Crece el uso de WhatsApp para la captación de chicos con fines sexuales
La escala y complejidad del delitos de abuso sexual de menores se agravó por la evolución continua de la tecnología. La prevalencia y los impactos trágicos del grooming, la captación de chicos a través de redes sociales y la pornografía infantil desafían los modelos vigentes de prevención. Según Enrique Del Carril, director del Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) de la Fiscalía de la Ciudad, "la estructura de captación hoy está girando a plataformas como WhatsApp, que son más privadas y muy utilizadas por los chicos, lo que dificulta aún más la tarea de los investigadores".
Del Carril reveló a LA NACION que han detectado casos de pedófilos que agregaban números al azar a sus agendas de contactos hasta dar con una foto de perfil de un menor que les interesaba y entonces intentaban contactarlos. "Todo esto sigue siendo grooming, pero que se mueve a otras plataformas porque el groomer va hacia los territorios donde se trasladan sus víctimas; siempre estarán en el ?lugar' digital que elijan los chicos, sea Instagram, Snapchat o Musical.ly", reflexionó.
En el CIJ los teléfonos celulares son la clave, ya que los contactos con los menores se hacen tanto en las redes sociales o con el pase de los números de teléfono de los chicos de boca en boca, que es precisamente lo que ocurría con los abusos en las divisiones inferiores de los clubes de Primera, escándalo que comenzó el 23 de marzo pasado cuando un futbolista juvenil de Independiente, de 17 años, le confesó a un psicólogo de la pensión "roja" que él y otro chico habían sido alentados a "venderse" para tener relaciones sexuales.
Fuentes de la investigación dijeron, sobre este punto, que el CIJ comenzará a aportar algunas de las piezas digitales claves a la fiscalía que investiga esos hechos a través de tecnología especializada para peritar y extraer información de celulares.
Más allá de los casos puntuales, la prevalencia de denuncias todavía es muy baja. Según el último informe de la Dirección Nacional de Política Criminal del Ministerio de Justicia de la Nación, de 2016 -al que tuvo acceso LA NACION-, en la Justicia Federal las denuncias no superan el 0,4% y a nivel de la Justicia ordinaria es aún menor: 0,02%.
"Esto sucede porque el delito informático tiene una amplia cifra oculta en la Argentina y en el mundo. La mayoría de estas conductas no llegan a los tribunales porque tienen resoluciones técnicas y administrativas más que judiciales", resumió Gustavo Saín, el especialista en cibercrimen a cargo de la investigación para ese informe.
La mayoría de las denuncias de delitos informáticos recibidas en la Justicia de la ciudad y en la de la provincia de Buenos Aires se relacionan con delitos que afectan la integridad sexual de menores. En el ámbito porteño, de un total de 1930 denuncias relacionadas con la figura de delitos informáticos, el 95% (1729 hechos) fueron por distribución o comercialización de imágenes de menores y casos de grooming. Un 52% más que en 2014, año del informe anterior.
"En la era digital nunca ha sido más fácil para los pedófilos contactar a menores y compartir imágenes de abusos a través de redes online que tienen un alcance mundial, pues luego de establecer un vínculo de confianza y de captar a los menores pueden terminar en un encuentro o en un abuso sexual", explicó Daniela Dupuy, fiscal especializada en Delitos Informáticos de la Ciudad.
Del informe también se desprende que en la provincia de Buenos Aires, el 62% de las causas (822) estuvieron vinculadas a la representación de un menor en actividades sexuales, mientras que el 19% (239)fueron por grooming. Y la mayoría de las denuncias se concentran en el conurbano bonaerense, y más específicamente, en el departamento judicial Lomas de Zamora.
Pero existe una explicación criminológica de por qué las denuncias relacionadas con delitos informáticos tienen relación con formas de acoso y de abuso a menores online: "Los pedófilos no cometen estos delitos desde lugares públicos, como cibercafés o a través de redes públicas o abiertas de Wi-Fi, sino desde su hogar, porque el riesgo de exposición de los materiales delante de terceros es muy grande", explicó Saín. "En términos de investigación eso facilita la persecución penal ya que se puede llegar al acosador a partir de la identificación de la dirección IP que posee su domicilio", continuó.
Los delitos antes que la ley
"El avance de la tecnología informática y de las comunicaciones permite predecir que la evidencia física va a ser reemplazada por la evidencia digital", explicó a LA NACION Marcos Salt, coordinador del Programa Nacional contra la Criminalidad Informática. Sin embargo, agregó que los códigos procesales vigentes siguen "anclados" en normas de prueba pensadas sobre la base de la evidencia física. Por eso se busca incluir normas para la evidencia digital que permitan su uso eficiente por parte del Estado sin dejar de respetar las garantías de los ciudadanos.
Los expertos sostienen que deben existir nuevas formas de cooperación internacional ya que la evidencia digital se aloja cada vez más en servidores de otros países. En ese sentido, la Argentina dio un paso importante con la aprobación de la Convención de Budapest, convenio internacional que busca prevenir la ciberdelincuencia. "El registro y secuestro de datos en entornos digitales y la utilización de inteligencia en redes abiertas son herramientas indispensables para un sistema penal eficiente", concluyó Salt.
Contra curas abusadores
La Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico preparaba anoche un documento al cierre de su primer encuentro, realizado en Paraná para acompañar a las víctimas del cura Justo José Illarraz, cuyo juicio oral por abusos debía comenzar hoy y fue postergado hasta el 16 de este mes. Días atrás, el arzobispo de la capital entrerriana, Juan Alberto Puiggari, publicó un reglamento y un protocolo sobre cómo debe actuar el personal eclesiástico; entre otras normas, les prohíbe estar a solas con chicos.