañana en diferentes vuelos y se hospedaron en un departamento de la avenida España. El sábado fueron a la casa del joven, con quien pasaron todo el día. Él asegura que las acompañó a tomarse el micro, cerca de calle Roca. También dijo que el domingo tenían previsto reencontrarse, pero contó que no logró ubicarlas. Por eso, el lunes, hizo la denuncia correspondiente. Pero, todo fue una mentira. Con la ayuda del rastrillaje de perros especiales se logró dar con el sitio exacto de su propiedad donde estaban enterrados los cuerpos, a dos metros de profundidad, tapados con piedras y con varillas de hierros que los atravesaban. Está acusado formalmente por homicidio agravado por el vínculo y homicidio simple, por lo que arriesga la pena de prisión perpetua.
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