Crimen en Ecuador: el "pueblo maldito" que busca recuperarse
A poco más de seis meses del asesinato de las mochileras mendocinas, en Montañita preocupa la merma de turistas; "fue un golpe duro para la economía", reconoce su intendente
MONTAÑITA, Ecuador.- Pasaron poco más de seis meses desde el asesinato de las turistas mendocinas Marina Menegazzo, de 21 años, y María José Coni, de 22, y este pueblo costero a unos 200 kilómetros de Guayaquil parece no lograr recuperarse.
La postal dista de aquellas de otras temporadas en las que los turistas se agolpaban en esta localidad: mesas vacías, tablas de surf sin tocar el agua y comerciantes que conversan entre sí para matar el tiempo. Otros vendedores solitarios esperan, desganados y con la mirada perdida, que algún turista compre una pulsera cosida, una remera o algún souvenir.
"Este año fue muy duro a nivel económico. Lamentablemente, lo que sucedió en febrero [el doble crimen] fue un golpe muy fuerte y tuvo un impacto muy negativo para todo Ecuador. Tenemos que recuperar la confianza", afirma a LA NACION el presidente de la comunidad, Iván del Pezo.
En los últimos meses el turismo decayó fuertemente, sobre todo por el fantasma del doble crimen. El terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter, el 16 de abril pasado, que dejó 700 muertos, y la crisis económica que vive el país también provocaron una baja en el número de turistas. Un dato que preocupa mucho en este pueblo donde el 95% de sus 5000 habitantes viven del turismo.
De hecho, desde el brutal crimen, a Montañita se lo empezó a conocer no tan tanto por su olas propicias para el surf o por el bullicio de su intensa vida nocturna, sino por el mote de "pueblo maldito". En la madrugada del 14 de agosto pasado, el turista australiano Adan Noel Artley, de 26 años, murió al caer del tercer piso de la discoteca Alcatraz y enredarse en el cableado eléctrico, lo que provocó el corte del servicio por algunos minutos en todo el pueblo.
"Entre el crimen y el terremoto, esto quedó pelado. Ahora se está recuperando, pero principalmente por el turismo local. Antes vendía 40 cocos por día; ahora estoy entre 15 o 20, pero por lo menos me alcanza para comer", señala Efraín de la Rosa, mientras empuja el carro de fruta por la playa.
La argentina María Laura Rovelli Cusato, de 28 años, es de Mar del Plata y está desde diciembre pasado con su novio trabajando de mesera: "Cayó muchísimo el turismo. Era un punto de encuentro de todo mochilero, pero ahora muchas chicas se volvieron; las familias se preocupan y presionan para que regresen. También aumentó mucho el control policial. Antes esto era una zona liberada, pero ahora regulan más que no se tome alcohol en la calle", describe.
Muchos de los comerciantes del lugar tienen la esperanza de que en diciembre mejore la situación cuando los turistas argentinos, chilenos y uruguayos comiencen las vacaciones.
Cecibel Neira, la encargada del hostel JN, donde se hospedaron las dos argentinas, coincide en que hasta el momento se ven menos turistas. Sin embargo, cree que hay que esperar hasta fin de año para saber con certeza el efecto que tuvo el crimen en la merma. "María José y Marina eran chicas tranquilas. Me dijeron que se iban para Lima porque ahí tenían el vuelo de regreso a Buenos Aires. A los días nos enteramos por la policía de que estaban muertas", contó.
Uno de los condenados por el crimen, Segundo Mina Ponce, de 34 años, trabajaba como guardia de seguridad en la Casa Comunal de Montañita, que está ubicada a pocos metros del hostel. El otro acusado, Aurelio Eduardo "el Rojo" Rodríguez, de 39, iba rotando de empleo.
Aquí, prefieren hablar de que el crimen fue algo aislado. Marta, una de las vendedoras ambulantes que pululan por las calles de Montañita, lo pone en estas palabras: "Para todos fue una tragedia. Ni siquiera eran de la zona los asesinos. Nunca había pasado algo así. Fue una sorpresa para todos".
Una doble tragedia para la familia Coni
- Después del doble asesinato, las vidas de las familias Menegazzo y Coni dieron un giro de 180 grados. Tanto que hasta generaron una investigación paralela en Ecuador. Luego de que terminó el juicio en el que Segundo Mina Ponce y Aurelio Eduardo "el Rojo" Rodríguez fueron condenados a 40 años de prisión, comenzaron a sentir un poco de alivio. Sin embargo, la tragedia volvió a golpear el mes pasado a los Coni. Una de las hermanas de María José, María Emilia, protagonizó un accidente de tránsito en el que murió un motociclista. La joven, que en principio escapó de la escena del accidente, fue imputada por homicidio culposo, aunque su situación podría agravarse.
- Gladys Steffani, la madre de Coni, publicó en las redes sociales un duro mensaje sobre el accidente: "En los primeros meses de este año salí en busca de justicia por lo sucedido en Montañita, con uno de mis hijos. Ahora, la situación es diferente, aunque también haya una muerte. Acá no hubo intención de provocar un daño, pero, lamentablemente, ocurrió, por negligencia y falta de responsabilidad de mi hija mayor".
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